7.11.2005

Atmósfera de tensión

La ampliación de la sede de la Academia de Bellas Artes de Múnich es el último proyecto finalizado por COOP HIMMELB(L)AU, el estudio fundado por Wolf Prix y Helmut Swiczinsky en 1968 con la voluntad de crear una arquitectura «con fantasía, tan etérea y variable como las nubes».
El proyecto ha consistido en la construcción de una extensión para este edificio, erigido en 1876, y que carecía de las dimensiones adecuadas para acoger sus necesidades actuales. Para COOP HIMMELB(L)AU, el planteamiento de esta obra ha implicado que el edificio atraviese fundamentalmente una renovación a nivel conceptual.

«No queremos una arquitectura que excluya lo inquietante. Queremos que la arquitectura tenga más», manifestaba este equipo austríaco en 1980, casi una década antes de su inclusión en la exposición Deconstructivist Architecture, organizada por Philip Johnson. La interpretación en términos arquitectónicos del concepto derridiano «deconstrucción» proporcionó a estos arquitectos un método de diseño para la experimentación con la creación de nuevas formas en cuyo trasfondo ideológico subyacía, en sus inicios, un mayor respeto por la actitud de los Rolling Stones que por los maestros históricos e intocables de la arquitectura. Más allá del deconstructivismo, la arquitectura de COOP HIMMELB(L)AU, clamando por una «arquitectura que sangre, que fatigue, que se retuerza, e, incluso, que se rompa. Que ilumine, que aguijonee, que rasgue, y que, bajo presión, se tense», afirma la importancia crucial de la arquitectura como agente activo de una nueva filosofía para la planificación urbana contemporánea que, simultáneamente, sea también un modo de resistencia contra la instrumentalización de la profesión.

Urbanismo vigoroso
El espacio ya no está preordenado (si es que alguna vez lo estuvo), sino que adquiere su entidad como resultado de los campos de fuerzas que forma la unión de las figuras, sentando la base de un urbanismo vigoroso.
El concepto del diseño planteado por COOP HIMMELB(L)AU para la Academia de Bellas Artes de Múnich es paradigmático de esta convicción suya acerca de la capacidad de la arquitectura para crear el espacio público mediante unas formas radicalmente expresionistas que aspiran a generar espacios basados en la tensión exudada por la intensidad de éstas.
El planteamiento para este proyecto se ha basado en la idea de transformar los tres sistemas urbanos que se congregan en el lugar: los sistemas axiales de Leopoldstrasse y Akademiestrasse que contienen edificios estatales y la estructura de Schwabing, desarrollada a pequeña escala, y diferentes construcciones y las áreas ajardinadas de Leopoldpark y los Akademiegarten. La configuración abierta resultante de edificios cerrados produce una secuencia transitoria de espacios conectores entre el parque y los espacios urbanos: la fachada acristalada actúa como membrana mediadora. La puerta de acceso, el patio interior, las terrazas del estudio funcionan tanto como conectores con el parque como entre la puerta y el parque. Esta configuración señala las diferentes relaciones con los espacios exteriores. Asimismo, el patio interior central ha sido cubierto, de suerte que se crea un espacio adicional que integra y unifica en un todo el conglomerado de diferentes espacios y que se abre, a través de una fachada de cristal, hacia la ciudad y hacia el parque.

Desde el vértigo
El espacio interior busca la fluidez y la tensión mediante rampas diagonales y pasillos que conectan, vertiginosamente, las áreas funcionales de las diferentes partes del edificio y sus diversos departamentos. Así se crea un complejo lleno de energía, que idealmente se correspondería con las demandas psicológicas y emocionales requeridas para el desarrollo de la actividad creadora. Los talleres se hallan diseminados por todo el edificio. Surgen conexiones entre los estudios de pintura, escultura, fotografía, el taller plástico, el taller de impresión y el taller de artes mediáticas. El estudio para escultores se encuentra en la planta baja, en dos secciones del edificio, y se extiende en terrazas frente al parque; los talleres de pintores están en los estudios del piso superior, y se conectan con las terrazas sitas en el tejado.
Aunque menos imbuida de la radicalidad profundamente intensa de anteriores obras de COOP HIMMELB(L)AU, como el museo de Groningen (1994) o el Complejo Cinematográfico UFA, en Dresde (1998) y de otras actualmente en proceso de construcción, como el BMW Welt también en Múnich, el Musée des Confluences, en Lyon, el Museo de Arte Akron, en Ohio, y la Casa de la Música, en Aalborg, el resultado concluido de este nuevo edificio proyectado por Prix y Swiczinsky reafirma la posibilidad de una arquitectura surgida del deseo abierto de sugerir la subversión mediante el impacto de unas formas generadoras de espacios que se revelan, a medida que avanza el tiempo, cada vez más evidentemente, como expresión concreta de la energía exudada por nuestro espíritu sumido en inquietud e incertidumbre.

Territorio de referencia
Catalizadores del caos y la inestabilidad de un tiempo que se siente incómodo en el equilibrio clásico y puritano que obsesionó a un gran sector de la modernidad, COOP HIMMELB(L)AU sigue siendo un territorio de referencia para la arquitectura de una época en el desarrollo de una forma de operar en la que estos arquitectos creyeron y siguen creyendo, en el diseño de obras cargadas de tensión, complejidad y libertad. Sigue latente el espíritu con que se pusieron a trabajar a finales de los sesenta: aquella forma de operar, donde mezclaban filosofía y psicotrópicos.
La Academia de Bellas Artes de Múnich sigue afirmando que COOP HIMMELB(L)AU no son solamente formas arriesgadas y espacios perturbadores: sobre ellas flota un valor teórico bien sustentado y una intencionalidad premeditada que, aunque ya no transgrede, reafirma a este estudio austriaco en una posición de rupturistas que, con su rebelión, dinamizaron y desacralizaron el pensamiento arquitectónico de las últimas tres décadas. La arquitectura toma hoy derroteros que la conducen a modelos alejados de aquellas formas clásicas a las que estos arquitectos se enfrentaban desde su plataforma en Viena por considerarlas represoras y coartadoras del desarrollo para la arquitectura. Deben sentirse satisfechos de haber logrado este cometido: la arquitectura ya no es y no será la misma, y un papel importante será asignado a COOP HIMMELB(L)AU en esa deconstrucción, arquitectos que eligieron situar su trabajo «sobre la matriz de los imposibles».

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