Ritual de solsticio

Liz West crea ambientes vívidos que mezclan colores luminosos y luces radiantes. Trabajando con una variedad de medios, West intenta provocar una agudizada consciencia sensorial en el espectador a través de sus trabajos. Se interesa en la exploración de cómo los fenómenos sensoriales -en este caso la luz de unas ventanas Art Deco de 1930- pueden invocar respuestas psicológicas y físicas que impactan en nuestras profundas relaciones con el color.

Irradiando por fuera de sus límites, el fuerte amarillo y el ardiente fucsia son una interpretación sobrecargada del amanecer y del atardecer, respectivamente, siendo esos los colores más prominentes y documentados. Utilizando las transiciones del día como elemento clave, este trabajo estimula una consideración del espacio que habitamos y visitamos, así también como nuestra propia relación con el color.

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