24.10.2004

Arquitextos: setenta años y algunas lecciones

Fueron muy celebradas las jornadas que organizó en Fematec el arquitecto Alberto Gorbatt con la presencia como invitados de cuatro colegas españoles, Josep Bohigas, Emilio Tuñón, Sara de Giles y José Morales. Hubo teleconferencias que sumaron, al interés de los participantes y los temas tratados, la impecable calidad técnica del intercambio audiovisual.

Es difícil no percibir la corriente de simpatía que irradia Josep Bohigas -hijo y colega del célebre Oriol-, con el que tuve ocasión de platicar un buen rato. Como para confirmar que se amalgaman en su herencia genética los rasgos paternos (esos que ponían a OB en simultáneo al frente de una revista tan original como Arquitecturas bis; en las lides políticas por prevalecer en el Ayuntamiento barcelonés; en la docencia, como profesor y decano de la Escuela de Arquitectura, y como socio activo de un estudio con realizaciones de calidad), Josep es también socio de un despacho por completo independiente del de su padre, trabaja en la docencia, dicta conferencias y promueve la figura de lo que llama «arquitecto-enlace».
Una figura que sugiere adoptarla como un ejercicio ligado a la práctica profesional: «No concibo al arquitecto encerrado en su despacho, debería ejercer una mayor generosidad para con la sociedad -dice JB-; de todos modos, conmigo esa actitud no tiene los mismos mecanismos que tenía en el caso de mi padre». Y en la iniciativa que me relató, y que trataré de resumir enseguida, se revela esa conducta digna de imitar.

Modernidad embarcada

En pocos días más, para recordar los setenta años de aquel crucero por el Mediterráneo en el que se redactó la Carta de Atenas, un numeroso grupo de estudiantes y docentes viajará en un barco que funcionará como una suerte de laboratorio de experiencias compartidas.
La elección de las naves para esta travesía creativa puede aclarar cualquier duda: es el barco de La Fura dels Baus, la compañía de teatro iconoclasta que viaja por el mundo entero con puestas tan imaginativas como singulares y cautivantes. También puede dar pistas el itinerario elegido para anclar: Barcelona, Marsella, Venecia, Atenas, Beirut y Estambul.
Como reacción a lo que consideran planteos erróneos que se canonizaron setenta años atrás, aquel positivismo mesiánico e infalible que fue tomado como bandera y dio origen a muchos desatinos en materia urbana, los jóvenes españoles examinarán las formas de resolver los temas de la vivienda popular, la calle y los espacios públicos, las fiestas callejeras, las modalidades adoptadas por la arquitectura sin arquitectos y su asentamiento.
Es envidiable esta aventura que viene a evocar, con otro espíritu, la travesía realizada por arquitectos famosos hace siete décadas. Por eso le he pedido a Josep Bohigas que, en función de corresponsal de estas páginas, nos haga llegar una crónica comentada de su itinerario. La esperamos con impaciencia.

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