2.5.2007
Paraíso en la tierra (artificial)
Publicado en el suplemento Cultura/s de La Vanguardia Suelo artificial en venta en Oriente Medio donde grandes corporaciones podrán construir espacios lúdicos, residenciales o comerciales y particulares podrán poseer una vivienda de lujo o incluso una parcela de terreno sobre el que materializar cualquier visión de hogar y espacio, como oferta 'The World', un complejo formado por una red de trescientas pequeñas islas artificiales que recrean la planimetría del mapamundi y que ya están vendiéndose a compradores cuidadosamente seleccionados a un precio entre 10 y 45 millones de dólares, previamente a su conclusión prevista para 2008.
«Éste es el destino definitivo en el que el único límite es tu propia imaginación. El emprendimiento inmobiliario más innovador y visualmente estimulante jamás realizado. Una maravilla de la ingeniería no vista desde la construcción de Venecia. The World nunca podrá ser replicado» – reza la descripción del que es uno de los ejemplos más extremos del delirio constructivo en que está actualmente sumido Dubai. El tamaño de los islotes ?separados entre sí por una distancia que oscilará entre los 50 y los 100 metros- variará entre los 24 mil y los 84 mil metros cuadrados. El área total que cubrirá el archipiélago será de 9 kilómetros de longitud y 6 kilómetros de anchura.
Dubai está utilizando su frente marítimo para inventar tierra en la que se oferta vivir una experiencia de placer y lujo. Aspirando a convertirse en destino que atraiga a diez millones de turistas al año y en paraíso para inversiones a gran escala se están desarrollando los complejos de ‘The Palm’ y ‘The World’. ‘The Palm’ integra tres grupos de islas artificiales construidas en forma de palma de dátil: un tronco, una corona con ramas y un creciente que funciona como rompeolas que permitirán crear 120 nuevos kilómetros de costa y sobre los que se instalarán de 60 hoteles de lujo, 4000 villas, 1000 casas, 5000 apartamentos además de puertos deportivos, centros comerciales y de ocio.
‘The Pearl’, otra filigrana geográfica hecha de tierra artificial frente a la costa de Qatar supondrá la creación de 30 nuevos kilómetros de línea de costa y terreno para acoger a más de 50 mil personas.14 mil nuevas residencias destinadas a propietarios y turistas de elevado poder adquisitivo se distribuirán en once distritos. ?Una isla de retiro segura y exclusiva, orientada al disfrute familiar? para clientes preferentemente procedentes de Europa, Oriente Medio y la India. ‘The Pearl’ es un escenario donde se recrea un estereotipo del ambiente y estilo de vida del Mediterráneo glamoroso, que a la vez se presenta en términos que tratan de vincular su existencia de nueva planta a la identidad histórica y cultural de Qatar: la isla se emplaza sobre un antiguo enclave de recolección de perlas, una actividad de importancia crucial para la tradición qatarí.
La creación de estas islas implica años de planificación y estudios de viabilidad para realizar las fundaciones de tierra extrayendo la arena y remplazándola por roca- sobre las que posteriormente se construyen la infraestructura y servicios. ‘The World’ está requiriendo aproximadamente 10 millones de metros cúbicos de arena semanales para la producción de un suelo que, una vez se culmine su construcción, se asegura que apenas parecerá artificial. Pese al énfasis sobre el respeto al medio ambiente con que estos emprendimientos son presentados, se soslaya cualquier mención al daño irreparable sobre el hábitat marino que ya están causando.
Puede surgir la pregunta sobre si el suelo artificial es valor de lujo por sí mismo cuando se conoce los proyectos que para lograr que el complejo turístico que se construirá en una isla natural de 27km2 en Abu Dhabi pueda competir con sus homólogos artificiales: la Isla Saadiyat junto a hoteles, villas y campos de golf, contará con un distrito cultural con una filial del Louvre diseñada por Jean Nouvel y otra del museo Guggenheim diseñada por Frank Gehry además de otros edificios firmados por premios Pritzker. Su ambición es devenir un enclave turístico capaz de acoger 150,000 habitantes, sofisticado y culto, sede de grandes eventos internacionales para constituir un puente de enlace entre la cultura árabe y la occidental.
La generación de estas megaestructuras, urbanizaciones sobre el mar, está ligada además de a su función de negocio inmobiliario al deseo de crear microtopias para el confort, generando imágenes arquitectónicas y urbanísticas en las que se entremezcla la alta tecnología en ingeniería con imágenes estereotipadas que tratan de evocar a fantasías de las mil y una noches entremezcladas con la iconografía suburbana de clase alta estadounidense y las nostalgias por la Costa Azul donde la paradoja máxima es el complejo ‘The World’. Estos collages, concebidos por los delirios de poder de los jeques, están financiados por un poderoso entramado comercial internacional que ven en estos conceptos la posibilidad de crear un rentable negocio a través de una estética de la opulencia, definida por un nuevo eclecticismo arquitectónico donde la espectacularidad y el kitsch del lujo son el principal reclamo.