7.9.2020
El mobiliario urbano y la revolución. Los kioscos
La transformación del lenguaje pictórico del arte progresista a las formas arquitectónicas construibles tuvo un escalón muy importante en los proyectos para los kioscos de propaganda y agitación.
Se trataba de construcciones de escala reducida, constructivamente sencillas, realizadas en base de listones de madera y perfiles metálicos, cuyo carácter efímero certificaba la intensidad de la experimentación en las formas y los significados.
Desde los primeros años post revolucionarios, estas pequeñas obras representaron el esfuerzo más directo de integrar al arte constructivista en el medio urbano. Fueron el inicio de la búsqueda por una nueva imagen arquitectónica del mundo socialista y, gracias a su flexibilidad funcional, el kiosco acabará personificando los diferentes estados de la vida urbana, hasta la degradación definitiva del espacio público como centro urbano y social.
Uno de los primeros proyectos de este tipo fue el kiosco de venta de periódicos y literatura de propaganda presentado por Alexander Rodchenko en un concurso de 1919. Se trataba de una composición de tres niveles, con el más bajo dedicado a la venta de diarios, al contacto directo con la ciudadanía, el techo de este nivel era la tribuna de oradores y los elementos estructurales se utilizaban como suportes para carteles.
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