22.1.2021
El programa intangible
The Architectural Review. Biblioteca Phillip Exeter en New Hampshire
Decía Louis I. Kahn:
“Programa es una palabra demasiado aburrida. Se trata de comprender la naturaleza de un conjunto de espacios donde es bueno hacer algo en concreto. Ahora bien, decís que algunos espacios deberían ser flexibles, pero también los hay que deberían ser completamente inflexibles. Deberían ser pura inspiración […] Es algo parecido a una especie de cielo, una especie de entorno espacial, terriblemente importante para mí. Un edificio es un mundo dentro de otro mundo”.1
En otra ocasión Kahn va incluso un poco más allá:
“El programa no es nada. El programa es un estorbo. Hay que rebelarse contra el programa”.2
Interesa aquí la idea de espacio inflexible como lugar esencial, capaz de trascender cualquier programación funcional y al mismo tiempo convertirse en la razón de ser de un edificio. Pensemos la biblioteca Exeter3 como por ejemplo, la vivienda palacio de un embajador, con la ceremoniosa escalera semicircular y simétrica de acceso, el vestíbulo para fiestas y recepciones, la galería perimetral de ladrillo como expresión segura del baluarte diplomático, o la vivienda principal del embajador sobre la cubierta jardín. En palabras de Louis I. Kahn,
“si cambias un programa, liberas fuerzas maravillosas”.3
Leé la nota completa en > VEREDES