28.10.2019
Límites de oportunidad
Las antiguas fronteras, barreras geopolíticas que operaban desde la plasmación territorial de la soberanía de un país, se desdibujan en la actualidad configurando espacios intermedios, que definen áreas de oportunidad.Son además las regiones en conflicto, las que con mayor radicalidad muestran las tensiones y las concentraciones de actividad que las fronteras introducen en el continuo territorial.
Frontera de Rafah, espacio controlado por el ejército israelí entre Egipto y Palestina.
Los espacios fronterizos, barreras y nexos
Mientras estos días se celebra con actos multitudinarios los veinte años de la caída del Muro de Berlín durante la noche del 9 de noviembre de 1989, muchas fronteras del planeta se refuerzan o recrudecen, generando de este modo desequilibrios territoriales a ambos lados de la línea. Esta “línea fronteriza”, tal vez la mayor expresión de la realidad fronteriza, se representa en la actualidad como un espacio intermedio, derivado de esa doble condición de límite y nexo que las fronteras mantienen. De este modo, ese riguroso corte territorial de antaño, se plantearía ahora como una membrana permeable bajo determinadas condiciones, y bajo criterios de oportunidad u oportunismo, que poco o nada tienen que ver con la defensa de la territorialidad o de la geopolítica ligada a la frontera.
Así pues es curioso comprobar como, más allá de las cuestiones políticas, son las cuestiones económicas las que mantienen, por ejemplo, la frontera con Gibraltar en la Línea de la Concepción. Mientras la población del Peñón ronda los 28.000 habitantes, también el número de sociedades mercantiles activas registradas dentro de las fronteras de Gibraltar ronda las 28.000; es decir una sociedad mercantil por cada habitante. Lo paradójico de esta situación, es el hecho de que sin lugar a dudas es precisamente la realidad fronteriza la que posibilita esta situación de paraíso fiscal o lo que podríamos denominar de oportunidad fiscal. Son por lo tanto los condicionantes espaciales que la frontera impone al territorio los que de alguna manera activan este espacio y lo convierten en lo que los arquitectos Ábalos y Herreros calificaban como “áreas de impunidad”.
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