16.4.2020

La ciudad sobre resortes. Un experimento urbo-tecnológico de Anton Lavinsky, 1921

Las agrupaciones como UNOVIS, INKhUK, Zhivskulptarj o VKhUTEMAS eran focos de actividad y de educación de los nuevos artistas soviéticos. La ciudad era un tema de experimentación constante: la propaganda en el espacio público y el mobiliario urbano como quioscos de prensa, tribunas o escenarios eran los temas más comunes de la actividad artística y artesanal.


Cartel para la película Acorazado Potemkin. A. Lavinsky 1925.

 

Estos proyectos de pequeña escala hacían de puente entre las artes, la arquitectura y el urbanismo, como una especie de introducción a la experimentación a escala de la ciudad y a las nuevas propuestas de ordenación urbanística. Las principales tendencias eran: el cubofuturismo –composiciones destructivas e intranquilas-, el suprematismo –construcciones volumétrico-espaciales, simplificadas y con formas lacónicas-, el constructivismo –uso de estructuras reticulares, geometrías claras y sistemas ortogonales- y las tendencias simbólicas que utilizaban los emblemas revolucionarios como parte de la estructura volumétrica.

Partiendo del Monumento a la III Internacional de Tatlin, de los Arkhitekton de Kazimir Malevich y de los Proun de El Lissitsky, los ejemplos más conocidos de este proceso experimental inicial eran las famosas tribunas de El Lissitsky, las escenografías para actos públicos y los quioscos de prensa de Aleksandr Mijáilovich Ródchenko y de Gustav Klutsis. Uno de los creadores del nuevo arte, cuya obra es poco conocida por la pérdida de sus archivos, era el escultor Anton Mikhailovich Lavinsky. En los años 20 era el director del taller de escultura de la escuela VKhUTEMAS y colaboraba con Aleksandr M. Rodchenko y El Lissitsky en el interior del pabellón soviético para la Exposición Internacional de París de 1925. Como muchos, Anton Lavinsky también estudió arquitectura y en su obra buscaba las conexiones entre las diferentes artes y su uso como herramienta propagandística. Su obra más conocida no es, sin embargo, ni arquitectura ni escultura, sino una ilustración, el cartel para la película “El acorazado Potemkin” de Sergei Eisenstein de 1925.

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Visitá la nota original en el blog de Jelena Prokopljević > https://laciudadsocialista.wordpress.com/

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