22.4.2013

Microviviendas: el nuevo desafío del diseñador de muebles

La tendencia marca que las nuevas moradas citadinas tendrán menos de 28 metros cuadrados. ¿Cómo harán los diseñadores de muebles para venderle sus productos a un público cada vez más frugal?

Hace tan solo unos años, el término microvivienda solía traer imágenes de hoteles futurísticos en Japón o aquellos pequeños monoambientes escondidos en las tripas de ciudades como Hong Kong. Pero lo que comenzó como una característica asiática se ha expandido como tendencia, primero a Europa y ahora incluso hacia los Estados Unidos. El concurso adAPT NYC de Nueva York fue el primero en plantar la semilla micro en el país, con un diseño ganador que verá la construcción de un edificio con apartamentos de 28 metros cuadrados. Y, del otro lado del país, una nueva resolución en San Francisco permitirá construir unidades de hasta 20 metros cuadrados. A este ritmo siento encoger hasta mi propia oficina.

Las razones detrás de la tendencia son conocidas: la cantidad de solteros y personas que viajan por negocios durante tiempo prolongados ha aumentado de manera exacerbada la demanda por conseguir apartamentos asequibles en las principales ciudades del mundo. Y estas ciudades nunca fueron del todo económicas para sus habitantes. Agreguémosle a esto una Generación Y que resultó ser tacaña y un grupo creciente de pensionistas que buscan retirarse a lugares más bulliciosos.

Pero claro que esto no es nuevo. Las microviviendas -o el microvivir, como gustan de decirle los angloparlantes- fueron anunciadas por un sinfín de contratistas y arquitectos desde que sus coterráneos asiáticos comenzaron a crear monoambientes del tamaño de dormitorios. Y aún así, lo que resulta sorpresivo es la falta de diseñadores que han optado por proveer muebles a este nuevo estilo de vida.

Es cierto que los diseñadores de interiores han vuelto a darle glamur a las camas abatibles y a redescubrir las dos funciones de la otomana como si fueran un invento del futuro. Pero ¿qué hay de los diseñadores de muebles? ¿Han asumido el desafío? La mayoría de los conceptos de casa del futuro muestran paneles de madera cubriendo las paredes para estratégicamente esconder y mostrar compartimientos a medida. ¿Necesitas cocinar? Presiona este botón aquí y aparece una cocina de la nada. ¿Tienes visitas? Tira de este pequeño panel y fíjate como un sillón de dos cuerpos y medio se deprende de la pared.

Lo que los diseñadores omiten es que estas unidades, que se ven tan sencillas, deslizantes e invisibles, son realmente costosas. Y si eres de los que buscan alquilar un apartamento de 20 metros cuadrados para ahorrarte el alquiler, algo me dice que no piensas invertir en suntuosos paneles de madera que matan de la envidia a la misma capa de invisibilidad de Harry Potter.

IKEA, un gigante en el retail de muebles, ya cuenta con una línea dirigida a aquellos que optan por vivir en espacios más pequeños. Pero para un gigante sueco, ‘pequeño’ es hasta 37 metros cuadrados. Y cuando tu nuevo apartamento en San Francisco es solamente un poco más que la mitad de eso, vas a precisar mucha suerte para lograr que todo quepa dentro. CB2, la versión de la americana Crate & Barrel para apartamentos, ofrece una propuesta un tanto distinta: encoger el tamaño normal de sillones, sillas, mesas y hasta armarios para que entren en espacios más reducidos. UMBRA, Chiasso en Chicago y la japonesa MUJI también han salido al mercado con muebles propios. Y los inversionistas ya están mirando a los recién llegados con buenos ojos.

Tal es el caso de Prosperitas Capital Partners, por ejemplo. Nombrada como una de las empresas más innovadoras del mundo por la revista Fast Company, la empresa latinoamericana de capital de riesgo se encuentra ya invirtiendo en el mundo de las microviviendas. El receptor de la inversión ha sido Hiddenbed, una empresa dedicada a los muebles, que cuenta con un mecanismo patentado para convertir camas en escritorios. En vez de optar por cubrir paredes enteras con paneles, Hiddenbed ha elegido compartimentar, buscando diseñar muebles que cumplen más de una función. El último modelo lanzado por la empresa, la Hiddenbed Máxima, incluso incorpora un clóset en el espacio vertical sobre la cama o escritorio. Y para asegurarse que su producto pueda ser costeado, Hiddenbed vende su mecanismo y luego ayuda a empresas locales alrededor del mundo a diseñar y construir muebles para su propio público local.

Una tendencia global siempre trae consigo nuevos modelos de negocio y distribución como este. A medida que los apartamentos se achican y se economizan, los muebles que irán dentro también tendrán que hacer lo mismo, convirtiéndose en más eficientes para cumplir más funciones en menos espacio. Pero la pregunta es: ¿buscarán estos nuevos microhabitantes versiones en miniatura de sus muebles u optarán por costosos pero eficientes paneles deslizantes y puertas secretas?

La verdad, como suele suceder, se encuentra en el medio. Los diseñadores de muebles continúan intentando descifrar la fórmula correcta para proveer productos útiles, con diferentes funciones a precios accesibles, sin tener que renunciar al diseño o la eficiencia. Lo bueno es que tanto para nuevos como viejos jugadores, la carrera recién comienza. ¿Quién llegará primero a la meta?

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