20.1.2014

Parlamento de la Comunidad de habla alemana, en Eupen

Bélgica integra oficialmente, no sólo las regiones flamenca y valona, junto con Bruselas, sino también la comunidad de habla alemana, con sus reconocidos derechos y autonomías. Estos derechos se han desarrollado fuertemente en los últimos cuarenta años. Con el fin de crear un marco espacial adecuado para ello, se tomó la decisión de albergar el parlamento y su administración en un antiguo sanatorio de finales de los años diez.

                                                                                                                                                              Photography: © Ulrich Schwarz, Berlin

Después del final de la Primera Guerra Mundial, con el Tratado de Versalles de 1919, el área neutral que rodea el municipio de Kelmis, Bélgica, y el distrito administrativo alemán de Eupen – Malmedy, se unieron. Como resultado, unos setenta mil alemanes se convirtieron en ciudadanos belgas. Desde las grandes reformas estatales promulgadas en 1968 – 1971, Bélgica integra oficialmente, no sólo las regiones flamenca y valona, junto con Bruselas, sino también la comunidad de habla alemana, con sus reconocidos derechos y autonomías. Estos derechos se han desarrollado fuertemente en los últimos cuarenta años. Desde 1984, la comunidad tiene tanto su propio gobierno como su propio parlamento con poderes legislativos. Con el fin de crear un marco espacial adecuado para ello, se tomó la decisión de albergar el parlamento y su administración en un antiguo sanatorio de finales de los años diez. Dada la falta de representatividad de sus espacios, el sanatorio tenía que someterse a una sustancial renovación. En el otoño de 2008, se organizó un concurso internacional de arquitectura para la ampliación y remodelación del sanatorio, ganado por Atelier Kempe Thill.

Un objeto del paisaje en frente de una casa señorial
El objetivo del proyecto era unir el antiguo edificio con la expansión en una composición coherente en la que los dos edificios conservaran cada uno su propio carácter, conformando a su vez una unidad arquitectónica. El tema particularmente delicado era la posición del sanatorio existente, construido en la colina como una casa señorial independiente. Con su representativo aspecto de estilo clasicista, todas las formas posibles de expansión parecían una intrusión insensible. Por lo tanto el diseño de Atelier Kempe Thill surgió de la idea de situar el nuevo edificio de manera visible con respecto al viejo sanatorio, como corresponde al edificio de un parlamento representativo. Por la naturaleza de la colina en la que estaba construido el antiguo sanatorio, era posible colocar el nuevo edificio justo en frente a través de una sencilla remodelación del terreno. Visto desde el exterior, el edificio existente no solamente combina con el nuevo edificio sino que entra en una coherente síntesis con él. El nuevo edificio se conforma como un zócalo óptico para el sanatorio, haciendo hincapié en su aspecto arquitectónica y simbólicamente solitario.

El techo y las paredes exteriores están completamente cubiertos con plantas sedum. Esto produce la impresión de una gran «almohada de flores» en frente de la entrada al complejo, lo que genera un ambiente acogedor. Este «objeto paisaje» se contrapone con la naturaleza del parque como un objeto minimalista con mucha vegetación. El nuevo edificio es a la vez parte del paisaje y, a su vez, contrasta con el mismo. En la variante construida, el tamaño del nuevo edificio tuvo que ser reducido, debido a las restricciones presupuestarias. En su extensión, un amplio tramo de escaleras se encuentra justo enfrente de la entrada principal del antiguo edificio. Como resultado, el carácter del paisaje del nuevo edificio resulta algo disminuido y, en cambio, lo que crea es un objeto. El tramo de escalera llega hasta la simetría axial del sanatorio y, por lo tanto, vincula arquitectónicamente el nuevo edificio con el paisaje. Al alinear la yesería de la fachada del sanatorio con el color y la textura de los sillares en el espacio exterior, y al amortiguar la intensidad de los colores del nuevo edificio, se logra una fuerte coherencia compositiva a pesar de las diferentes condiciones de los dos edificios.

El edificio del «sanatorio”
El sanatorio había sido fuertemente transformado, principalmente como resultado de las remodelaciones realizadas en las décadas de los años sesenta y setenta. La renovación que actualmente se propuso tiene como principal objetivo restaurar sustancialmente la integridad del sanatorio recuperando el aspecto original del edificio. Todos los datos existentes en el interior, como los suelos de terrazo en los pasillos y escaleras, se repararon y se complementaron. Las puertas existentes a las habitaciones en los pasillos de conexión fueron auténticamente reconstruidas. En el caso de las ventanas, fue necesario encontrar un equivalente de su diseño original -con sus obturadores y muchas divisiones- con las condiciones técnicas requeridas hoy en día. En comparación con las ventanas originales, las nuevas sólo se dividieron verticalmente en dos a fin de lograr un aspecto elegante. Las adaptaciones también se encuentran en el detalle de la cubierta, ya que como resultado del aislamiento térmico necesario, las ventanas de la buhardilla se desplazaron ligeramente y se cambiaron sus proporciones. Para los techos se utilizó la pizarra con el fin de respetar el material utilizado originalmente. Más allá de las especificaciones de los materiales y los detalles constructivos, el problema conceptualmente más importante a resolver fue cubrir los requerimientos de alta eficiencia energética con el fin de alcanzar los estándares de baja energía, los cuales actualmente son muy superiores a los de la construcción original y debían integrarse cuidadosamente con el concepto arquitectónico general.

Con ese fin, se utilizaron aislantes de alta calidad térmica y, muy especialmente, se instaló un nuevo sistema de ventilación y calefacción. Por otra parte, un sistema integrado enfría el edificio por medio de un proceso adiabático basado en la evaporación del agua. Esto significaba tener que hacer aproximadamente quinientas perforaciones en las paredes y en los techos lo que afectaba gravemente la muy frágil estructura del techo original del edificio. Por esta razón, algunos de los techos tuvieron que ser reemplazados ya que se requirieron muchos canales para el sistema de ventilación que el corredor existente era incapaz de alojar. Además, los falsos techos incidían severamente en las proporciones del espacio, por lo que se hacía necesario cambiarlos. Estas condiciones eran bastante graves para el conjunto, sobre todo porque finalmengte el costo de la renovación resultaba ser casi equivalente al costo de un nuevo edificio, lo que hacía dudar sobre la validez de la remodelación. Bajo estas condiciones, Atelier Kempe Thill intentó equilibrar las soluciones sin desfigurar el edificio como resultado de la remodelación, protegiendo la integridad del edificio buscando los equivalentes arquitectónicos adecuados dentro de los requerimientos actuales.

Interiores escénicos
En el interior, la atención se centró en la arquitectura, en la medida que se adaptaron las diferentes condiciones espaciales del antiguo y del nuevo edificio, diseñados de manera tal que desborden y fluyan uno dentro de otro. El salón y el nuevo vestíbulo -que debido a su posición parcialmente subterránea debajo del sanatorio pueden asociarse rápidamente con una bodega- requirieron una atención especial. En ese caso, no fue suficiente crear un ambiente espacial brillante por medio de ventanas y tragaluces, sino que fue crucial para la percepción del nuevo edificio lograr un escenario espacial que uniera las áreas de recepción y vestíbulo de la antigua y de la nueva estructura. Junto con la nueva gran escalera, el vestíbulo logra mediar entre lo viejo y lo nuevo. El hall de entrada está definido por una composición espacial rigurosamente simétrica que une la simetría axial del salón de plenos y la escalera por medio de grandes aberturas en la pared.

Las paredes del vestíbulo son blancas, mientras que allí y en la sala, el suelo de madera crea una continuidad espacial. Así, el espacio de vestíbulo ofrece un marco adecuado y flexible para recepciones representativas, exposiciones, etc. Su simetría también hace de contraparte a la simetría axial del sanatorio existente. Por consiguiente, la composición desde el exterior se combina con la composición espacial interior. Las grandes aberturas de las paredes del hall de entrada a la sala son de cristal y forman un gran ventanal que permite vistas desde el vestíbulo, a través de la sala, y hacia el parque. Esta ventana se combina con una gran ventana – vitrina en el extremo frontal del espacio iluminado por una claraboya. Esto le da al espacio un carácter amplio y luminoso, que se enfatiza aún más gracias a la generosa claraboya central y a las multifacéticas relaciones visuales que se crean.

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