14.1.2019

RESET – Contemporización de los Conjuntos de Vivienda Modernos / Posmodernos – Ganador BIA-AR 2018

Los modos de habitar, hoy se ven atravesados por factores poco clasificables, sin la posibilidad de realizar “tipos” habitacionales y mutando la forma de permanecer en la vivienda: usuarios heterogéneos, núcleos familiares diversos, nuevas actividades dentro y fuera del hogar, usos tecnológicos que distorsionan el espacio y el automóvil como parte de la vivienda. Este proyecto fue el ganador de la categoría "Sustentabilidad física y social", de la sección "Prácticas Académicas".


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¿CÓMO HABITAR UNA VIVIENDA COLECTIVA MODERNA/POSMODERNA CON LOS MODOS DE VIVIR CONTEMPORÁNEOS?

Tenemos la necesidad de densificación por compactación de la ciudad contemporánea.

La demanda repentina habitacional y la tipificación de viviendas para familias modelo con un usuario universal y multiplicada en altura, han sido requerimientos situacionales propios para la construcción de conjuntos de viviendas modernos/posmodernos.

Ubicadas en las periferias de las entonces urbes, de territorio suficientemente amplio para usarlo desconsideradamente, estas viviendas provocaron un permanente borde sin significado y potenciado con una planta baja sin variación de usos, continuamente uniforme.

Detectamos como factor común en los conjuntos de vivienda modernos/posmodernos, la actual pérdida de habitabilidad en el tiempo. El resultado genérico y estanco de estos conjuntos y su consecuente deterioro, los hizo lugares no deseados para vivir. A su vez, la solución a este habitar único y específico no ofrece posibilidades de cambios, ya que al intentar accionar sobre ella, se termina por esfumar la calidad habitacional para cumplir con necesidades emergentes en el tiempo.

Con respecto al proceso de renovación urbana, apostamos por una densificación compacta y sostenible no considerada en otras épocas, en la cual se apunta a una habitabilidad donde se logre resignificar y calibrar los espacios exteriores e interiores, sus escalas y usos. La idea de comunidad y espacio urbano, son acompañadas con entender las viviendas, no sólo espacios sino lugares para habitar.

Los modos de habitar, hoy se ven atravesados por factores poco clasificables, sin la posibilidad de realizar “tipos” habitacionales y mutando la forma de permanecer en la vivienda: usuarios heterogéneos, núcleos familiares diversos, nuevas actividades dentro y fuera del hogar, usos tecnológicos que distorsionan el espacio y el automóvil como parte de la vivienda. A su vez, teniendo en cuenta el imaginario colectivo cultural, el objetivo es alcanzar su casa con jardín propio y lejos de la ciudad, buscando una vida tranquila.

Por ello, creemos que deberíamos comenzar a pensar la vivienda como hogar variable en el tiempo y no como la estabilidad moderna/posmoderna necesaria en su contexto. El arquitecto tiene que empezar a ser el responsable de crear espacios adaptables, no jerárquicos y definidos porque, en definitiva, cada usuario apropia y significa al lugar como lo necesita.

Por un lado tenemos el imaginario colectivo de las personas y por otro la necesidad de compactar ciudad, entonces nos preguntamos, ¿De qué manera podemos re-construir el concepto de vivienda colectiva para fomentar el uso de la misma?

Como dice R. Gutiérrez: “la América de hoy no nos permite espacio para el derroche, todo edificio no obsoleto y capaz de ser rehabilitado o refuncionalizado constituye para nosotros definitivamente un patrimonio construido”, es así como creemos en la capacidad de la arquitectura de perdurar en el tiempo. La misma no debería perder sentido de habitabilidad según los cambios culturales o los intereses del mercado, por el contrario, debería conservarse y adaptarse a los tiempos que la contienen.

Contexto

En la ciudad de Córdoba, Argentina, tomamos como caso de estudio, el conjunto de viviendas del Barrio SEP: SEP 1, el primero, construido en 1969 y luego SEP 2 en 1983 ubicándose en la entonces periferia sur de Córdoba.

El barrio actualmente es una zona urbanamente deteriorada. Su auto-guetización lo terminó convirtiendo en sector “cerrado” en donde solo lo circulan sus propios habitantes. El escaso mantenimiento y la nula gestión llevó a la indefinición de los espacios, convirtiendo al barrio en una sucesión de viviendas apiladas y no a un conjunto habitacional en altura.

La poca flexibilidad de las unidades propuestas y la necesidad social de nuevos recintos generó una usurpación del espacio público y de los usos comunes para el beneficio individual.

A pesar de todo esto, detectamos varias fortalezas que hacen del sector un “archipiélago urbano”. La zona sur de Cba se encuentra en un creciente proceso de renovación. Grandes inversiones inmobiliarias están potenciando económicamente al sector, aumentando el valor del suelo. Nuevos servicios y equipamientos están nutriendo y revitalizando al área. El contexto del barrio SEP es de un uso de suelo diverso, sin embargo, la escasez de espacio público es una imagen repetida para este sector de la ciudad.

La privilegiada ubicación del barrio SEP debido a su excelente accesibilidad, su cercanía y contacto con puntos estratégicos de la ciudad y por su variabilidad de usos de suelo en su contexto, puede estar siendo de mucho interés en el imaginario inmobiliario y una gran oportunidad de inversión.
Apostamos por una densificación compacta en este sector cuya condición de densidad baja y ubicación lo vuelven vacante, con enormes posibilidades al estar inserto en el ejido urbano. Buscamos que nuestra propuesta contribuya a conformar un área de nueva centralidad en la periferia, considerando la complejidad que asume el urbanismo ecológico como parámetro a seguir: superposición, mixtura y accesibilidad.

Materia

Detectamos como problema en el imaginario colectivo de los habitantes la ausencia del concepto de vida colectiva, la falta de administración, de cuidado/mantenimiento y la poca intensidad de usos.

Por lo tanto, propusimos un ensayo sobre una manzana del barrio SEP: “la rosca Q”, buscando generar lineamientos de aplicación para el resto de las roscas, reguladores de lo nuevo y lo preexistente, controlando el accionar privado y con el objetivo de lograr una vida colectiva.

Como primer lineamiento proponemos una gestión mixta entre el ente privado y el público. Creemos en la capacidad del estado de regular al privado, y en qué cuyos intereses económicos son un fuerte motor posibilitante de la renovación del tejido urbano para densificar conscientemente. Esto generaría una renovación y mixtura de niveles socioeconómicos del barrio.

De esta forma proponemos que el ente privado pueda adquirir un espacio de m3 aéreo sin ningún costo, considerando que debe devolver esta plusvalía generada a partir del mejoramiento de las viviendas preexistentes, y a su vez haciendo un cambio de uso en planta baja incorporando locales comerciales/cocheras/espacio de trabajo y para el mantenimiento de los nuevos espacios comunes.

Esta densificación es posibilitada con una exo estructura amable con la preexistencia para no solo generar nuevas viviendas sino también para posibilitar expansiones a las originales mejorando su condición actual de habitabilidad.

Por otro lado proponemos el completamiento de la rosca, con el fin de generar un patio colectivo cerrado y común promoviendo la interacción entre vecinos evitando la indefinición espacial.

Consideramos que la circulación existente en ingresos individuales no colabora con la idea de vida en comunidad. Por eso se proponen
dos ingresos, uno en relación al parque y otro en relación a las roscas, ambos arrivando al patio colectivo, generando un espacio de encuentro,
que aporta una sensación de seguridad y control por sus habitantes. El aumento de la altura exige nuevos núcleos verticales y un sistema
de pasarelas horizontales.

Para reforzar la vida en comunidad, se proponen espacios colectivos para mejorar la calidad de vida de los vecinos pertenecientes a cada rosca, como
el patio colectivo, en concepto de espacio descubierto y el fuelle como espacio cubierto común. Éste último posee la posibilidad de completarlo en su mitad, con nueva densificación, y surge como respuesta estructural no invasivo entre la arquitectura existente y la nueva.

El actual límite entre espacio interior-exterior y privado público es una línea rígida y sin variaciones, y necesitamos que se transforme en un espesor entre estos tipos de espacios. Entonces como solución proponemos situaciones intermedias que van variando desde el patio colectivo, hasta el balcón delantero o jardín de ingreso a cada vivienda, funcionando como dilatador entre lo público/exterior y privado/interior.

Sistema

A nivel sectorial, pudimos observar que había una fuerte desvinculación urbana y falta de espacio público de calidad, que llevó como consecuencia
la autogetización del barrio.

Por lo que se propone como acción principal la creación de un nuevo parque urbano, con nuevos programas recreativos, gatronómicos
y culturales, que definan e intensifiquen su uso a escala urbana, precisamente de la zona sur de Córdoba. Se elige al ente público como su principal inversor, debido a las dimensiones, costos e impacto social que genera. En consecuencia de la creación del parque, se proyecta el aumento de la plusvalía del sector, con lo cual se incrementa el valor del suelo, haciendo de un lugar tentador para la inversión privada y mejorando la percepción desde la ciudad hacia al barrio.

Otro punto donde se interviene, es la de reconfiguración de los bordes, con el objetivo de integrar al área circundante a través de la recuperación de los espacios vacantes con nuevos servicios y equipamientos. Estos vacios sin usos, dejan de actuar como límites y comiencen a funcionar como puntos de invitación.

Actuando desde el lado de la movilidad, se potencia las trazas preexistentes con nuevas paradas de transporte público y bicisendas, y se generan nuevas vías de circulación, para realizar una efectiva conexión con los ramales principales del sector.

El barrio contaba con una serie de vacios indefinidos, por lo que se propone un sistema de plazas preexistentes y parque que conformen un nuevo frente urbano hacia el sector, priorizando la permeabilidad en el tejido y generando conexiones tanto a nivel transversales como longitudinales.
Por último, y en consecuencia a lo anterior, se promueve una relación simbiótica entre las partes,en la cual la renovación del parque y las nueva identidad de las roscas, se afectan y estimulan, beneficiandose a ambas.

Podés encontrar este proyecto en el Catálogo de la BIA-AR 2018. Obtenelo acá > http://biaar.com/catalogos/

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