3.8.2011
Entrevista con Domenico Di Siena de Ecosistema Urbano, por StepienyBarno (2da. Parte)
StepienyBarno presentan, en exclusiva, para La Ciudad Viva la Segunda parte de la entrevista que han mantenido con uno de los miembros de la agencia de arquitectura Ecosistema Urbano: Domenico Di Siena.
• Hoy mismo hemos tenido la oportunidad de pasar por la plaza para la que en 2006 propusisteis una Playa Urbana, ¿Qué nos cuentas de aquella intervención?
Estamos realizando unos talleres con los chicos del IED, en los que se propone algo para la plaza. Pero para eso no hay visión a nivel político. Es increíble que la gestión urbana y la política hayan dejado completamente abandonado el espacio público. Muchos de los problemas que afectan a nuestras ciudades y la vitalidad de sus espacios públicos dependen de la masificación de algunos estilos de vida transversales de ciertas clases sociales. Es importante reforzar la idea de espacio público como garantía de la democracia y como un espacio de libertad para los ciudadanos, aunque esta idea, en realidad, se encuentra en profunda crisis. Desde hace un tiempo el espacio público ha dejado de ser un espacio de oportunidades para la colectividad. Las comunidades locales cohesionadas son cada vez más escasas. Por consiguiente, los espacios públicos también pierden su última propulsión de vitalidad cotidiana convirtiéndose en espacios de consumo. No hay un partido político que tenga una buena visión sobre esto. Esta cuestión se nota mucho en las ciudades ya que, gobierne quien gobierne, la tendencia es prácticamente la misma. El espacio público en lugar de ser un espacio de oportunidad, como lo ha sido durante muchos años, vuelve a ser un espacio solo de consumo, en todos los sentidos. Desde la política se ve como algo que hay que reglamentar para evitar problemas, ruidos, problemas sociales,…Esto a nivel de diseño urbano se nota mucho porque se desarrollan casi siempre las mismas soluciones. Muchas veces me pregunto ¿cuándo uso yo esos espacios públicos de qué manera puedo aportar identidad a la ciudad?. En ningún momento. En plaza Mayor de Madrid, no puedo hacer nada que aporte identidad a ese espacio, pero sí que hay otros lugares que crean esa oportunidad y que me permiten ser activo para ello. Un buen ejemplo de este tipo de espacio es Medialab-Prado, ya que crea un espacio de oportunidad abierto.
• Incluso Internet…
Por supuesto. Internet y las nuevas tecnologías abren nuevos caminos. En todo momento y sin necesitar conocimientos técnicos excesivos podemos crear espacios temporales para catalizar debates y crear redes sociales. Básicamente la propuesta de los espacios sensibles es ¿por qué no aprovechar un nuevo procomún donde la gente se está volcando para hacer creación colectiva? Estos modelos de creación colectiva se desarrollan sobre todo gracias a Internet y pueden ofrecer una buena oportunidad a los espacios públicos para retomar su función de soporte de procesos y dinámicas de producción cultural espontáneas y auto-orgnanizadas. En esta misma línea de investigación, pudiera jugar un papel importante los nuevos centros culturales ya que podría dejar de ser centros de exposición para convertirse en centros de producción. Todos tenemos el potencial de ser protagonistas y productores de conocimiento e información, así el producto clásico de masas pierde su hegemonía. A su vez, entendemos que determinados espacios pueden ser muy vivos si propician que los vecinos interactúen entre sí, engendrando dinámicas que den paso a redes sociales hiper-locales y visualizar de manera transparente la información relacionada con el ámbito local. De esa forma, daríamos a los espacios públicos físicos un nuevo protagonismo. Esto sucederá cuando se pueda ofrecer un espacio en que la colectividad pueda volver a aportar algo a la identidad local. No es solo consumir algo que nos viene dado. Eso pasa por nosotros que somos profesionales de la ciudad, que de alguna manera trabajamos la gestión urbana. Algo que me gusta mucho es que ahora se empieza a hablar de realidad aumentada en vez de realidad virtual, me gusta más la palabra digital que la virtual, para entender que la realidad es una pero con dos facetas, la presencial y la digital.
• ¿Cómo crees que se tratan estos temas en las Escuelas de Arquitectura?
Es increíble. Y eso que en España hubo ya unos arquitectos, Hackitectura, que en los años 90 empezaron a hablar de estas cosas. Lo que pasa es que las escuelas de arquitectura están totalmente desactualizadas. Si en la Universidad propones estos temas, se plantean si realmente eso es arquitectura y ¡claro que lo es! Es arquitectura contemporánea, de lo que vivimos hoy. Si yo como arquitecto me estoy ocupando del hábitat, donde vivimos, en qué entorno…etc. ¿Cómo no me voy a preocupar de cómo se desarrolla mi forma de vida cotidiana y de cómo gestiono mis relaciones? Si me relaciono con personas que no forman parte de mi entorno físico, pero que me afectan a mi desarrollo personal, probablemente, eso también afecte a mi forma de vivir el espacio. Por ejemplo, me sorprende muchísimo que sigamos haciendo viviendas como hace 30 años. ¿Por qué mi casa no está diseñada de manera que pueda conectarme directamente por videoconferencia con mi madre sin tener que conectarme a un ordenador? Que la arquitectura de ese piso esté pensada para ese tipo de conexiones por voz…etc. creando así esa condición glocal. Estar en Madrid pero también en mi pueblo. Ese intercambio de información “inútil” que para mi, sin embargo es muy útil, ya que crea la conciencia de un ambiente no formado solo por el espacio físico, estamos informados de cómo siguen las cosas entre la familia, los amigos. ¿Por qué no puede permitir eso un espacio público o una vivienda? La vivienda permitiría vivencias mucho más intensas con los amigos o familia y el espacio público permitiría realizar cosas que en la vivienda no se podrían hacer. Ahora, por el modo de vida al que estamos acostumbrados, el espacio público no nos ofrece un espacio de oportunidad real.
• Es habitual oírte hablar de mundos hibridados. Parece que es un concepto que te interesa especialmente, ¿verdad?
En la actualidad vivimos un proceso de transformación cultural de primer orden. Estamos pasando de un modelo de tipo piramidal a otro de tipo horizontal, donde la selección y garantía de la calidad no depende solo de un profesional o de uno unos cuantos especialistas, sino que de la actividad aparentemente amateur de una gran colectividad. Hay que ser conscientes que tanto problemas de tipo planetario (como el efecto invernadero), hasta nuestro estado del bienestar tienen su mejor solución en una buena política urbana. Se trata de un cambio de paradigma en la escala de intervención política y esto es decisivo ya que puede significar un acercamiento de la sociedad civil a la política. Este acercamiento abre las puertas a una gran gama de eficaces procesos de participación ciudadana que pronto llegarán. El proyecto de Plaza Ecopolis es muy interesante en ese aspecto. Hay una plaza y un edificio. Ambas forman parte de la misma propuesta, y esa es la solución, no se concibe la una sin la otra. En ese proyecto lo que conseguimos fue conectar cosas diferentes con soluciones integrales, pero de forma híbrida. Como, por ejemplo, conectar la depuración de agua, el tema de la energía… en pleno parque infantil. Contamos con los mejores profesionales en sus campos y conseguimos conectarlos a todos. Y eso es lo que los arquitectos podemos aportar, porque por la formación que tenemos desarrollamos esa capacidad.
• También es cierto que a veces no se tiene muy claro cuál es la diferencia entre espacio común o público, ¿no?
Tendríamos que informar exactamente, de las cosas que podemos hacer en la calle, ya que, muchas veces ni siquiera lo sabemos. En todo eso, el estilo de vida cotidiano tiene muchísimo que ver. Trabajamos para tener los recursos y así poder tener todo aquello que necesitamos. Esa visión la aplicamos también para la ciudad. Tenemos gente que se dedica a que la ciudad esté bien, políticos, técnicos… Y nosotros no tenemos más que disfrutar de ellos sin entender que nosotros podemos aplicar algo a esos espacios. Cuando estuve haciendo el doctorado tuve la oportunidad de entrevistar a Eduardo Serrano, un arquitecto que participó en la Casa Invisible de Málaga, quien me dijo que le gustaba también considerar el espacio común a parte del público. Un espacio temporal que nace a partir del encuentro de dos personas que se juntan. Decía que, suele darse en las fronteras, como cuando dos vecinos se comunican desde las ventanas del patio. En las fronteras es donde tenemos esa actitud de lo temporal, de lo dinámico, en esos espacios comunes es donde se crean las cosas más interesantes y a las que dotamos de una identidad.
• Quizás deberíamos usar el espacio público como un espacio creado por miles de esos espacios de oportunidades…
Y que estos no tengan una actividad creada ya a priori. Por tanto, pudiera aparecer un espacio que te permitiese crear esos espacios comunes. Pudiera ser un espacio público y, a la vez, un procomún. Desde ahí sería fácil llegar a los espacios sensibles de los que hablábamos antes. La capa digital, probablemente, pueda ofrecer la oportunidad para que la gente pueda crearse esos espacios, pero antes ha de darse una lección general de gestión urbana y después contar con algunas plataformas que ofrezcan eso. ¿Por qué no equipar con cierta tecnología un espacio público para la creación de distintos proyectos?
• Y ¿cuál sería en este caso el papel que debiera jugar la administración?
Sería estupendo que el ayuntamiento gestione temporalmente unos espacios, los dote de ciertas herramientas y los ceda para que los ciudadanos puedan crear proyectos. Teniendo como única frontera el checking digital donde el usuario se registraría, sin tener que solicitar permisos especiales. De esa forma la gente que lo esté usando se haría responsable de sus desperfectos… etc. Quizás sean ideas que puedan resultar un poco utópicas, pero para las que ya tenemos herramientas. La gente desarrollaría sus proyectos libremente, que la administración pública vaya observando y que apoye aquello que le parece realmente interesante, con la ventaja de que son cosas que ya están en marcha. Además estaríamos poniendo en contacto personas y proyectos parecidos. De alguna forma, se aprovecharía la inteligencia colectiva. Lo digital nos ayuda a que miles de personas puedan aportar su granito de arena plasmando sus ideas de manera muy sencilla. Es importante trabajar como profesionales intentando crear redes independientes. Yo, como profesional que trabajo con la gestión urbana, intento crear las oportunidades para que la gente con intereses parecidos puedan juntarse en espacios físicos y poder desarrollarlos. Luego a lo mejor salen empresas, espectáculos… un espacio en el que se pueden juntar únicamente para compartir e intercambiar ideas.
• Crees que llegado este punto, ¿es posible ya hablar de ágoras digitales?
Espacios que antiguamente eran plazas y que hoy nos ofrece lo digital ya que en las ciudades tan grandes no se están dando esos sitios. Es interesante trabajar en la creación de esas redes. Trabajamos en un proyecto llamado “What…? Cities”, que se compone de dos partes importantes, la primera como base, es una herramienta digital (que llamamos whatif : http://whatif.es) que permite al ciudadano geo-referenciar micro informaciones sobre su entorno. La segunda aprovecha el proceso de consultación ciudadana como excusa para organizar talleres y charlas, donde los ciudadanos se conocen y se pueden organizar en red de manera que seguirán viéndose y montando proyectos incluso una vez termino todo el proceso de consultación + talleres. En este proyecto, nos inventamos una figura a la que llamamos el activador urbano. Durante los 8 meses que duraba el proyecto uno de nuestros objetivos era detectar 5 o 6 personas que tuvieran mucha capacidad de acción, de montar proyectos, para que colaborase estrechamente con nosotros. Hablamos de gente que estuviera muy comprometida con lo local y que debíamos intentar que se hiciesen cargo de todos esos proyectos que estaban ya funcionando. Pero cuando eliges a alguien a dedo, no funciona como si fuera de manera espontánea, por ello nos inventamos una especie de becas. Nosotros, pasaríamos una vez al mes como consultores pero antes de empezar con los talleres, formamos a estas personas que luego se quedarían liderando todas esas actividades. Hablaban sobre un proyecto real para mejorar la ciudad y finalmente realizaron una acción en Alicante para evitar la demolición de unos silos que se iban a derruir para el trazado del AVE. Así, montaron una jornada de reivindicación que generaría una red de conexión entre las personas que estaban interesadas. Esas personas que no estaban en contacto. Ahora han organizado una plataforma que se reúne regularmente para presentar al ayuntamiento actividades diferentes para realizar en esos silos.