30.3.2010

Concurso Nacional para la Refuncionalización y Ampliación del Ex Banco Nación, 2da. Mención

Proyecto que ha recibido la 2da. Mención en el Concurso Nacional de Refuncionalización y Ampliación del Edificio Histórico del Ex Banco Nación, que funciona como sede del departamento asegurador de la caja popular de ahorros de la Provincia de Tucumán, y Centro Cultural Plurifuncional de San Miguel de Tucumán.

IDEA CONCEPTUAL
La posibilidad de recuperar un edificio de valor histórico, es rescatar para la ciudad identidad y cultura, además de ámbitos que generan actividades y propuestas de uso. Reciclar un edificio de valor patrimonial es producir un recate de la entidad edilicia a intervenir,  introduciéndole  contemporaneidad. Es en este proceso dialéctico entre lo nuevo y lo viejo, entre lo que permanece y lo que se elimina, donde surge otra forma arquitectónica, a la que puede considerarse nuevo patrimonio.
La problemática que se plantea, es la de resolver dos programas muy disimiles dentro de una envolvente pre-existente. Compatibilizar  escalas, niveles y diferencias de concepto espacial requiere una interpretación del tema  que sea capaz dar una respuesta integradora  a ambos programas para construir una  única expresión que vincule espacial y funcionalmente ambos sectores.
Se trata de un edificio institucional de composición y lenguaje académico, con valor representativo en el entorno  urbano, y  otro del presente, que debe quedar incluido dentro de este contenedor neutro. Desde el punto de vista de la imagen, se trabajó la relación entre ambos a través del contraste con el edificio existente, definido por el material de frente monocromo, el aventanamiento  uniforme y el  ornamento. En contraposición  la sede administrativa, está materializada en   vidrio translucido en su cara exterior.
Se define el edificio nuevo como un prisma cúbico, que organiza sus plantas funcionales en forma de «L» balconeando a un Atrio de 15 metros de altura que vincula visual y funcionalmente a ambos edificios: el del Centro Cultural y el del edificio Administrativo.
Este cubo es una especie de «faro», un hito que aporta carácter de centralidad a la ciudad, condición enfatizada por la transparencia iluminada que le da su materialidad de vidrio, mas evidenciada en su condición nocturna.
La idea del vacío como generador del edificio surge de la lectura de la planta del Ex Banco Nación a reciclar, de tipología centralizada a partir de una doble altura. Retomando su potencialidad como espacio totalizador, se utilizó para organizar el edificio de la Caja de Ahorros, esta vez convertida  en  elemento  vinculante en vertical y como ámbito envolvente del Patio – Hall de accesos al edificio. Este gran vacío, se prolonga en el Centro Cultural, integrándolos.

Integración urbana
El edificio le da continuidad al perfil de su entorno, con el Ex Banco Español, manteniendo inalterables la  fachada con sus cerramientos, de modo que  la condición contextual que actualmente configura el recorrido urbano inmediato,  se mantiene intacta. Los programas albergados aportaran la actividad y el movimiento de público necesarios para revitalizar el centro y recuperarlo como lugar de encuentro.
La morfología urbana del área presenta en este momento un grado de heterogeneidad y deterioro. El resultado de esta nueva intervención podría considerarse como parte de un plan de  renovación urbana mayor, que tienda a promover al Centro Cultural dentro de un circuito turístico -cultural que incluya un paseo por la histórica Casa de Tucumán, Museos, edificios de valor patrimonial, de valor institucional como la Casa de Gobierno, Iglesias, entre otros, donde el Ex Banco Nación sea el remate de un circuito informativo organizado por el propio Centro Cultural.

Criterios de ocupación de la parcela
El programa edilicio incrementa metros cuadrados que tienen como única alternativa la resolución de un edificio en altura dentro del sector ocupado por la casa del Ex Gerente, donde se mantiene la ocupación casi total de la parcela, dejando el espacio abierto que tenía el edificio existente. El  Hall – Atrio representa un gran vacío que libera la planta como articulador con el espacio público y produce el «espacio libre» -semicubierto- que requiere la parcela. También se incorpora con la terraza un nuevo «piso» exterior para actividades al aire libre.

El edificio administrativo: Propuesta Arquitectónica
Se intentó despegar al nuevo edificio del existente pensándolo como  una entidad autónoma, si bien está inserto dentro del anterior a modo de «cajas chinas». Se organiza como un cubo vaciado cuyas primeras plantas balconean a un gran vacío o «Atrio» provocado por la prolongación en altura de un patio de accesos.
La caja de hormigón estructural es la envolvente arquitectónica. Esto se entiende a partir de concebir al perímetro  como muros de hormigón que sostienen un emparrillado de vigas  en voladizo. Esta caja muraría está perforada por ventanas de diferentes tamaños que se adaptan a los requerimientos interiores y al asoleamiento exterior. Desde el punto de vista de la climatización, se optó  por una «fachada ventilada» a través de una segunda piel de Perfiles de vidrio autoportante, que envolviendo a la caja de hormigón, amortigua el efecto de las altas temperaturas.

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Propuesta de actividades para el Centro Cultural -edificio histórico- y la Caja de Ahorros
Las oficinas de la Caja de Ahorro se desarrollan en cuatro niveles vinculados directamente con el vacio del Atrio. Los tres últimos niveles en cambio son completos,  reconstruyendo  la planta  cuadrada  con patios intersticiales. Estos niveles hacen las veces de «techo» de este espacio que integra en vertical  a todo el edificio.
El nivel +/- 0.00  es el articulador con el espacio urbano. Se plantea un espacio Hall  que a la manera de un patio de accesos introduce el espacio público dentro del edificio.  Además articula a ambas entidades, generando los accesos al Auditorio y a la Caja de Ahorro.
El Auditorio en el nivel +/- 0.00  provoca una fluida vinculación con el Centro Cultural y con la Caja de Ahorro, dado su doble finalidad. Se evita de este modo el traslado de público masivo por núcleos verticales. Se lo resolvió  sin pendiente,  posibilitando una interacción con el Hall dado por la  apertura lateral del mismo, en un  planteo de  Sala flexible, admitiendo varios tipos de armado, con asientos móviles que pueden orientarse en dirección al Hall ­­-Atrio o integrándose con el Centro Cultural, o bien con la disposición tradicional de escenario y público en una sola dirección visual.
El núcleo se ubica lateralmente contra la medianera NE y frente al atrio, provocando que el movimiento hacia  los  ascensores y escalera tengan  la presencia permanente de este espacio fundamental del edificio, y teniendo a través de este  una vinculación visual con el Centro Cultural en los distintos niveles.
Este gran vacío, resulta ser una especie de «pulmón» por donde se establece una ventilación natural, -efecto chimenea- entre la abertura de ingreso de la planta baja de la Caja de Seguros y un espacio  abierto dado por la  diferencia de altura entre los niveles +18.18 y el nivel terraza.  Este recurso optimiza la climatización del edificio disminuyendo el efecto calórico en los meses más críticos.
Desde el punto de vista de la propuesta arquitectónica se busca un diálogo y una  integración entre las dos entidades edilicias: en lo funcional, dado por las actividades en común y los niveles de coincidencia. Desde la espacialidad, a partir de este ámbito en altura. Desde  el lenguaje como dos piezas que por contraste, se identifican como pertenecientes a distintos tiempos.
El Centro Cultural se ha pensado como un lugar  capaz de dar respuestas de  manera flexible a  actividades que requieran distintas dimensiones. Las  que requieren de  módulos menores para el desarrollo de talleres o seminarios son susceptibles de ser localizadas en la Planta Alta. Existe en este sector una modulación dada por columnas y vigas inscriptas en el cielorraso que sugiere una posible subdivisión del espacio total de la planta. La sectorización se realiza a través de paneles móviles  conformados por un bastidor perimetral de aluminio extruido con  rieles superiores con barreras acústicas de MDF exterior.
La multifuncionalidad de la Sala Cultural permite también desarrollar exhibiciones de productos de distintos tamaños o exposiciones temáticas (indumentaria, artesanías, etc.), congresos, festivales, actividades culturales, turísticas, como exposición y venta de libros y /o música de interés turístico o regional.
Para las actividades de índole masivas,se sugiere el uso de la Planta Baja por sus dimensiones y su característica de espacio unitario. Se pensó en la incorporación de una tarima removible a modo de escenario central en la doble altura, inscripto en el piso, con la posibilidad de poder elevarse, apta para festivales, obras teatrales, o disertaciones. En estas circunstancias el público se ubica en forma circular rodeando a este escenario ocasional, a modo de teatro griego.
Con respecto a la revalorización del Edificio Histórico, la actuación es respetuosa de conservar y restaurar su arquitectura original, replanteando algunos rasgos de su diseño. Entre estos se destaca la incorporación de una terraza sobre una losa de hormigón alivianado remplazando a la actual cubierta de chapa, agregando la posibilidad de crear un nivel de uso para exposiciones al aire libre, que integra visual y funcionalmente ambos  edificios. La aparición de un  lucernario por encima de la claraboya a restaurar,  en la doble altura del Centro Cultural, a la manera de «faro cultural», por encima de la fachada histórica, manifiesta su impronta institucional para  la ciudad. Este lucernario, acentúa el armado concéntrico antes mencionado de público alrededor de un escenario.
Con respecto al muro que vincula  las dos intervenciones, (el Centro Cultural  -a restaurar- y la Caja de Seguros -el edificio a construir-), se decidió mantener sus aberturas laterales, utilizando una de ellas como acceso al Auditorio, contenida adentro de una caja de vidrio. En el centro del muro se practicó un gran vano respetando el ritmo de las pilastras. A través de este se constituye el nexo entre ambos programas.

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Criterios generales de intervención en el sector a conservar

  • Patrimonio

El valor patrimonial de una obra involucra dos dimensiones, una material o tangible -la cosa en sí- y otra inmaterial, los valores que hacen que esa obra sea considerada patrimonio. Tales valores pueden ser de tipo histórico, artístico, arquitectónico o social o, como en este caso, ser concurrentes en un conjunto arquitectónico de fuerte presencia urbana; potenciando tales valores el significado de la obra.
En este sentido, la idea de patrimonio se ha identificado progresivamente con los bienes de carácter cultural legados a una sociedad por las generaciones precedentes, concepto que resulta de una construcción histórico-social que primitivamente remitía sólo a obras consideradas como monumentos u obras de arte pero que se ha ampliado progresivamente.
La valoración del patrimonio conlleva la necesidad de elaborar criterios de selección y técnicas para su conservación, restauración y reciclaje que constituyen una compleja trama de decisiones referidas, entre otros aspectos, a la valoración del bien y su contextualización, a premisas teóricas o aspectos predominantemente técnicos y económicos.
Esto constituye una tarea interdisciplinaria, en la que concurren conocimientos provenientes de diferentes áreas del saber, enmarcados en principios teóricos y metodologías específicas.

  • Principios

En los trabajos de intervención a realizar en la obra se deberá garantizar:
a) la autenticidad del diseño, los materiales y la construcción originales dado que es un factor cualitativo esencial en relación a la credibilidad de las diferentes fuentes de información que se tienen tanto del interior como del exterior de una obra que pertenece al patrimonio cultural.
b) la autenticidad se evidencia a través de la legibilidad que significa poder distinguir -prudentemente- los trabajos de intervención realizados respecto a las partes originales sometidas a trabajos de conservación y restauración. En efecto, el edificio requiere la incorporación de elementos complementarios para adecuar algunos componentes (aberturas, barandas, ascensores, accesos, etc.) a las condiciones del cambio de uso y a los estándares vigentes de confort, seguridad y accesibilidad. El proyecto parte de la premisa de contemplar estas exigencias, resolviéndolas con la menor intervención posible y protegiendo la autenticidad del conjunto a través de la legibilidad de las partes agregadas o modificadas.
c) esta distinción que permita la legibilidad de lo nuevo, restaurado, refuncionalizado, etc. respecto a lo original, en todos estos casos debe contemplar la compatibilización de lo nuevo tanto con los valores originales como con los que han sedimentado en la obra, a lo largo del tiempo.
d) las transformaciones introducidas deben contemplar la realización de la mínima intervención posible para que la obra se conserve tal como ha llegado a nuestros días.
e) en los trabajos de integración, reintegración -si se diera el caso- consolidación y en las transformaciones introducidas, las piezas o materiales que se incorporen deberán  dar cuenta del principio de reversibilidad, es decir, deben poder ser retirados, siempre que este retiro sea compatible con la lógica constructiva del conjunto en el que se incorporen.
En este caso el límite a las intervenciones de transformación queda determinado fundamentalmente por no alterar la actual imagen del edificio, a excepción de las obras que sean estrictamente necesarias a fin de, como se dijo, brindar condiciones de seguridad, higiene y confort compatibles con el uso a que se destinará el edificio.
Tal como la definen las bases del concurso convocado, la obra a intervenir consta de dos sectores bien definidos, correspondientes a:
A. El antiguo salón de atención al público y su entrepiso
B. La antigua casa del gerente  y las oficinas complementarias
Mientras que éste último se ha degradado y perdido sus características originales, tanto el Salón -conformado a partir de la década de 1920- como la envolvente muraria, forman un conjunto que concentra los valores arquitectónicos de la obra que deben ser considerados intangibles y, por tanto, conservados y restaurados.
Surge claramente entonces la propuesta de intervenir radicalmente en el sector degradado a fin de desarrollar los aspectos mas complejos del programa y revitalizar con trabajos de conservación y restauración el Salón y entrepiso destinado a albergar usos culturales.
Dada la significación histórica y el emergente valor patrimonial del sector a conservar, resulta necesario establecer una serie de principios teóricos que orienten la intervención que se propone.
El criterio general que deberá guiar los trabajos de recuperación material y simbólica del sector edilicio es el de consolidar, conservar y restaurar cada uno de sus componentes originales, en consonancia con los documentos, recomendaciones y cartas internacionales consagrados a la salvaguarda del patrimonio construido y con las experiencias afines desarrolladas en el País y, particularmente, en Tucumán.
En este sentido cabe señalar que el proyecto de restauración del sector históricamente significativo y que tiene como principal objetivo detener el natural proceso de deterioro y revertir sus consecuencias, contempla el criterio de mínima intervención, que comprende la adecuación de la obra a condiciones técnicas, funcionales, de confort y seguridad acordes al desarrollo contemporáneo: se realizarán, por tanto, los trabajos considerados indispensables, pero que afecten en grado mínimo la materialidad de la obra y no alteren sus atributos arquitectónicos, producto del decurso histórico.
Se preservarán así las cualidades morfológicas, tipológicas, espaciales, lingüísticas y técnicas propias de la obra, tal como ha llegado a nuestros días.
Las acciones propuestas para el bien en cuestión atenderán a su consolidación integral, incluyendo trabajos de liberación (extracciones y desmontajes selectivos) en sectores afectados por intervenciones inadecuadas. Los trabajos de conservación, restauración y completamiento específicos se ajustarán a cada caso en particular a los materiales y técnicas empleados originalmente en la producción de los distintos componentes.
Dado que la obra debe cumplir con un nuevo ciclo de vida ajustándose -como se dijo- a los actuales y múltiples requerimientos, las intervenciones que se proponen a fin de adecuarla a los mismos, se realizarán con medios materiales contemporáneos, cuya diferenciación respecto a la estructura existente resultará clara aunque no disonante en términos estéticos.
La intervención abarcará así, la totalidad de los componentes del edificio histórico, a partir de una operación técnica integral que comprenderá -según el caso- trabajos de limpieza, consolidación, conservación y restauración; a fin de que dichos componentes  recuperen sus valores materiales y preceptúales, contemplando su autenticidad y la pátina del tiempo. Todos los trabajos de conservación/restauración están dirigidos, entonces, a la recuperación material de la obra de arquitectura como totalidad, a su emergente valoración histórica y documental y a su utilización como ámbito cultural, sin realizar «falsos« artísticos o históricos.

  • Obsolescencia

No resulta novedoso que la vida material de los edificios trascienda la función que les dio origen; esta circunstancia es el leit motiv del reciclaje como práctica proyectual arquitectónica.
En el caso de la antigua sede del Banco de la Nación Argentina de Tucumán, el desarrollo y difusión de nuevos medios al servicio de la actividad mercantil y financiera y la consecuente transformación de las prácticas bancarias a lo largo del S XX  y con mayor intensidad en las últimas décadas -especialmente a partir de Internet- modificó sustancialmente la vida de las instituciones crediticias, haciendo que sus tradicionales sedes edilicias resulten inadecuadas para las actuales circunstancias.

  • Aspectos metodológicos
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Las obras de renovación edilicia en una obra de valor patrimonial tal como la ex sede del Banco Nación requieren una cuidadosa atención en su diseño, planificación de trabajos en obra, ejecución y control de los mismos. Los requisitos con que debe cumplirse en los trabajos de recuperación edilicia se fundamentan en el carácter irremplazable de determinadas piezas y componentes originales y la necesidad de conservarlas, restaurarlas y protegerlas en el devenir de la obra.

  • Reciclaje

En este contexto, resulta ineludible la necesidad -sobre la base de posibilidades técnicas y económicas- de resignificar la obra, iniciando un nuevo ciclo de uso social a partir de responder a un programa compatible con sus características urbano arquitectónicas. La propuesta contempla así el criterio de mínima intervención en el sector del edificio con mayor carga retórica -que actualmente domina la esquina- mientras que las transformaciones más radicales -el auditorio y las diversas funciones y múltiples espacios ligados al nuevo programa- se insertan en el sector de la antigua Casa del gerente, potenciando el contraste entre lo nuevo y lo antiguo, al conservar en forma integral la envolvente arquitectónica.

  • Aspectos funcionales, espaciales y simbólicos

El edificio ha mantenido hasta el presente la clara distinción de dos sectores: uno que reúne espacios representativos de carácter público y emblemáticos de las instituciones bancarias, materializados con el vocabulario del clasicismo y otro que, producto de sucesivas intervenciones de corte utilitario y carácter pragmático, resulta pasible de una intervención transformadora.

  • Flexibilidad

La naturaleza genérica y flexible de los espacios públicos representativos -salón y entrepiso- volcados hacia la esquina permite que los mismos se adapten, por carácter y distribución, a un programa distinto del original y abierto a múltiples posibilidades.

  • Patrimonio urbano

Al valor de la obra como hito urbano contribuye el que forme un conjunto, ya que por escala, características formales y valores estéticos, se asocia naturalmente con el la ex sede del Banco Español (hoy Paseo Español). El diálogo entre estos bienes culturales de valor arquitectónico y urbano de carácter intangible contribuirá a revitalizar la antigua zona bancaria de la ciudad.

  • Relevamiento, análisis y diagnóstico

A fin de intervenir efectivamente sobre el edificio deben conocerse previamente y en forma acabada las características de la obra, identificando particularmente los componentes y piezas de valor patrimonial, fijando los límites de las tareas de recuperación material que aseguren su perdurabilidad en el tiempo.
Deberá entonces realizarse un detallado relevamiento y análisis de la situación existente, con los medios e instrumentos mas adecuados a fin tanto de orientar las futuras acciones -que se realizarán en base al respectivo diagnóstico- como de legar un testimonio documental del estado a partir del cual se interviene.
Así, la documentación de registro y diagnóstico segmentada según los distintos componentes deberá ejecutarse de modo de permitir un conocimiento preciso del estado de cada uno de los mismos  (patologías y desajustes) y el análisis de problemas a solucionar. La nueva documentación se desarrollará a partir del análisis de la existente, el relevamiento fotográfico, levantamiento topográfico, ajuste dimensional y procesamiento de datos (reelaboración y edición gráfica).
El registro y catálogo de los componentes debe incluir la evaluación de todos aquellos componentes ligados material y técnicamente a la obra, tales como carpinterías (incluyendo herrajes), ascensores, artefactos de iluminación, vitraux, equipamiento fijo, barandas, verjas y otros que corresponda determinar.
A fin de abordar los trabajos de restauración decididos a partir de de la realización de estudios previos para los distintos sectores del edificio, resulta indispensable un ajuste de la documentación gráfica, dado que generalmente no se cuenta con un material acorde al rigor requerido por este tipo de intervenciones en una obra de alto valor patrimonial. Si bien la documentación existente puede ser abundante y precisa en lo gráfico, la «obra real» no necesariamente guarde una total relación -estética y dimensional- con aquella.
El diagnóstico del estado de conservación de los componentes del edificio deberá estar realizado antes de elaborar los pliegos definitivos para la ejecución de las obras, a efectos de reducir las incertidumbres durante el plazo de ejecución.

  • Interfases

Dada la contigüidad del sector patrimonialmente significativo -que detenta  componentes considerados irremplazables- y el destinado a la nueva intervención -pasible de una renovación total- se torna imprescindible prestar especial atención a las interfases entre ambos a fin de determinar la forma de operar. Esta división de una totalidad en partes o subsistemas requiere de un análisis sistémico para su real comprensión y evaluación.
Deberán establecerse en este estudio, los límites y posibilidades que tendrá la intervención sobre cada uno de los componentes para su adaptación técnica y de seguridad (accesibilidad para discapacitados, bandas antideslizamientos, nuevas luminarias, detectores de humo, alarmas, etc.).
Los trabajos de tratamiento correctivo y reversivo de los desajustes y patologías detectadas y examinadas requerirá -tanto en la redacción de las especificaciones técnicas como en la producción de los documentos gráficos del pliego- la indicación precisa de las respectivas interfases.

  • Ripristino

La operación integral orientada a conservar y restaurar -técnica y estéticamente- los valores originales del edificio se enmarca en el concepto de ripristino, que consiste en un conjunto de tareas específicas en relación a cada componente de la obra que contemple su autenticidad.
Estas tareas adquirirán real significación en los ámbitos y locales de mayor significación histórica y social -por ende patrimonial- como, según se dijo, el Salón de atención al público, el entrepiso y circulación perimetral y cajas de escalera y ascensor y, obviamente, la fachada. Cada uno de estos componentes serán sometidos a distintos procedimientos técnicos específicos (recuperación del símil piedra, por ejemplo) tendientes a rescatar la naturaleza original de materiales, técnicas y acabados.

  • Tecnología

En el plano constructivo, el edificio presenta también una naturaleza híbrida que fuera corriente desde fines del siglo XIX en los edificios historicistas: masas murarias de ladrillo revocado y revestido con simil piedra en las fachadas urbanas y entrepisos de bovedillas conformadas por perfiles de acero laminado y ladrillos comunes. A pesar de los desajustes propios de un sistema «experimental» (ya que reemplazaba tradiciones constructivas desarrolladas a lo largo de siglos), su restauración es una práctica ya corriente en nuestro medio.

INSTALACIONES COMPLEMENTARIAS
Los sistemas de instalaciones suelen tener en los edificios una obsolescencia mas acusada que otros componentes dado el permanente desarrollo técnico, el cual se ha acelerado en las últimas décadas.La exigencia de actualizar la infraestructura técnica del edificio requiere compatibilizar este propósito con la menor intervención posible sobre las piezas y componentes originales, evitando masivas tareas de remoción temporaria o permanente y/o la ejecución de acciones tales como el despiece, perforación, canaleteado o recorte de las mismas.

Instalación eléctrica
Se propone, por un lado, reutilizar -en la medida en que su estado de conservación lo permita- los conductos y cajas existentes; por otra parte, como criterio general se plantea la incorporación de tendidos sobre bandejas, sobre paneles suspendidos -en el caso de los cielorrasos existentes- o a partir de dispositivos que eviten afectar componentes originales; que las operaciones sean reversibles -en función de una nueva adecuación- y no planteen una competencia estética con los componentes originales.

Luminarias
Se optará por sistemas eficientes, de bajo impacto visual y generalmente suspendidas respecto a los planos de cielorraso. Por las razones expuestas, en lo referido a redes, se privilegiará el uso de sistemas inalámbricos. Respecto a la iluminación exterior, se privilegia una modalidad ambiental que evite los contrastes lumínicos o la exaltación escenográfica de motivos ornamentales en particular. A este fin contribuye el hecho de conformar la obra un área urbana de carácter patrimonial donde cada edificio puede actuar en forma solidaria, sirviendo de soporte a la iluminación del contiguo o vecino; tal como lo demuestran experiencias desarrolladas en distintas ciudades de nuestro país.

Instalación sanitaria
El grueso de éstas de desarrolla a nuevo en el sector a transformar; incorporándose por razones de seguridad el sistema contra incendios en el Salón y entrepiso.

Carpinterías
En el caso de las carpinterías originales, tanto de madera como de metal -particularmente las de la fachada- se prevé su conservación y adecuación técnica integral (accionamiento de apertura-cierre, reemplazo de herrajes faltantes), aunque se estima decisivo estudiar los límites que sus características constructivas y formales imponen a la adaptación para una optimización acústica y térmica -incorporación de «DVH»- o, en el caso de las puertas, a condiciones y normas de seguridad vigentes.

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Pisos
Se propone la conservación de los sectores conformados por piezas originales, renovando aquellos que hayan sido intervenidos en forma pragmática o se encuentren deteriorados. En este sentido, se pondrá especial atención a la articulación entre los materiales existentes y los nuevos.

Pintura interior
Dado que el estado actual del acabado de las superficies interiores es el producto de diversas intervenciones -en general inadecuadas, ya que aparentemente no se han conservado ni los materiales ni la paleta original- y que por otra parte se encuentra en mal estado, se plantean distintas alternativas. Como primera instancia se propone la realización de cateos a fin de determinar los posibles colores y acabados originales, descartándose en principio la posibilidad de recuperar su materialidad primigenia. Esta indagación, que podría complementarse con documentación histórica, permitiría ensayar una restauración cromática de los ambientes a conservar. En caso de no llegar a un resultado positivo, deberá estudiarse una paleta contemporánea acorde al lenguaje arquitectónico interior.

Boisserie
El revestimiento de madera que cubre las paredes interiores hasta una altura aproximada de 1.80 deberá ser restaurado y adaptado según las articulaciones que el proyecto de intervención plantea entre el salón a conservar y el sector que concentra las nuevas funciones requeridas por el programa. Las características del material y su esquema compositivo modular permiten este tipo de operación. Se procederá de igual forma que con la pintura: realizando cateos que den cuenta de los tratamiento que le fueron aplicados y actuando en consecuencia.

Revestimiento de fachada
La envolvente del edificio está técnicamente caracterizada -como la mayoría de las obras de su época- por la utilización de revestimiento simil piedra. Esta técnica artesanal fue incorporada en Argentina por los inmigrantes italianos y ticineses y, en conjunción con la difusión del sistema Beaux Arts contribuyó a forjar la imagen de las principales ciudades del País. Este material de revestimiento está constituido por cemento, arena y molienda de piedras generalmente importadas de Francia. La perfección de las fachadas emulando la piedra París se potenciaba con la imitación de las juntas entre falsos sillares con una mezcla de  diferente textura y tonalidad. En el caso del símil  piedra -utilizado en este caso en el exterior- las patologías y desajustes suelen ser recurrentes (fisuras, microfisuras, exposición de hierros, eflorescencias, aplicación de pintura, etc.) y su restauración ha pasado a ser en los últimos años una práctica posible, apoyada tanto en los análisis de laboratorio (determinación de la composición y granulometría)  como en el renacimiento del oficio de frentista. A partir de un diagnóstico adecuado se decidirá la forma de actuar a fin de que la fachada recupere  el color, la textura y el brillo característico del acabado original.

Intervención de la fachada
Dada la necesidad establecida por las bases del Concurso de crear una entrada vehicular al predio y definido el sector de fachada pasible de intervenciones, el proyecto plantea una oradación del muro según un patrón geométrico y abstracto que enmarca las visuales desde la vereda al patio que anticipa y representa el núcleo de la nueva intervención.

Cubiertas
La actual cubierta del sector a restaurar es una típica solución para una ciudad en un momento histórico en que la quinta fachada era una situación a vista de pájaro. Su grado de pragmatismo la hacía eficiente y no perseguía un compromiso estético y urbano arquitectónico como el resto de la envolvente. La revitalización del edificio y del sector urbano que domina requiere de una alternativa acorde al nuevo uso propuesto, tal como la transformación del espacio inerte del «techo de chapa» por una terraza de uso recreativo. Se realizarán los estudios estructurales pertinentes a fin de ajustar la propuesta; la factibilidad técnica resulta sencilla y el beneficio es importante, en cuanto proyecta al exterior -y, literalmente, a cielo abierto- el núcleo de las actividades socio culturales.

Lucernario / Vitreaux
Complementariamente a la rejerarquización de la cubierta, se plantea la reformulación del lucernario como objeto significante e integrador del espacio en doble altura del salón y la nueva terraza, a la manera de una caja de luz atravesada durante el día por los rayos solares y convertida en la noche en  un objeto incandescente que baña el espacio interior e ilumina la quinta fachada. A su vez, deberá verificarse el estado de conservación del vitreaux (sujeción, perfiles y vidrios) a fin de proceder a su restauración.

Ascensor
Dada la singularidad del ascensor como pieza técnica de interés patrimonial y la necesidad de acceder a la nueva terraza desde el Salón a través de un sistema de elevación, se propone su restauración -básicamente de la cabina y la jaula- y la adecuación técnica del sistema electromecánico, contemplando la prolongación del recorrido, el reemplazo de la motorización y del sistema de accionamiento y control de movimientos. Asimismo deberá adaptarse a las normas de seguridad vigentes.

PARTIDO AMBIENTAL
La propuesta se asienta sobre un terreno rectangular en el microcentro de la ciudad de Tucumán. Calles estrechas y la necesidad de mantener un edificio preexistente en la esquina llevan a un uso intensivo de la mitad restante del solar.
Esta mitad de forma casi cuadrada se ocupa con un edificio en altura en forma de L conformando un atrio semipúblico hacia la línea municipal. Este atrio cubierto con pisos administrativos deja una boca abierta hacia el sur.
Por su conformación este atrio permitirá generar corrientes de aire ascendentes de día y descendentes de noche que mejorarán significativamente el comportamiento higrotérmico en el período estival. Con brisas suaves, el edificio alto tenderá a generar brisas frescas descendentes a modo de «torre de vientos».
Este atrio será fresco y sombreado con bajo nivel de luz natural ocultando la fracción de cielo de mayor contenido energético hacia el norte. La mayoría de las oficinas en caso de necesitarse acondicionamiento natural recibirán aire fresco de abrirse ventanas que del al atrio.
Durante el invierno mantendrá estas condiciones que de forma opcional podrían implicar un cierre automatizado del muro cortina vidriado mediante paños vidriados proyectantes accionados por un sistema automatizado de servomotores y sensor climático en terraza. Esto protegería al atrio de tormentas del cuadrante SE-SO frecuente en la zona.
Por ser el clima de Tucumán fresco en invierno y muy cálido húmedo en verano se optó por recubrir al edificio en altura con una doble piel ventilada de vidrio. El espacio de aire entre el cerramiento opaco de hormigón armado y el muro cortina vidriado permitirá ocultar los parasoles y facilitar un flujo ascendente continuo del aire en los corredores de mantenimiento calados que se proyectaron. El aire sobrecalentado generado por la radiación solar al calentar el hormigón ascenderá para salir por convección en ventilaciones previstas en la terraza.
Durante el invierno con solo tapar el el corredor calado se generará un muro Trombe que de abrirse las ventanas de las dependencia en un día soleado de invierno reducirá significativamente la demanda de energía en calefacción. Durante el período estival la corriente de aire reducirá la carga térmica por efecto de la radiación solar en cerramientos opacos y vidriados.
En la cara interior un cerramiento de tabiquería liviana de yeso roca con 10 cm de lana de vidrio reducirá en un 70 % la necesidad de calefacción y en un 50% la necesidad de refrigeración. Estrategia similar se implementará en techos en la cara interior. En la cara exterior de cubiertas se adoptará una solución de techo invertido con 5 cm de EPS 30 kg/m3 que protegerá la barrera hidráulica y mantendrá a temperatura ambiente las losas.
Con estas estrategias ambientales se espera reducir a la mitad la demanda de energía en climatización en potencia instalada y en dos tercios o más la de funcionamiento anual. En días no extremosos y con una ocupación parcial de visitantes al centro cultural este debería funcionar de manera pasiva.
Con esto el leve aumento inicial en el costo de construcción implicará un gran ahorro en la vida útil del edificio amortizando el mantenimiento y reposición de sistemas de climatización convencionales.

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