30.1.2013
Concurso Nacional de Anteproyectos Nueva Sede Lotería Nacional, 2do. Premio
Mucha gente ignora cuál es el fin último de la Lotería Nacional, que fuera creada por el Congreso Nacional para recaudar fondos para mejorar la calidad de vida de la población en todo el país. Como figura en su website: “transformando lo recaudado en ayuda, trabajo, educación, salud, seguridad, contagiando de alegría.” Nuestra propuesta apunta a crear espacios comunitarios de calidad que renueven e incentiven múltiples relaciones entre La Lotería Nacional y la sociedad en su conjunto y que permitan dar un marco propicio para difundir la destacada actividad social que la entidad realiza.
La calle pública peatonal, oasis urbano
“…la otra calle, la que no pisé nunca, el centro secreto de las manzanas, los patios últimos, lo que las fachadas ocultan…”
Jorge Luis Borges
El predio se encuentra frente a una de las plazas más importantes de nuestro país. La plaza del Congreso, le otorgará a la Lotería Nacional el marco institucional adecuado para potenciar sus actividades y difundir su roll en la sociedad.
La decisión proyectual de abrir una calle peatonal y una plaza pública en el interior de la manzana apunta fundamentalmente a tener un contacto cotidiano más íntimo y por lo tanto más fuerte y duradero con la sociedad en general, y en particular con las jóvenes generaciones que podrán disfrutar diariamente de este descanso urbano, haciendo propio este ámbito que la lotería brinda a la comunidad, en los tiempos libres o durante los cortes del horario laboral, para almorzar o tomar algo. Estos espacios también serán escenario de múltiples actividades culturales al aire libre. De esta manera la relación entre la Lotería y la sociedad se renovará y fortalecerá, buscando instalar en el inconsciente colectivo cuál es el fin último perseguido durante 118 años de la institución, invertir lo recaudado en cultura, educación, trabajo, asistencia habitacional y salud.
La apertura del centro de manzana al público ofrecerá a la sociedad un espacio comunitario de calidad para el disfrute de todos, interactuando con la plaza del congreso de carácter institucional, ofreciendo al barrio y la ciudad un ambiente de carácter íntimo y fraternal en el pulmón de manzana. Decidimos ubicar los sectores públicos significativos del programa, sala de sorteos, biblioteca y atención al público en torno a esta plaza interior. De esta manera, con la ubicación de la sala donde se realizan los sorteos diarios, buscamos transmitir la transparencia del sistema y devolución a la sociedad de las actividades que realiza la institución. Por las noches la plaza y la calle peatonal pública se cerrará junto con el edificio por medio un portón rebatible.
Actividades culturales en la calle y la plaza pública
Dentro de la memoria colectiva del barrio, se encuentra el mural del frente del lote del concurso pintado por el artista urbano Jaz, quien durante varios años ha ido proponiendo distintas temáticas para uno de los frentes más transitados de la ciudad. Proponemos entonces conservar este espacio para el desarrollo del arte urbano incorporándolo a la calle peatonal del proyecto, junto con un paseo de esculturas itinerantes de mediana y gran escala. Las terrazas ajardinadas, gradas y escalinatas del paseo peatonal del edificio, proponen una variedad de lugares para el descanso, la recreación y el disfrute de un espacio verde más íntimo y acogedor en el corazón de la manzana. También se pueden desarrollar otras actividades al aire libre como teatro, bandas en vivo y cine, en horarios que la institución programe y organice. Tanto la biblioteca como la galería de arte están expandiendo hacia la plaza pública del proyecto. Estas actividades públicas y gratuitas contribuirán a reforzar los lazos entre la Lotería Nacional y la sociedad.
La Lotería Nacional y el edificio de la ex Biblioteca Nacional
Originariamente, el edificio de la ex Biblioteca Nacional de la calle México, fue diseñado y construido por el arquitecto Carlos Morra en el año 1901 para ser sede de la Lotería Nacional de Beneficencia. Meses antes de su finalización, el edificio fue cedido por la institución para la nueva biblioteca pero en su interior ya existían un sinfín de símbolos y alusiones al azar y al juego: La baranda de la escalera principal acompaña al visitante con un ritmo de bolilleros de bronce; Las cariátides de la cúpula principal personifican a La Fortuna y el Azar, tramas en los vidrios, solados, molduras con dibujos de tréboles de cuatro hojas y herraduras recuerdan constantemente el antiguo destino del edificio que por esos azares terminó adaptándose a una nueva función.
Uno de los más prestigiosos y memorables directores de la ex Biblioteca Nacional fue Jorge Luis Borges quien confiesa que en el sótano o en la azotea del antiguo edificio vislumbró sus juegos de laberintos, de azares y de espejos. ¿Cuánto de aquellos cuentos y poemas que hoy son parte fundamental de nuestra literatura fueron sugeridos y despertados por la atmósfera del propio edificio diseñado para ser sede de la Lotería? Hoy, algunos de sus fragmentos devuelven a la Lotería Nacional la atmósfera adecuada para trazar las líneas principales de su nueva sede, atmósfera tamizada de prestigio, de laberintos y de azares.
El lenguaje del nuevo edificio de la Lotería Nacional
“El azar es el nombre que nuestra inevitable ignorancia da al tejido infinito e incalculable de causas y efectos.”
Jorge Luis Borges.
El edificio propone vivir en una realidad diferente, colectiva y solidaria, con su entorno y con su gente, dentro de una atmósfera en la que se respire azar, juego y múltiples alternativas de recorrido. La trama estructural de la fachada del edificio, trama infinita de causas y efectos, está formada por la alteración del ritmo de columnas y vigas en los diferentes niveles. El frente del edificio, que recupera la memoria de las clásicas tarjetas perforadas de Lotería Nacional, es sensibles a los cambios de altura de su entorno inmediato, a la marcada verticalidad de vanos y columnas en los edificios históricos vecinos, al asoleamiento, a las visuales hacia la plaza y el Congreso de la Nación, a las diferentes funciones que se desarrollan en su interior, y por supuesto, al azar: por medio de serigrafías en los paños vidriados de la fachada y del hall de acceso, grabados en el hormigón visto y tramas en medianeras, incorporamos una serie de símbolos y alegorías al juego que colaborarán en establecer un diálogo lúdico con la gente que pasee por la plaza de los Congresos, como lo vislumbró Carlos Morra para la fallida sede.
Organización del programa
El edificio está organizado en cuatro sectores:
– Basamento público: plaza de acceso, hall, sala de sorteos, sum, biblioteca, galería de arte, oficinas de atención al público
– Subsuelo técnico (talleres y laboratorios) y estacionamiento
– Oficinas
– Sala de máquinas superior y futura ampliación
Proponemos tres sectores de acceso en el mismo hall de planta baja: el del público general, el acceso de directorio, un tercer acceso eventual para cuando el edificio se encuentre cerrado. El acceso de servicio y vehicular es independiente y está vinculado verticalmente con los subsuelos y la circulación de servicio en las plantas de oficinas.
En relación a la plaza del edificio se encuentran los programas públicos
Las oficinas directivas se ubican cercanas al sector público, enfatizando la ideología adoptada en la pirámide institucional en el esquema de funcionamiento. La lotería se acerca a la gente facilitando la recepción de visitas externas al directorio y su asesoría. Las oficinas jerárquicas se ubican en el frente y contrafrente, con vistas a la plaza del congreso y a la plaza interna del edificio. En el nivel +17.50 m ubicamos el sector de capacitación y comedor expandiendo sobre la terraza del volumen que se adentra en el pulmón de manzana y vincula activamente el edificio con la plaza.
El basamento público, incluyendo sala de sorteos, el SUM y la biblioteca, puede funcionar durante los horarios en que el edificio permanezca cerrado, vinculado por una circulación vertical que también cubre las necesidades de personas con capacidades disminuidas. Dentro del basamento, en el pulmón de manzana, prevemos un pequeño buffet para abastecer al público en general.
La sala de sorteos
“En realidad el número de sorteos es infinito. Ninguna decisión es final, todas se ramifican en otras.”
La Lotería de Babilonia, Jorge Luis Borges.
La sala de sorteos se encuentra en planta baja, con conexión directa al hall de acceso, para facilitar el ingreso y el egreso del público que presencie los sorteos. El acceso está franqueado por los antiguos bolilleros, símbolos de la institución, que pasarán a formar parte del movimiento cotidiano de la calle peatonal del edificio y de su hall de entrada.
La sala de sorteos participa del movimiento de la plaza pública, la gente podrá presenciar en todo momento la transparencia del sistema, tanto dentro como fuera de la sala transmitiendo la idea de que la actividad principal que se desarrolla en la sala es para la gente y que lo recaudado vuelve a la sociedad. La sala de sorteos será habitual en la vida social de las personas que utilicen la plaza pública del edificio, será familiar, parte de ella.
La esperanza de ganar ayudando
“Si uno no espera lo inesperado, no lo encontrará, pues es inaccesible.”
Heráclito
Quien compra un billete de lotería, ingresa dentro de un sistema distinto, otra estructura de la realidad. Desde ese mismo momento comienza a tejerse esa trama infinita e inabarcable de la que habla Borges, hasta llegar a su desenlace final, sea cual fuere, favorable o desfavorable. Pero quien no compra un billete de lotería quedará fuera de esta estructura, inaccesible a esta otra cara de la realidad, totalmente cerrado a cualquier posibilidad de que surja lo inesperado. Ingresar al edificio será acceder a ese mundo inesperado y, simultáneamente formar parte de un sistema público y comunitario que viene a develar el fin último y principal de La Lotería: la ayuda social.