11.12.2008

ENTREVISTA: Charla con Antonella Broglia

Fragmentos extraidos de la charla entre la periodista Karma Peiró y Antonella Broglia

Imagen:
Antonella Broglia

Antonella Broglia es doctorada en derecho aunque nunca llegó a ejercer la profesión. Dedicada al mundo de la publicidad, en pequeñas agencias italianas y multinacionales, actualmente colabora con varias compañías españolas y europeas, y habla de cambios tecnológicos y ciudades.

Karma: Actualmente estás colaborando para Infonomia. ¿A qué te dedicas exactamente?
Antonella: Tenemos una línea de trabajo sobre ciudades y su reinvención. Estudiamos las experiencias punteras en todo el mundo. Desde el 2007, más del 50% de la población mundial vive en ciudades. Sólo el 10% vivía en 1.900. En el 2050, lo hará un 75% de la población mundial. 200.000 personas cada día van a vivir a la ciudad y 1.400.000 a la semana. Casi todas esas personas llegan a la ciudad y no tienen dinero para aprovechar la oferta inmobiliaria, se construyen con sus manos un techo en una tierra que no les pertenece, creando barrios de chabolas. En este momento, hay 1.000 millones de personas en el mundo que viven en estas condiciones. Serán 2.000 millones en una generación. No se puede entender el futuro de las ciudades si no se entienden las chabolas y la vida en ella.

[…]

K: ¿Por qué hay que descubrir la vida de las chabolas para entender las ciudades?
A: Porque en las chabolas existen sistemas de convivencia solidario; todo el mundo tiene un trabajo; hay vitalidad y creatividad; existe una urgencia por salir de la pobreza e ilusión por conseguirlo. Los vínculos sociales son muy fuertes; prima un sistema participativo; los servicios están basados en la confianza (como prestar dinero, cuidar de los niños,
etc.); funciona el trueque y la puesta en común de bienes.

K: ¿Algún otro ejemplo de ciudad destacable?
A: Helsinki quiere ser una ciudad totalmente autoconstruida, pero con recursos económicos. En el Proyecto Helsinki 2.0 los ciudadanos elaboran el programa electoral, indicando qué se necesita en su barrio: una guardería, un paso de cebra, un colegio, etc. En este proyecto el alcalde es solo un medio de comunicación.

K: Parece utópico…
A: Tengo dos ejemplos más. Dubai demuestra que se está haciendo el proceso contrario. Todo se decide de arriba a abajo. Hay dinero en exceso, sin límite para comprar prestigio, cultura, arte, etc. Y el país es una dictadura. El otro caso es el de Heyri, una ciudad autocostruida al norte de Seul, cerca de la línea desmilitarizada. En 390 parcelas viven y trabajan artistas de diferentes disciplinas, pintores, actores, directores de cine, escultores. Es un experimento único de hibridación.

Laboratorio de soluciones

K: ¿Y qué conclusiones extraes de todos estos ejemplos?
A: La idea de fondo es la pobreza, un entorno experimental para lo que va a pasar en el Primer Mundo en menos tiempo de lo que creemos. La falta de agua, energía y comida obligan al hambre a buscar sistemas más flexibles, ligeros, baratos, sostenibles de vivir. Vete a una chabola para ver los sistemas de prestarse dinero que un día terminaremos usaremos aquí. Son sistemas basados en la confianza y las relaciones humanas, que terminan siendo más eficaces y rápidos que los bancos. Vete a una chabola para ver mujeres autorganizándose para cuidar a los niños. O para ver «ingenieros» de calle circulando a reparar los televisores o motores rotos. El Tercer Mundo es un laboratorio de soluciones para nuestro futuro. Y entre ellas la cultivación de la propia comida.

[…]

K: ¿Hasta cuándo puede resistir el sistema así?
A: Depende de las autoridades públicas. En esos asentamientos hay familias que trabajan y luchan para salir de la pobreza más de prisa de lo que pueden. Las chabolas de hoy son las ciudades de mañana. La Nueva York de hoy era chabolas ayer, como Londres y París. Se que suena contraintuitivo pero hay una corriente de optimismo alrededor de las chabolas, a la que me asocio. El sector informal vibra de ideas, espíritu emprendedor y una sociedad cuyas reglas están construidas desde abajo. Hay casos en los que los gobiernos las han anulado pasando con un caterpillar. Y otras donde los gobiernos han ayudado y se han creado comunidades ricas que ahora suplen con las actividades empresariales locales al 60 o 70% de la demanda de empleo.

[…]

K: Hace años entrevisté al socioecólogo, Ramon Folch, y me contaba que por una parte, esta sociedad globalizadora tiene no se cuántos motores, el GPS y las redes. Y, los otros (países pobres), no. Y esa es una asimetría muy seria. “Pero los pobres, tienen la capacidad de subirse a los árboles para apuntar, saben leer las estrellas, interpretar el sol, tienen la intuición, la tradición y ese es un patrimonio muy importante» ¿Estás de acuerdo?
A: Me gusta mucho esta idea. Pero no creo que estemos hablando de universos exclusivos. Ya no es tecnología o capacidad de leer el cielo. Es una mezcla, una hibridación. Porque hoy es imposible que el GPS u otras tecnologías similares se queden en el Primer Mundo. Yo me conectaba a Internet en las chabolas todo el rato, en ordenadores primitivos pero funcionaba. Y en los oasis del desierto. La tecnología se infiltra rápido en todas partes, es barata y fácil de usar. También creo que los que no tienen nada están mejor posicionados para encontrar soluciones para el Planeta. Porque el uso que harán de las tecnologías será a partir de una circunstancia de penuria de recursos.

K: Háblame de casos tan dispares como lo que está pasando en Dubai o Abu Dhabi.
A: Estuve en los Emiratos hace unos meses. Es un fenómeno impresionante: los jeques saben que el petróleo se va a acabar, y que el turismo de alto standing va a ser un recurso duradero. Así que invierten a saco para convertir su tierra una suerte de capital mundial de la clase creativa, entendida a lo Florida. Y, en un contexto de dictadura, crean campus tecnológicos, ciudades de Internet, mediacities, una feria mundial del arte. Se hacen acuerdos con las mayores universidades del mundo y se fabrican museos como el Louvre o el Guggenheim, version EAU donde con muchos millone de dólares se compra la marca y el nombre de un gran arquitecto. En Abu Dhabi hasta se hace una nueva versión de los jardines de la Biennale de Venecia. Es decir, la cultura como sistema fundamental para atraer turismo y talento. Las empresas tienen facilidades fiscales en un paií donde nunca ha habido elecciones libres. Y sin contar el Co2 que todo esto significa.

[…]

Ciudades, lugares de libertad y cultura

K: ¿De dónde te viene el interés por estudiar las ciudades?
A: El tema me parece importante. He visitado y estudiado ciudades desde siempre. Me han parecido un lugar de libertad y de cultura. ¿Sabes que las mujeres indú que viven en el campo, cuando llegan a la ciudad dejan de tener hijos? Les pasa a la mayoría, porque pueden controlar ellas el proceso. La ciudad te hace libre.

K: ¿La ciudad te hace libre? Yo tenía la impresión contraria, te hace presa.
A: Te hace libre porque te ofrece cultura, trabajo, arte, belleza. Pero sobre todo te ofrece densidad. DENSIDAD es una palabra clave. Te ofrece la posibilidad de mezclarte con otros seres. El ‘homo urbanus’ es un ser en permanente contacto con otros. Y de este contacto nace la libertad, la creación, la riqueza. ¿Sabías que Jane Jacobs recomendaba a los urbanistas que diseñaran bloques pequeños, para que la gente que paseara por las aceras girara más esquinas y tuviese más oportunidades de encontarse con otros?. Elisabeth Currid, una profesora de Planificación y Desarrollo de la Universidad del Sur de California publicó en el 2007 un libro titulado: “The Warhol Economy: How Fashion, Art and Music Drive New York City», donde habla de esto mismo.

K: Ya, pero las ciudades son cada vez más impersonales,los bloques de edificios son más altos, los vecinos no se conocen, aumenta la violencia y peligrosidad.. ¿Qué me dices de las megalópolis… esa densidad es positiva también?
A: Robert Putnam dice que los vecinos son más distantes por culpa de la diversidad. Si hay un extranjero en nuestro barrio, según él, es más probable que no nos acerquemos a su casa y si hay muchos es posible que no nos sentamos a gusto dejando a nuestros hijos solos por el barrio. Pero si solo convivimos entre personas semejantes, creamos menos. Como siempre dos ideas opuestas y precios a pagar. Yo creo que toda densidad es buena.

K: Retomando el ejemplo de Heyri. ¿Crees que este tipo de proyectos realizados de la nada pueden proliferar? ¿Tienen que ver con la globalización o son más bien nuevos asentamientos surgidos de un espíritu creativo sin más?
A: En el caso de Heyri, un gran editor coreano se fue a Gales a visitar a las ciudades de los libros. Y quiso crear algo similar en Corea. Hasta aquí, la idea deliberada, el proyecto. Luego, ha venido la disponibilidad de una gran área salvaje cerca de la linea desmilitarizada entre las dos Coreas. Se han ido agregando artistas de todo tipo de manera sido espontánea, tanto que la Heyri de ahora muy poco tiene que ver con el proyecto inicial e irá cambiando con el tiempo. Y ahí está toda la belleza. Cuando yo fui en el 2007 (un largo viaje de horas desde Seul en tren y autobús), estaba lleno de camiones de cemento que entraban y salían. La ciudad cambia todo el tiempo, la gente cambia, hay nuevos artistas. Heyri no es una ciudad, es una micrópolis. Es un experimento pero me parece interesante observarlo, porque no conozco otros fenómenos de artistas reunidos en un espacio propio. Sí que se conocían clusters de artistas que vivían juntos pero dentro de una ciudad, como los expresionistas abstractos de Nueva York o Bloomsbury en Londres.

[…]

Ref.
Entrevista completa [karmapeiro.blogspot.com]

Fuente: Centro de Enlace AE, BCN

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