15.4.2009

La resistencia de la cerámica

ceramica1.jpgTiene un significado concreto el hecho que algunas de las obras arquitectónicas más recientes en las que se constata de manera más interesante el logro de integrar una expresión estética con la apertura de nuevas vías técnicas y constructivas compartan como fundamento un elemento en común, un mismo material: la cerámica.

Orgánico, dúctil, resistente y con una excelente capacidad de envejecimiento, la cerámica es un material universal que durante siglos ha estado presente en la arquitectura, como elemento ornamental y como elemento estructural. En edificios tan diferentes entre sí como los pabellones de España en las exposición internacional de Aichi de F.O.A, el Centro de Congresos en Zaragoza de Nieto-Sobejano, el Mercado de Santa Caterina de EMBT o la Villa Nurbs de Cloud 9, la cerámica ha afirmado no sólo la perennidad de su vigencia desde tiempos ancestrales, sino también el potencial de su capacidad para formular sólidas respuestas para orientar la búsqueda de los cambios que son urgentemente necesarios hoy para la arquitectura, y que son cambios de orden físico y conceptual.

El primer eslabón dentro de esta evolución en lo constructivo que propone la cerámica se concreta en la producción de piezas producidas de manera seriada que proporcionan un eficiente rendimiento técnico y hacen patente la transformación que la cerámica está experimentando a través de la hibridación de su dimensión artesanal con nuevas tecnologías. De igual manera, el establecimiento de cátedras en diferentes escuelas de arquitectura, con la finalidad de formar a futuros arquitectos en el específico conocimiento técnico de la cerámica, fundamenta un proceso de base hacia la consistencia en su evolución y presencia dentro de la arquitectura que surge de la conciencia de la indispensabilidad de una interacción fluida entre arquitectos, fabricantes e investigadores.

Frente a este desarrollo, es fundamental tal vez que para dotar de coherencia a este proceso se comprenda la cerámica desde un potencial de renovación antes que de innovación. Bernalte y León, autores del Refugio en Entresierra, un proyecto donde la cerámica actúa como un integrador de edificio y paisaje, señalan la necesidad de que las investigaciones técnicas y las aspiraciones de los arquitectos no se constriñan, pero que rechacen someterla a virtuosísimos hipertecnológicos para proponer ‘ingenios contranatura, que ponen a la cerámica a trabajar en contra de sus condiciones físicas y mecánicas’.

«No debe perderse el origen. Técnica y tecnologías deben evolucionar, pero preservando la sensibilidad de la cerámica, para que ésta permita el desarrollo de una nueva arquitectura de lo local», afirma el ceramista Toni Cumella (cumella.net). «Existen edificios donde la cerámica ha sido utilizada, pero a los que es preciso acercarse mucho para reconocerla. Creo que lo fundamental es aplicar la cerámica y lograr que ésta transmita con fuerza toda la emoción de la que es capaz». Cumella está planteando su trabajo desde un compromiso de audacia ha logrado abordar con los proyectos al comienzo citados los límites que la cerámica es capaz de resolver dentro de la arquitectura contemporánea, evidenciado la versatilidad de la cerámica para dotar a la arquitectura de una expresividad inusitada y llevar a cabo experimentaciones constructivas complejas y probando que no es la sofisticación de los recursos que la industria ponga a su servicio, sino la claridad y solidez de la aproximación conceptual del arquitecto a cada proyecto la que pone de manifiesto ese potencial de la cerámica para ser un material reflejo del paradigma cambiante en las concepciones arquitectónicas de nuestro tiempo hacia una arquitectura de raigambre en el lugar, que surge de una sensibilidad medioambiental que implica igualmente retomar la esencia del bienestar humano, valores que se palpan en obras como el edificio de 35 unidades habitacionales en Badalona de Toni Gironés o el pabellón de España en ExpoZaragoza de Francisco Mangado, ejemplos de cómo la ancestral cerámica revela que posee la fuerza para ser piel y estructura y pilar conceptual para la gestación de un nuevo estado mental para la creación y la sensibilidad arquitectónica en el que el fundamento sea una comunión imaginativa y sensorial con la materia.

Publicado en suplemento ‘Cultura/s’, La Vanguardia, Barcelona – Número 356

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