13.12.2011
Búsqueda e Investigación en el ámbito de la Arquitectura
Lo que este escrito intenta plasmar es un posible camino por el cual ciertos arquitectos enfocan su acción -proyectar- a la formulación de metas y la consecuente búsqueda de un proyecto, adecuado al cumplimiento de estas metas.
La Arquitectura constituye su propio lenguaje y ámbito de conocimiento. El fin es proporcionar no sólo el mejor diseño arquitectónico para una tarea de proyecto, sino también poder avanzar en el campo del conocimiento y hacia el corrimiento de sus fronteras (algo que frecuentemente se hace, tanto en beneficio de un cliente, como para satisfacer la curiosidad intelectual del arquitecto y, en ocasiones, incluso en el ánimo de servir a la sociedad en general). Cada tarea de proyecto arquitectónico hace referencia a las soluciones anteriores en un contexto similar con más o menos conocidos elementos arquitectónicos.
Así, el proceso del diseño arquitectónico puede implicar el planteamiento de una respuesta de diseño para un contexto específico, físico e intelectual, por lo que estos contextos pueden ser entendidos como desafíos. Si, efectivamente, esos parámetros bajo los cuales un diseño es desarrollado desafían al arquitecto, el proceso de estimulación intelectual conduce al arquitecto a la pregunta, prueba y refutación de ciertos detalles y composiciones. Otros serán llevados adelante, reinsertados y sintetizados. En algún momento, estos procesos de búsqueda e investigación se terminarán.
La decisión final debe ser tomada.
El diseño finalmente requiere una evaluación crítica: ¿Los objetivos establecidos en un principio se cumplieron o fueron modificados?, ¿La modificación ocurrió como resultado de los conocimientos adquiridos durante el proceso de búsqueda e investigación?, ¿Puede el diseño ser finalmente considerado una declaración coherente e integral?, ¿Puede el edificio que se realiza sobre la base del diseño entenderse como una contribución al discurso arquitectónico? Por otra parte e idealmente,
¿La arquitectura contribuye al desarrollo de una sociedad?
Si la arquitectura es entendida como un medio con la posibilidad de efectuar y/o transmitir valores y significados, entonces puede ser entendida como otro sistema de información cualquiera. Por lo tanto, hablamos de la arquitectura como poseedor de cualidades similares a otros medios de comunicación. Además de poseer sus propios elementos para efectuar y transferir valores y significados, en otras palabras, posee su propio lenguaje. Todo medio constituye su propio campo relativamente autónomo del conocimiento.
El lenguaje de la arquitectura consiste en elementos morfológicos, que van desde lo material hasta lo contextual de los componentes. Cada elemento morfológico, siendo ambos de la lógica interna de las formas y el reino de los conocimientos relativos a estas formas (más convencionalmente referido a la historia), tiene particular relación con la dimensión socio-cultural. Así, los elementos materializados a través de la construcción tienen valores en el reino de la economía, tecnología y ambiente. Un sistema de conexión de los elementos tectónicos tiene un valor en términos de ingeniería. Elementos espaciales y compartimentos de un edificio analizado como una red de relaciones topológicas tienen valores en el ámbito de lo social.
Incrustado en el desarrollo de la arquitectura, ya sea construida o simplemente proyectada, arquitectura es una cantidad de puntos de vista, un diccionario de sinónimos del conocimiento. Este ámbito de conocimiento desde luego, no sólo se refiere a los aspectos tecnológicos, sino que también implica la comprensión de cómo los espacios y formas crean sociedades y sus valores. Desde los edificios religiosos hasta las estructuras sociales, como escuelas y hospitales, el cuerpo de conocimientos contiene declaraciones relacionadas con los patrones de uso, modos de inclusión y exclusión, métodos de representación, formación de atmósferas y establecimiento de valores compartidos. La colección de estos aspectos en la totalidad del discurso arquitectónico constituye la contribución de la arquitectura en el desarrollo de la civilización. Cada edificio es, pues, una pequeña parte, pero no insignificante, del mosaico de conocimiento de la humanidad.
Publicado en la sección editorial del Scalae Mario Corea