PSJ

El encargo inicial para este proyecto fue recuperar una antigua cripta y transformarla en una capilla que fuera un lugar de encuentro y reflexión. Se optó por mantener la estructura original y, mediante un cuidadoso proceso de restauración, se logró rescatar la esencia histórica del lugar. Para esto, el interior de la antigua cripta fue completamente vaciado, dejando un vacío que serviría como lugar de encuentro, como conexión entre la calle y la plaza, un humbral entre la vida y la muerte.

La idea fundamental fue conectar la calle con la plaza, creando una transición suave y significativa entre los espacios. Al atravesar la capilla, se invita a los visitantes experimentar una una sensación de trascendencia, como si se estuviera cruzando un umbral hacia lo sagrado y lo espiritual.

El diseño arquitectónico se enfocó en mantener la simplicidad y la pureza en las líneas, para que la capilla se integrara armoniosamente con el paisaje circundante. El exterior blanco y minimalista de la capilla contrasta con el verde del aguaribay, creando una combinación cautivadora de elementos naturales y arquitectónicos.

Al ingresar a la capilla, los visitantes se encuentran con un vacío interior, un espacio despejado que invita a la meditación y la contemplación. Las paredes blancas y lisas reflejan la luz natural que entra a través de pequeñas aberturas estratégicamente colocadas, crean una atmósfera serena.

La conexión con el paisaje exterior es un elemento clave de esta capilla. Grandes ventanales enmarcan la vista del aguaribay y permiten que la naturaleza se integre armoniosamente con el espacio interior. En días soleados, los rayos de sol se filtran a través de las hojas del árbol, creando un juego de luces y sombras que enfatiza la espiritualidad y la conexión con la naturaleza.

En síntesis, PSJ es una pequeña obra arquitectónica que fusiona el pasado con el presente y abraza la belleza de su entorno. Con líneas puras, un vacío interior y una conexión significativa con el paisaje exterior, esta capilla se erige como un espacio sagrado de encuentro y reflexión en medio de la plaza y bajo la sombra del aguaribay. Es un lugar que invita a detenerse, a conectarse con lo esencial y a encontrar paz en el regazo de la naturaleza y la arquitectura.