Pasarelas sobre el Seine, un vínculo suave entre Mantes-La-Jolie y Limay

En el hueco de uno de los bucles del río que delimitan el límite sur del Vexin francés, ha creado una puesta en escena sutil para que el espacio urbano y el paisaje natural se encuentren. A la sombra boscosa de las colinas que dominan el valle, entre la alta silueta de la colegiata de Notre-Dame y las calles de la antigua ciudad en la orilla norte, el nuevo camino cruza dos brazos del río, deteniéndose solo para descansar. en la ladera boscosa de la Ile aux Dames.

Una pasarela doble para un enlace suave

Casi imperceptible cuando uno se acerca a la ciudad desde las riberas del río, el primer cruce se basa en una estructura existente, el Pont Neuf, construido en el siglo XVIII tras la destrucción de las murallas que protegían a Mantes. La estructura relativamente estrecha fue reconstruida después de la Segunda Guerra Mundial y se extiende por el Quai des Cordeliers en la continuación de la Rue Royale y abre la ciudad hacia el norte. Como ahora está saturado de tráfico rodado permanente, ya no es apropiado que los peatones y ciclistas crucen el río. El proyecto de enlace dedicado a la movilidad sostenible entre Mantes y Limay, apoyado por los dos municipios y la comarca, fue objeto de un concurso en 2012. La primera fase de la obra se completó en 2019 con la apertura de la pasarela que atraviesa el brazo del río, adyacente a la antigua ciudad real, y el nuevo enlace es parte de una ruta urbana que une los distritos históricos de las dos ciudades. Desde el pie de la colegiata gótica, la pasarela cruza el primer brazo del río, recorre la isla, bordeando un pequeño teatro al aire libre (“Théâtre de Verdure”). Luego se llega a Limay tomando el Puente Viejo de Piedra y tomando la Rue de Paris, que conduce al centro de la ciudad.

Para este primer cruce, que ahora está terminado y corre a lo largo del puente de la carretera, Dietmar Feichtinger eligió colocar la nueva estructura a una distancia del tablero del puente existente. Cuando estás en la orilla, la pasarela parece como si volara sobre el río: finas curvas de acero ondulan entre las dos orillas en un movimiento tridimensional, cambiando continuamente de forma, subiendo y separando casi imperceptiblemente el camino peatonal del de la vehículos de dos ruedas, que se coloca más cerca del puente del automóvil. Ya sea cruzando a pie o en bicicleta, casi de inmediato se olvida el ruido del tráfico. Se establece una diferencia de nivel entre el entablado de los dos recorridos para formar un banco. En medio del cruce, donde la pasarela se eleva muy por encima de la calzada, los niveles se encuentran y el paso se ensancha para ofrecer a los transeúntes una vista sobre el río donde pueden quedarse para admirar el hermoso paisaje.
Una cinta de acero y madera que une las dos orillas del río

A Dietmar Feichtinger le gusta desviar, suavizar y torcer sus estructuras, como hizo en París con la pasarela Simone de Beauvoir; nunca deja pasar la oportunidad de torcer las sabias reglas de la construcción tradicional. Debajo de los contrafuertes de la colegiata arroja una doble cinta de acero y madera que roza, se eleva, se acerca y se aleja de nuevo de la carretera. La estructura totalmente de acero está sostenida por los estribos del puente a ambos lados del río. Un cajón central de perfil trapezoidal variable forma el armazón principal, a modo de columna vertebral a la que se fijan una serie de ménsulas en forma de T a 3 metros de distancia entre sí. La viga cajón estanca está compuesta por láminas de metal soldadas cuya resistencia a la torsión permite transferir a los soportes las fuerzas asimétricas generadas por el perfil del puente. En medio del río, los dos pilares de hormigón del Pont Neuf sirven para llevar los soportes intermedios. Así, la nueva estructura no invade el cauce del río. En cada caso, una pata de sección transversal inclinada, fijada al vástago del pilar, absorbe la fuerza vertical, mientras que una biela asegura la estabilidad de toda la estructura. Estas bielas, incrustadas en el cajón, se articulan en la cabecera de los pilares. El perfil variable de los soportes permite soportar cubiertas de diferentes anchos y absorber las diferencias de elevación de la plataforma entre el camino de dos ruedas en el lado del puente y el camino peatonal en el lado del río

Una pasarela como una costura, para revivir una ruta histórica

En la isla, la cubierta se ensancha y desciende suavemente, la pasarela urbana continúa alrededor del teatro al aire libre como un balcón y deja a la vista la colegiata. La ruta será completamente funcional una vez que se hayan completado las obras de restauración del Vieux Pont, que volverá a unir la Ile aux Dames con Limay al noreste. La parte norte del paseo sigue los arcos de piedra rubia que unen dos bancos arbolados pintados por Corot en 1869. El puente histórico, dos de cuyos vanos centrales fueron volados por el ejército francés durante la debacle de 1940, dejando una cicatriz enorme, será equipado con una sutura discreta: un fino armazón de acero compuesto por 3 vigas con un perfil elíptico esbelto, que soporta una plataforma de acero, vidrio y madera. Una barandilla lisa de hierro plano refuerza la ligereza y linealidad de la pasarela, y contrasta con la masividad y curvas de la estructura de piedra. El recorrido finaliza en los últimos arcos del Puente Viejo y se asienta en la orilla opuesta; luego pasa por la Maison du Passeur, una antigua aduana con una explanada triangular bordeada de árboles que hoy en día es redundante. Pronto esta plaza pública volverá a cobrar vida cuando los peatones y ciclistas lleguen a la entrada del casco antiguo de Limay.

Leé la nota original en inglés > https://arqa.com/en/architecture/footbridge-mantes-la-jolie.html