2.6.2021

Asociación Semillas Perú, arquitectura sostenible y cooperativa

"Si la arquitectura es el arte de diseñar espacios y uno de los medios para mejorar las condiciones de vida de las personas, entonces para diseñar una escuela en comunidades indígenas rurales buscamos entender cómo ellos entienden el buen vivir." Conocé más acerca de esta asociación que apuesta por la arquitectura participativa:


Equipo Asociación Semillas – PH: Eleazar Cuadros

RECURSOS LOCALES

Si la arquitectura es el arte de diseñar los espacios y uno de los medios para mejorar las condiciones de vida de las personas, entonces para diseñar una escuela en comunidades indígenas rurales buscamos entender como ellos entienden el buen vivir.

“¡El territorio es sagrado para nosotros, allí están nuestros espíritus… los colonos piensan diferente a nosotros. ¡Nosotros concebimos a la selva, el bosque, el aire como a nuestros hermanos! ¡Vamos a morir si no los cuidamos!”[4].

Los pueblos originarios amazónicos, en su permanente relación con la naturaleza y el territorio, han desarrollado un modo de concebir el mundo y de satisfacer sus necesidades a partir de los recursos locales, generando condiciones propias del buen vivir. Para ellos, la tierra no es solamente un espacio físico, sino que es parte de su identidad colectiva.

En este sentido el buen vivir, es vivir en comunidad, en hermandad, vivir en armonía entre personas y con la naturaleza[5]. Es a partir de estos conceptos el cómo concebimos las escuelas: espacios para toda la comunidad que se construyen a partir de los recursos locales.

MATERIALES LOCALES

Los principios guía en el uso de materiales, aplicados por Semillas en la construcción de escuelas en la zona de la selva central, son: el uso de materiales locales como la madera y los ladrillos artesanales en arcilla, junto con sistemas constructivos en concreto armado para garantizar el respeto de las normas de sismo resistencia para infraestructura educativa. El uso de materiales locales genera fuerte ahorro en gasto de traslado, aporta a las economías locales y genera una revisión de los pre-conceptos que se han ido desarrollando en las comunidades indígenas con la modernización; como por ejemplo categorizar los materiales en “pobres”, (madera, bambú, tierra) y “nobles” (concreto y ladrillo). Esta revisión va madurando a lo largo del proceso participativo y pedagógico en el cual todos aprendemos de la visión indígena y nos reconectamos con ella.

Si para los indígenas, las condiciones del buen vivir se generan a través del uso responsable de los recursos locales, entonces el uso de la madera asume inevitablemente un rol identitario en nuestros proyectos y lo mismo pasa con el uso de los colores -“¡Este color es indígena!”- nos dijo Fabián, el líder de la asociación CART (Central Ashaninka del Río Tambo), mirando a los muros de nuestras escuelas.

SABERES LOCALES

El aprender en la vida está relacionado a los saberes locales y estos a su vez, se integran a una visión global. Para mantenerse en armonía en la vida en sociedad, el respeto y la escucha son el primer paso hacia la integración. Los procesos participativos empleados por Semillas, a través de talleres de diagnóstico rural participativo, talleres de diseño, talleres de construcción, buscan tender puentes entre los saberes locales y el conocimiento nuevo que proviene de otras tradiciones, con el objetivo de construir escuelas en las que se satisfagan las necesidades e intereses de los padres de familia, comuneros, niños y niñas. En este sentido, los proyectos tienen un carácter holístico porque buscan integrar los saberes en un marco dinámico de co-creación, desde las voces de distintos actores.

ESPACIO EDUCADOR – ACCESO A LA EDUCACIÓN

El territorio peruano es por un 61% amazónico y se caracteriza por un alto índice de ruralidad. La difícil geografía y el alto costo en inversión, hace que esta población no tenga fácil acceso a los servicios educativo. Frente a esta situación, Semillas es parte de los actores de la sociedad civil que aporta en la reducción de esta brecha a través de la construcción de escuelas en zonas rurales de la Amazonia.

ESCUELA ABIERTA Y ESPACIOS DE LIBERTAD

Espacio  lúdico / libertad emoción

La escuela en ámbito rural amazónico tiene que entenderse como un espacio no solamente en su construcción física, sino también en su construcción simbólica, de pertenencia, identidad y de lucha por el derecho a otras formas de existencia. Entendiendo, la visión indígena del buen vivir, como el vivir en armonía con uno mismo y con los demás seres del planeta, entonces la escuela busca ser este lugar donde comunidad, identidad y naturaleza se encuentran. En este sentido, la arquitectura juega un rol clave y las escuelas construidas por Semillas buscan promover un clima de participación democrática a través de espacios híbridos versátiles a diversos usos, una escuela abierta que se usa de mañana de tarde y de noche por toda la comunidad.

CALIDAD DE LOS ESPACIOS Y CONFORT

El derecho de acceso a la educación

La calidad de los espacios educativos y el confort ambiental son factores fundamentales para el desarrollo de las actividades pedagógicas. En sus escuelas, Semillas propone espacios pedagógicos multi-flexibles, donde todas las superficies son didácticas, muros, pisos, mesas, ventanas e invitación para la interacción y el juego.

Por otro lado, en el ámbito Amazónico, complejo por el clima tropical, el diseño bioclimático de la infraestructura juega un rol necesario y en este caso, se basa sobre criterios sensatos de diseño como ventilación cruzada, efecto chimenea e iluminación natural. Asimismo, la falta de servicios públicos hacen difícil también el sistema de abastecimiento de agua que en algunos casos se resuelve a través de un sistema de recolección de aguas de lluvias que se almacenan para su re-uso.

SEMILLAS – CÓMO NACE

Trabajo en cooperación
Para coordinar de manera ordenada todos los esfuerzos necesarios para la realización de los proyectos, Semillas desarrolla un proceso participativo que se articula y hace posible a través del compromiso y aporte de distintos actores. Por un lado la cooperación entre instituciones internacionales, empresas aliadas e instituciones locales, hacen posible la logística y financiación de los proyectos y por otro, la participación comunitaria, único medio para poner bases de sostenibilidad en un proyecto.

Identificar, difundir y trabajar junto con instituciones públicas, organizaciones multilaterales y políticas, programas y sistemas socioeconómicos sostenibles es el mejor camino para la equidad social y la inclusión urbana en el entorno construido.

Participación comunitaria
Participación significa escuchar y generar espacios de debate y reflexión para la puesta en común de necesidades, problemas y objetivos, donde todos son “participantes”. La participación e intercambio con las comunidades en el proceso es el único camino para el empoderamiento de las poblaciones, y de esta manera se figura como unos de los principales ejes de desarrollo para las comunidades rurales y nativas. Asimismo, entender la educación y los espacios educativos como espacios de desarrollo de capacidades, tanto nuevas como tradicionales, es la opción que genera igualdad de oportunidades y conocimiento que promueve la ciudadanía y el desarrollo sostenible.

Asimismo la implicación directa de la comunidad, crea un fuerte sentido de pertenecía y establece los cimientos para la sostenibilidad de un proyecto. La relación de proximidad que se genera con el aporte comunitario es el garante para el exito del proyecto educativo y por consecuencia, de la infraestructura educativa.

INSTITUCIONES LOCALES E INTERNACIONALES

Semillas propone una metodología de trabajo integral, que se ha dado gracias a la cooperación de distintas instituciones nacionales (Ministerio de Educación, Municipio, Asociación de comunidades nativas, Institución de preservación de bosques) e internacionales (entidades financiadoras y cooperantes).

Este modelo de financiación celebra el trabajo cooperativo, demostrando que con pocos recursos se pueden generar grandes cambios y se puede hacer mucho.

Las comunidades nativas disponen de muchos recursos. No obstante, el concepto de desarrollo se asocia a las construcciones en concreto y materiales industrializando. En nuestros proyectos buscamos promover  el uso de materiales naturales y locales, como ladrillo de arcilla artesanal, madera, bambú, entre otros que acompañado de talleres de capacitación y participación de los habitantes. Buscamos trabajar con proveedores locales, esto aporta a la microeconomía local de las pequeñas empresas e implica menores costos en cuanto a transportes.   Finalmente, a través del proceso, se fomenta el diálogo, el sentido de pertenencia, solidaridad y, articulando la cooperación entre las instituciones locales, como asociaciones indígenas, municipio local, ministerios y las comunidades se consolidan las bases para la sostenibilidad y la vida de los proyectos.  Todos estos factores, además de darle valor añadido a los proyectos, contribuyen en la reducción de costos.

– Conectividad solo 3% de las escuelas rurales en la amazonia tienen conectividad a internet.
– Solo el 30% electricidad
– Solo 11% agua y saneamiento adecuado

Por ejemplo, la municipalidad tiene el compromiso de mantener las vías de acceso para el transporte de materiales y en el caso de Jerusalén de Miñaro, se impulsó acelerar la gestión para la construcción de un puente, que mantenía aislada la comunidad en épocas de lluvias, llegando a beneficiar los miles de agricultores que transportan sus productos hasta la ciudad.

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