22.1.2011
Cómo resucitar un fósil urbano
Inaugurado durante el gobierno de Juan Domingo Perón en 1951 para los Juegos Panamericanos, el Velódromo de Buenos Aires es hoy un verdadero fósil urbano, casi olvidado y sin planes conocidos que or ganicen un enclave estratégico como espacio público y en el corazón del Parque 3 de Febrero, principal pul món y parque de la Ciudad.
Un poco de Historia
Los registros periodísticos indican que el Velódro mo y sus instalaciones originales fueron otorgados en concesión en 1991 durante la administración del i tendente Carlos Grosso a la firma Asesores Empresarios S.A. para su explotación de manera conjunta con el Club de Golf. Esta concesión se cae en 1997, luego de una serie de denuncias y proceso judicial por irre gularidades en su adjudicación y por incumplimiento contractual por falta de obras comprometidas. El campo de golf fue reabierto, pero el Velódromo no. Sin abundar en más detalles este capítulo fue también el acta de defunción de nuestro Velódromo y el comienzo sin fin de una serie de planes para el sitio que por causas diversas, pero fundamentalmente por la falta de una política sobre espacio público que atravesó diversas administraciones locales autónomas o no.
En 1998, la AAT presentó un proyecto para realizar un estadio y complejo de tenis similar a Flushing Meadows o Roland Garros o Flinders Park, la idea dio vueltas pero finalmente la crisis económica de 2002 entierra el proyecto dándose de baja formal en 2003. En 2004, el Gobierno porteño intenta convertirlo en un espacio público de usos múltiples y gratuito al público utilizando como medio de financiación un crédito del BID por 17 millones de dólares. Incluía la demolición del estadio, que a esta altura había sido declarado en situación de emergencia estructural por el Centro Argentino de Ingenieros, debido a la falta de mantenimiento y abandono sufrido. El proyecto incluía un playón para unos nueve mil espectadores y edificios educativos, vestuarios y una voluntad de integrarse a los espacios verdes circundantes y una visión sustentable del paisaje. En 2009, el Comité Olímpico Argentino (COA) hace pública una propuesta para construir allí un centro de entrenamiento de alto rendimiento, se haría con el aporte de fondos privados encuadrado dentro del plan que el organismo proyecta para impulsar el deporte argentino. Recientes declaraciones de funcionarios del área de Espacio Público (diciembre 2010) indicarían que este proyecto tampoco se encuentra en la agenda porteña y sólo se habla de demoler la estructura y mantener la situación más o menos como quedó hace poco más de doce años.
Qué hacer
El área del Velódromo ocupa unas 4 hectáreas dentro del Parque Tres de Febrero y está encuadra da dentro de la normativa UP (Urbanización Parque y Área de Protección Histórica (APH2) y Protección Ambiental y que regula los posibles usos y tipos de construcción a realizar, pero transitorias o definitivas deben garantizar la libre circulación, no se puede aterar su paisaje y no puede ser fuente de contaminación. Si existe la voluntad de terminar de configurar este sector tan caro a la Ciudad y proteger de depredadores urbanos a este verdadero e irrepetible patrimonio es momento de ocuparse del tema con un plan que se ocupe de estas cuatro hectáreas y también de las otras cientos de hectáreas que ocupan el Parque 3 de Febrero. Para esto se deberá liberar, inmediatamente, las tierras ocupadas por entes privados y públicos de manera informal e incluso avanzar sobre aquellas ocupaciones formales que impidan desarrollar el Parque en su formato más adecuado a los intereses ciudadanos. Dar prioridad peatonal a las calles internas especialmente los fines de semana y, salvo en las avenidas, evitar velocidades que superen los 20 km por hora. Limpiar el ambiente de la actual polución visual, acústica y de desechos limpiando lagos, calles y suelos. Recuperar y reforestar sectores abandonados, equipar el parque de sanitarios auto-limpiantes, lugares para residuos diferenciados en abundancia, sostener en el tiempo una política de mantenimiento, reposición y de seguridad hacia las personas y patrimonio. Sería deseable que en este Plan general se entienda al Parque 3 de Febrero como una red de parques, calles, edificios patrimoniales y que permita un uso libre para esparcimiento, deporte y cultura de los porteños adecuándolo al siglo XXI, pero sin perder lo mejor que el paisajismo y el urbanismo del siglo XIX y XX nos brindó. Será entonces el caso del Velódromo una excusa para iniciar un cambio que mejore un lugar que merece mejor destino, apartándonos definitivamente de una forma de hacer las cosas, siendo éste abandono y falta decisión un fiel y triste símbolo.
Por Daniel Silberfaden, Decano de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Palermo
especial para DIARIOZ de la Ciudad de Buenos Aires
http://www.diarioz.com.ar/nota-velodromo-municipal-basura-ruinas-y-varios-usurpadores-de-lujo.html