24.11.2022
Nuestros libros, nuestras ciudades
A veces vivimos en mundos y ciudades, a veces pienso en los libros como si fueran ciudades, que cuando los tomas emprendes un viaje y luego al tomarlo entre las manos haces el tuyo, viviendo entre las paginas, también pestañeando a entre dos apóstrofes y sujetándote entre corchetes como si el Modulor quisiera rectificar medidas.
Fragmento del librero en el estudio, 2021
Cuando retornas el libro al librero ocupa otro lugar, nunca es el mismo y quien lo retorna tampoco.
Cuando los regresas al estante a veces con nostalgia -por el tiempo que habitó fuera-, es como despedir a un visitante en la puerta de casa, no lo dejas ir, solo alargas esa estadía.
Los libros se hacen compañía cuando tú no estás, y cuando regresa a su “otro lugar” se contagia de sus nuevos vecinos, a veces contemporáneos a veces no, ellos no siempre escogen su vecino, lo escoge uno al hallar un espacio, a veces encima y otras veces entre libros medianeros.
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