14.11.2007

El valor de las ideas

Publicado en el Suplemento ABC de las Artes y las Letras. Obsesionado el mundo arquitectónico actual por la caza del personaje mediático de fama y talento más o menos duraderos, se insiste en la rutina repetida hasta el hartazgo de la obtención de un personaje de relumbre que haga que cualquier concurso de arquitectura brille, y que a través de su ganador se logre un impacto mediático. Poco importa si el concepto del proyecto y su autor demuestran realmente ser una respuesta a las premisas de la convocatoria o si solamente éste usa el peso de su marca registrada y sus reconocidos trazos de estilo como único aval para alzarse con éste.

Dado este contexto -aunque entendiendo también que, debido a su carácter de concurso de ideas, sus organizadores se ven liberados de los compromisos económicos y de la obligación de lograr una repercusión que haga masivamente seductor el proyecto ganador- debe loarse la realización de un concurso como el que la compañía ThyssenKrupp viene convocando desde 1988.

La edición de 2007 del Premio ThyssenKrupp Arquitectura (www.thyssenkrupp-arquitectura.com ) ha convocado a estudios de España y Portugal, y por primera vez ha abierto su convocatoria a despachos del mundo árabe. El ejercicio que se ha invitado a desarrollar a los participantes ha sido la creación de una estructura cuya realización implique asimismo una intervención sobre un enclave de trascendencia dentro del entramado urbano.

Granada, telón de fondo
En el caso de la presente convocatoria, el ejercicio ha consistido en plantear la reordenación del espacio de las instalaciones ferroviarias de Granada y la construcción de una nueva instalación del AVE. La propuesta se ha formulado a partir del Plan de Ordenación Urbana desarrollado por el ayuntamiento de la ciudad en 2001, que opta por fomentar un crecimiento cualificado frente al extensivo, creando nuevas piezas que impliquen operaciones de reestructuración de una trama urbana cuyo eje se sitúe en un espacio presidido por la nueva estación ferroviaria, de manera que se generen nuevos puntos de relación que la rearticulen. En esta planificación se conciben como fundamentales los espacios para el tránsito peatonal y vehicular, así como la creación de nuevas vías de entrada a la ciudad privilegiadas por su calidad ambiental y paisajística.

Los arquitectos debían plantear respuestas eficaces para este contexto, cuya dificultad intrínseca radicaría en aunar el diseño de una estructura de uso público para comunicaciones y transportes con perfil destacado dentro del contexto urbano, compatibilizando su funcionalidad y eficacia con su papel de núcleo integrador y convergente de los prolongados tramos de vía presentes sobre el tejido de la ciudad.

Dar la mano
En interpretar arquitectónicamente la lectura metafórica del anudar o dar la mano se ha centrado el concepto distinguido con el primer premio, realizado por el equipo dirigido por Eva López ( www.ma-lo.eu), arquitecto formada en Granada y que está desarrollando su carrera profesional en Insbruck. La propuesta presentada contiene la creación de una vía de circulación rodada y un jardín inclinado que prolongaría el actual jardín de Fuente Nueva, llevando el verde hasta el nivel de las vías ferroviarias de la nueva estación. Sobre las vías y próximo a la Facultad de Ciencias se crearía un parque agrícola urbano bajo el cual se situarían aulas y laboratorios. Finalmente, un nuevo albergue estudiantil incorporaría a la Universidad como parte esencial de la estructura urbana un equipamiento deportivo y el patio de trenes, orientado hacia la Alhambra.

El concepto propuesto trasluce un profundo conocimiento sobre la ciudad y sus necesidades y aúna rigor analítico con una mirada sensible que, a través de la preservación y reafirmación de la identidad del lugar, es capaz de incentivar una reactivación del espacio, generando un nuevo equilibrio a partir de la adopción del paisaje agrícola cercano a la capital como referente con el que crear un soporte para nuevas conductas urbanas: un nuevo paisaje productivo. La estación se ha planteado como un lugar de suceso, de confluencia de las actividades y movimientos de viajeros, trenes? pero ante todo, como significativa puerta de entrada a la ciudad.

Sabor árabe
Así lo entiende también el proyecto galardonado con el segundo premio, realizado por los portugueses Germano Vieria y Nelson Miranda. Su concepto -‘similar a la organización de las antiguas ciudades’, aducen- proponía un ámbito de diferentes capas que cobijara áreas de trabajo, residenciales, comerciales y de ocio que situara los elementos principales de la infraestructura a nivel subterráneo. El soterramiento de las vías permitiría la creación de una amplia zona pública a nivel de calle que consolidase el tejido público. El entorno distinguiría su carácter protagonista en la zona mediante una serie de torres que crearían marcos visuales con el Albaicín, Sierra Nevada y la Alhambra, enclaves identificadores de Granada, y siendo este último la referencia clave con la que el proyecto, en escala, perfil y materialidad trataba de crear un diálogo. La elección deliberada de un tipo de construcción sólida, como pétrea (alejada de la estética de ‘caja de cristal’ habitual de este tipo de programas), que permita la exploración con la luz y la presencia del agua, era un reconocimiento a la importancia de la cultura árabe en la conformación de la identidad granadina y su persistencia en el presente. Los galardonados han hecho un análisis riguroso de las circunstancias que había que desarrollar, y con mayor o menor acierto se han comprometido ya no sólo con el edificio como pieza, un mal endémico de la arquitectura contemporánea, sino que han trabajado conscientemente con el desarrollo del paisaje y su relación con la Granada urbana.

Este, que debería ser el modus operandi obligatorio del arquitecto que trabaja sobre estrategias de desarrollo urbano, se está transformando cada vez más en un hecho más excepcional. Por esta razón, al haber destacado el jurado como ganadoras estrategias surgidas de la realización de una lectura exhaustiva del lugar, de su comprensión para plantear soluciones que mejoren funcionalidad y habitabilidad, se reivindica -a través de este concurso- la exigencia del compromiso y la responsabilidad del arquitecto ante la ciudad.

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