Prisión de Storstrøm

Uno de los principales desafíos arquitectónicos del proyecto fue que la prisión de alta seguridad, con capacidad para alrededor de 250 reclusos, esté menos institucionalizada.

El enfoque arquitectónico general fue crear un edificio en la misma escala y con la misma estructura que la ciudad, incluyendo calles y plazas. Esto garantizará una experiencia familiar y variada del entorno penitenciario y mantendrá la atmósfera institucional de la prisión al mínimo. La estructura tipo pueblo también se asemeja a las aldeas circundantes, y es, por lo tanto, un elemento natural del paisaje.

Para crear más variaciones, las fachadas y las crestas de los techos son angulares con diferentes formas y los materiales de las fachadas alternan entre ladrillos de colores claros y una combinación de concreto y acero galvanizado, todos materiales duraderos que no necesitan mucho mantenimiento.

Las células se agrupan en unidades que comprenden de cuatro a siete células, ubicadas alrededor de un centro social. Las unidades tienen acceso a una sala de estar y a una cocina compartida, donde los presos preparan sus propias comidas. Las salas de estar están decoradas con colores menos institucionales, al igual que las obras de arte creadas especialmente y estructuralmente integradas en toda la prisión.

La luz del día es importante para el bienestar de las personas y cada celda tiene luz natural con dos ventanas, desde donde los internos también tienen vistas al paisaje circundante y al cielo. La actividad física también es importante para el bienestar social y mental de los reclusos, y tanto en el interior como en el exterior, hay oportunidades para el deporte, los juegos y el ejercicio físico.

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