El Corredor Verde de Cerdanyola del Vallés, Provincia de Barcelona

La zona se caracteriza por la presencia de diversas actividades mineras, vertederos de basura, carreteras y aguas residuales sin control producidos por las industrias cercanas. Este desastre ecológico necesita urgente remediación para salvaguardar la única y rara oportunidad de mantener un cierto grado de balance ecológico en este territorio malamente urbanizado.

Antecedentes
El centro de Cerdanyola del Vallès es un desarrollo urbano de 340 has situado al oeste del centro Cerdanyola. Está bordeado por la Autopista AP-7 en el norte, el arroyo Riera de Sant Cugat al sur; el curso de agua estacional Torrent de Can Fatjó y el distrito municipal de Sant Cugat al oeste. Se ha hecho un intento para integrar este desarrollo urbano con su mezcla de actividades y servicios residenciales, comerciales y productivos (como la emblemática instalación de luz sincrotón) en el territorio. El nuevo Plan Parcial proyecta un espacio libre de 142 has, con un ancho promedio de 1.000 metros, para formar un corredor ecológico a escala regional, conectando las sierras de Collserola con el macizo de Sant Llorenç del Munt, por ende interrelacionando ecológicamente diversos espacios. Esto promoverá y continuará el corredor verde del Vallès. Una parte del conector central entre Sant Llorenç del Munt i l’Obac y Collserola, toma la forma de una serie de medidas correctivas para garantizar la efectividad de este conector y su permeabilidad que ha sido afectada por la gran cantidad de infraestructura que cruza su territorio. El Estudio de Trabajos Básicos para el Plan Parcial contempla 10 estructuras (cruces de vida silvestre, viaductos, túneles cubiertos y drenajes) con una inversión estimada total de 17 millones de euros en el corredor ecológico paisajista, entre otras intervenciones necesarias para lograr el objetivo.

Características generales del área
El corredor verde refleja el paisaje del Vallès, zona de tierras agrícolas secas y espacios boscosos (bosques achaparrados y ribereños en un estado de conservación bastante pobre). Las tierras de cultivo son los hábitats que requieren mayor protección desde un punto de vista ecológico. Cuando estos campos tienen un tamaño adecuado, brindan espacio para la reproducción de determinadas especies de pájaros y deberían ser manejadas apropiadamente por su importante rol como alimento para la fauna de interés. Esta tierra y sus bordes son particularmente importantes ya que proveen de plantas adecuadas donde la fauna, particularmente, pequeños mamíferos y pájaros, encuentran cobijo y alimento. Otros elementos naturales interesantes son los dos cursos de agua que cruzan el sitio de norte a sur, desaguando en la Riera de Sant Cugat en el borde sur de la zona, que abarca la tierra alrededor del arroyo. Las orillas de los cursos de agua tienen una superficie de 13,3 has (9,4% de la superficie del corredor).
No obstante, la principal característica de este sector se debe a las múltiples actividades que se han llevado a cabo históricamente, dando lugar a zonas dañadas que requieren una urgente intervención:
– Los conjuntos de espacios mineros, con una topografía artificial que se destaca en el contexto, también, requieren restauración de suelos. Este sector forma aproximadamente 6,5 has, o sea el 4,5% de la superficie del corredor. Uno de estos espacios será restaurado en forma de vaciadero de basura controlado, para deshechos no peligrosos, con un contenido máximo de de 15% de materia orgánica. La predicción es que este vaciadero estará lleno para el 2010 y previo a la clausura se trabajará en la integración del paisaje.
– La planta de producción de asfalto, actualmente en desuso, será removida del sitio y se llevará a cabo el necesario proceso de descontaminación. La planta ocupa una zona de 3,2 has, el 2,3% de la superficie del corredor.
– Un espacio que presenta varios residuos inertes tiene una superficie aproximada de 2,5 has, 1,7 % de la superficie del corredor.
– Instalaciones industriales a demoler.
– Áreas afectadas por la sección de cruce en el esquema anterior de la calle BP-1413, que está siendo ensanchada debido al paso de los nuevos trenes de alta velocidad y por una de las más importantes autopistas nacionales (AP7). Otro importante aspecto a considerar es la presencia de numerosos servicios, algunos existentes (cables eléctricos elevados, cañerías de petróleo y gas) y otros planificados (cables eléctricos elevados y subterráneos, conductos de agua y cisternas, sistemas de recolección de aguas residuales) que cruzan el espacio abierto y sus instalaciones de servicio.

La competencia
Es obvio que las medidas correctivas deberían ser analizadas y aplicadas para impedir que todos estos daños afecten las funciones ecológicas de este paisaje. Por ello, en el 2009, el centro directivo de Cerdanyola del Vallès anunció una competencia internacional con procedimientos restrictivos para la contratación de servicios para delinear un proyecto y supervisar los trabajos en este corredor ecológico.

La propuesta ganadora
El equipo ganador, representado por la bióloga Anna Zahonero Xifré, propuso la configuración del corredor como un mosaico agroforestal cuya estructura está dada por los dos arroyos que junto con el río Sant Cugat forman el corazón de las funciones del corredor ecológico, y por dos paisajes recreados como interpretaciones morfológicas y ambientales de la geografía dual de la región de Vallés: las onduladas zonas de tierras sin riego y la sombra de las cañadas bajas.
El proyecto se concibió como una reflexión del cambio de paradigma social y científico, de una nueva posición ética que evalúa y resuelve condiciones de desarrollo desde un punto de vista compatible ambientalmente. Por esta razón, se ha establecido como prioridad la mejora del hábitat y la restauración de la conectividad que resultará del cambio radical en la relación de la infraestructura con su ambiente físico, para alentar mayores movimientos de fauna por medio de la innovación conceptual y de la técnica paisajística. El objetivo final de la propuesta es construir un espacio eficiente ecológica, socialmente y morfológicamente integrado al tipo de paisaje existente, que requiere un mínimo costo de manejo.
El proceso de diseño alternó, regularmente, entre puntos de vista micro y macro del paisaje, lo que permitió investigar procesos de trazas veladas tanto de intervenciones humanas como naturales.
Este acercamiento a multi-escala permitió identificar elementos a una escala que permitió entenderlos dentro del amplio contexto de la región. Las observaciones a múltiples escalas identificaron numerosos elementos activos e históricos; cursos de agua, condiciones topográficas distintas y trazas de agricultura, que juntos forman una compleja red de senderos y flujos actualmente ocultos por las autopistas, la industria pesada y la actividad minera que domina la visión contemporánea de este paisaje. Por medio de la comprensión de estas redes macro existentes, los elementos del micro paisaje son reinterpretados de una manera que refleja especialmente las características únicas del lugar.
El proyecto valoriza los arroyos como los principales ejes de conectividad; el manejo del agua, o mejor dicho de la humedad del suelo se convierte en la base de la construcción del nuevo hábitat (espacios acuáticos semi-permanentes). La sustitución de un hábitat prácticamente mono específico que cubre parcialmente los arroyos permite la creación de una nueva sección. Se establece una nueva topografía para apoyar el desarrollo de vegetación. La solución toma la forma de módulos correspondientes con las condiciones topo-climáticas y edáficas.
El mosaico central de tierra no irrigada es preservado como parte de la identidad ambiental y el valor visual, social y productivo que resiste los continuos cambios de la tierra. El proyecto propone un futuro plan de manejo ecológico de la agricultura que contribuirá a la mejora ambiental global.
Se proponen dos sectores diferenciados por su intensidad de uso: un espacio donde las funciones ecológicas son priorizadas y un espacio donde el proyecto permite cierta infraestructura para uso público. Dentro de esta distribución de intensidades, el rol del Torrent de Can Fatjó como principal eje de conectividad es reforzado indirectamente.
Complementariamente, las estructuras boscosas que cruzan el sector son generadoras y guía del flujo de la fauna hacia el área de conexión central.
El paisaje disponible para el uso público está ubicado en las áreas degradas por actividades extractivas, ahora restauradas para tierras agrícolas alternando con praderas naturales sobre nuevas formaciones topográficas construidas siguiendo los parámetros básicos de altitud y pendiente que define la topografía del paisaje local. El uso público se basa en un sistema jerárquico de caminos, recuperando los caminos históricos que evitan las zonas frágiles de valor ecológico. Una de las propuestas más significativas es la multiplicación de eco-tonos por el refuerzo de los márgenes vegetales y la plantación de comunidades vegetales en diferentes fases de sucesión ecológica, en un proceso dirigido a incrementar el perímetro de contacto entre varios hábitats. Además, el proyecto propone una modificación en la proporción de tierra agrícola con la boscosa, evitando la introducción de mayores niveles de fragmentación de las parcelas agrícolas.

por Anna Zahonero Xifre, bióloga y arquitecta paisajista
Publicado en el IFLA News Nº 89, Octubre 2010
Gentileza de Virginia Laboranti