19.3.2009

Avenida 9 de Julio, Buenos Aires

La puesta en valor y la refuncionalización de la Avenida 9 de Julio responde a la idea rectora de contribuir con un proyecto de escala estructural a la recuperación del espacio público de la Ciudad de Buenos Aires, enfatizando la unidad morfológica de esta pieza urbanística y promoviendo simultáneamente su uso como paseo de gran desarrollo lineal para esparcimiento social, trascendiendo su mera función circulatoria vehicular.

El Área Central de la Ciudad de Buenos Aires contiene dos grandes ejes circulatorios y paisajísticos acompañados por una plantación original de principios del siglo pasado. El eje con dirección este-oeste que comienza en la Plaza Colón y continúa por Plaza de Mayo, Avenida de Mayo terminando en la Plaza de los Dos Congresos. El segundo eje está constituido por la Avenida 9 de Julio y su continuación en el Parque Lineal 9 de Julio Sur, conformando un eje verde que une el norte y el sur de la ciudad.
La Av. 9 de Julio constituye un área con un alto nivel de actividad y múltiples tipos de usuarios. Antes de esta remodelación presentaba gran dificultad para su cruce peatonal, deficiencias en el respeto de la Ley de Discapacidad, elementos publicitarios excesivos y equipamiento heterogéneo.
Esta etapa consta de 26 plazoletas, entre las Avenidas Córdoba y Belgrano, con un total de 53.529 m2, y un costo de $ 8.797.800.

La propuesta general de recuperación consistió en transformar el carácter y uso de una serie de espacios meramente complementarios a la función vial, otorgándoles posibilidades de estar y recreación pasiva para los habitantes, revalorizando la existencia histórica de alineaciones de especies arbóreas nativas.
El conjunto se compone de un cantero central y 2 series de plazoletas laterales, con la doble fisonomía de corredor vehicular y espacio verde lineal.
El rediseño del cantero central responde a una nueva traza vehicular con carriles de igual tamaño y continuidad de flujo, garantizando un ancho generoso que permite la plantación de una gran guarda arbustiva y cabezales más seguros para los peatones, con nuevas rampas y esperas semaforizadas. Este nuevo ancho varía entre los 6 metros al sur de la avenida Corrientes y 8 al norte, mientras que en la situación anterior eran de sólo 1,20 metros.
En las plazoletas laterales se dispuso cambiar el antiguo esquema de veredas perimetrales, por el de un recorrido central con mayor continuidad y articulación de lugares de estar y esparcimiento, protegiendo al peatón del tránsito vehicular de la avenida y de las calles laterales, y diseño flexible frente a la aparición de árboles centrales existentes, que se han respetado en su totalidad.
Se utilizó para la materialización de estos espacios un solado de hormigón peinado, modulado en 2 metros de ancho y 4,80 de largo, que remata en cabezales de baldosas graníticas blancas, ambos identificatorios del área central. Estos cabezales conectan hacia el boulevard central y hacia otras plazoletas laterales, enfatizando la continuidad funcional y espacial.
Se incorporó mobiliario urbano tanto en las zonas de estar, asientos y papeleros, como en lugares para estacionamiento de motos. La propuesta se completó con una iluminación peatonal que genera una nueva escenografía. El conjunto con la forestación le otorgó al sector intervenido el carácter de paseo público.
La intención paisajística ha sido preservar y plantar. A partir de considerar al verde no sólo por sus valores paisajísticos y ambientales sino como un verdadero valor patrimonial, se definieron especies con un buen desarrollo y fácil mantenimiento.
La Avenida 9 de Julio cuenta con una alineación original de jacarandaes y tipas, ambas especies del norte argentino, y algunas otras especies nativas.
Se consideró al cantero central como un elemento paisajístico distintivo, con especies perennes variadas en forma, follaje y color, y gran resistencia a las exigentes condiciones del lugar y escaso mantenimiento, para que los procesos de crecimiento, desarrollo y subsistencia sean controlados. La remodelación de las plazoletas laterales es una propuesta integral que engloba aspectos constructivos y de plantación de especies:
Las tipas y jacarandaes se han respetado en su totalidad, completando la alineación cuando fue necesario. Los grandes canteros ubicados a los flancos de los senderos peatonales se plantaron con herbáceas y arbustos fáciles de reponer, floración y follaje distintivo, y compatibilidad en su desarrollo radicular y requerimiento hídrico. Se realizó aporte de sustratos y se proveyó riego por goteo.
Aparecen en los remates de cada plazoleta setos de buxus. Los árboles existentes en el recorrido peatonal central se han provisto de grandes cazoletas. Acompañan el camino central macizos de formios, conteniendo los bancos y alternando con el grisáceo de beschornerias. Como un toque exótico, aparecen alineaciones sinusoidales de flores de pájaro y russelias.
En los cruces con la Avenida de Mayo y con Corrientes aparecen agapantos, que dos veces al año conforman un tapiz azul violáceo, acompañando la floración de los jacarandaes y contrastando con la amarilla de las tipas.
El espíritu que sobrevuela esta intervención urbana considera al verde como el integrante de nuestro entorno que busca convertirse, más allá de toda pretensión meramente ornamental, en la compensación crecientemente necesaria de los excesos de la artificialidad de lo construido. Una restitución de lo natural en el seno de lo artificial.

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