25.4.2022
Museografía del paisaje
Las carreteras de montaña se presentan en ocasiones como una verdadera galería de paisajes. Con cada viraje -en cada recodo- el vértigo aparece con rostro de valle o acantilado, como un extraño y quebradizo horizonte.
Mirador y área de descanso en Trollstigen, Reiulf Ramstad Arkitekter AS. Consutar proyecto en Nasjonale Turistveger, Norsk Form, 2010, págs. 112-113.
Esta fascinante pérdida de referencias y al mismo tiempo efímera conquista intraocular, este peligro voluptuoso, constituye un recurso muy utilizado en el cine, vean de nuevo To Catch a Thief filmada allá por 1955: qué mejor escenario para la huida continuada de un ladrón, que aquella panorámica aguamarina que se despliega sinuosa entre Niza y Montecarlo. Bien sabía Alfred Hitchcock que se encontraba ante una de las carreteras más hermosas del mundo: la Grande Corniche.
Conscientes del potencial de su paisaje interior, así como de los riesgos del creciente turismo de crucero a través de los fiordos, el gobierno de Noruega decide (hace no más de diez o quince años) la creación de un plan de Rutas Nacionales de Turismo, un programa de mejora de dieciocho ondulaciones escarpadas, o carreteras, equipadas con plataformas de observación y miradores, aparcamientos, áreas de descanso, puentes o nuevos accesos a lugares recónditos y hasta entonces inaccesibles.1 Todos los equipamientos puntuales han sido diseñados por diferentes arquitectos y paisajistas con experiencia, desde Peter Zumptor hasta SnØhetta, JVA o Reiulf Ramstad entre otros.
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