Pabellón Martell

Después de la instalación Par nature de Vincent Lamouroux, el Pavillon Martell, concebido esta vez para el exterior del edificio, aporta una nueva dimensión arquitectónica e internacional a la Fundación.

Este pabellón exterior está compuesto por módulos construidos con materiales de alta tecnología, que albergarán actividades específicas que prefiguran el futuro calendario de eventos de la Fundación.

Fiel a su estética de transparencia y apertura al mundo exterior, SelgasCano construyó el pabellón a partir de un marco de metal cubierto por un material translúcido desarrollado por la marca francesa Onduline. Fuerte y hermético, el material está impregnado por una luz suave y cambiante que crea intrigantes efectos iridiscentes. Los reflejos del arco iris así creados son ideales para la estética de los arquitectos. El gran pabellón, compuesto por formas flexibles y orgánicas, está en armonía con el medio ambiente defendiendo la idea de que «la naturaleza debe prevalecer sobre la arquitectura». El Pabellón también ilustra la transversalidad de las tecnologías, los usos y los materiales, que con el foco principal de los futuros proyectos desarrollados por la Fundación.

Diseñado para albergar a visitantes y eventos, el Pavillon Martell reúne un programa diverso centrado en actividades y temas que prefiguran la programación de la Fondation d’entreprise Martell. Asientos inflables instalados en la estructura, unidos por correas, permiten a los visitantes sentarse, apoyarse o estirarse en el contexto de talleres, conciertos, presentaciones, conferencias, mercados, juegos, momentos de relajación, paseos, etc. desde el verano de 2017, los visitantes pueden disfrutar de experiencias basadas en la creación y el rendimiento con diseñadores invitados, incluidos Atelier W110 y 71bis, y socios artísticos como Abbaye aux Dames.

La Fondation d’entreprise Martell reafirma su intención de garantizar una dimensión de responsabilidad ecológica desde el ensamblaje inicial de los proyectos hasta el destino final de los materiales. Reutilizando algunas maderas de la instalación anterior Par nature de Vincent Lamouroux, el Pavillon Martell será desmantelado en 2018 para ser reconstruido en otro lugar para darle una segunda vida. En este sentido, el Pavillon Martell  tendrá múltiples destinos. Una parte limitada se mantendrá en la Fondation con fines de archivo, testimoniales y prácticos, y para las experiencias de los visitantes en los futuros espacios de la Fundación. Otra parte más grande será reinstalada en el extranjero en el marco de una iniciativa social y comunitaria.

«El Pavillon está ubicado en el patio de la Fondation d’entreprise Martell. Está específicamente diseñado para las grandes dimensiones del espacio, 26 x 90 metros, o 2.350 m2, un lugar emblemático en la larga historia de Martell. Nos sentimos honrados de ser los primeros arquitectos encargados de diseñar una instalación temporal para este sitio tan especial durante los trabajos de restauración en el interior del edificio. Como este será el pabellón inaugural, nuestras decisiones y direcciones tendrán un impacto en proyectos posteriores. Nos dieron un amplio lienzo en blanco y queríamos establecer el tono al ocupar todo el sitio con nuestro pabellón, con la esperanza de inspirar a futuros artistas, arquitectos y diseñadores. La segunda decisión importante para nosotros fue trabajar con un solo material. Debido a las enormes dimensiones del proyecto, el material debía ser accesible y estar disponible en grandes cantidades. También tenía que ser liviano, para ser fácilmente desmontable y transportable a su futura ubicación. Por otra parte, la ligereza es un aspecto constante e integral de nuestro trabajo, y vimos este proyecto como una posibilidad única de experimentar y explorar aún más ese concepto. Otro concepto con el que normalmente nos gusta trabajar es «off-the-shelf». Así comenzamos a buscar los materiales más ligeros y rentables en el mercado. Encontramos lo que estábamos buscando escondido en el catálogo de Onduline, una empresa constructora francesa líder con presencia mundial. Era un rollo, un rollo muy delgado, de solo 1 mm de grosor, hecho con poliéster y fibra de vidrio. Su apariencia y su delgadez nos recuerdan al tradicional papel de arroz japonés. De repente, todo el ejercicio se convirtió en descubrir una forma de trabajar con papel (papel de arroz, papel de fibra de vidrio) y encontrar la manera de jugar con su forma para hacerlo lo más rígido posible. Nos dimos cuenta de que éste era un proceso muy ingenuo y simple, casi como jugar distraídamente con una tira de papel durante una reunión, y con este vago pasatiempo terminamos creando un vasto bosque de papel en el que se podía entrar, caminar y perderse. Obviamente, cuando tuvimos que hacerlo real y edificable, nos apoyamos en un par de materiales adicionales, como barras de acero adaptadas a la forma del papel, y como no podíamos tocar el suelo del patio, agregamos algunos cojines amarillos llenos de agua para evitar que el papel se volatilice, pero dejándolo sonar un poco en una suave vibración que exprese perfectamente la ligereza de la entidad», SelgasCano.

Visitá la nota original en inglés > http://arqa.com/arquitectura-2/pavilion-martell.html