Ermita de la Virgen de «La antigua», en La Rioja, España

El proyecto remite al carácter y las condiciones de uso típicas de este tipo de edificaciones que, en su entorno inmediato, están al servicio tanto de prácticas devocionales privadas cuanto de las tradicionales romerías populares. Este es un ingrediente determinante del planteamiento, ya que obliga a prever importantes afluencias de gente en momentos aislados. Por otro lado, el diseño atiende a las determinaciones geométricas y de orientación y topografía propias de la parcela, situada a media ladera ante una pendiente relativamente pronunciada a la salida del pueblo, y caracterizada por el atractivo y la amplitud de sus vistas.

Por fin, se parte aquí de una premisa añadida fundamental: la necesidad de integrar en el diseño una arquería de piedra preexistente, previamente rescatada de un derribo y conservada en la localidad, llamada a asumir su protagonismo en la forma y percepción del edificio. Se pretendía así reutilizarla y volver a ponerla en valor.

En la aplicación de esta serie de argumentos, cabe diferenciar acaso algunas de las decisiones encadenadas que estructuran el diseño, estrechamente interrelacionadas. Así, se apuesta por la creación de un espacio exterior cubierto de relativa amplitud, que proporciona cierta antesala al espacio interior de la ermita, protege de la lluvia y del sol a los visitantes y enmarca las vistas. Se valora el impacto del edificio como nuevo hito en el paisaje, perceptible en la visión lejana, que se trata mediante un gesto horizontal correlativo de la medida en que se asoma sobre el talud del barranco que tiene ante sí. Y se desea cuidar la relación entre los escasos espacios generados, tanto exteriores como interiores, así como la ubicación jerárquica de los accesos al recinto y al interior del espacio cerrado de la capilla.

El volumen edificado se concibe, en todo caso, a partir de la idea de enmarcar la citada arquería mediante la disposición de un suelo y un techo paralelos, llamados a envolverla y protegerla; y se recurre para su construcción a un único material, el hormigón visto, por razones de inmediatez y simplicidad y a la vista de la concurrencia en él de las condiciones idóneas de abstracción, continuidad, estabilidad y solidez.