21.8.2019
Pabellón MARQ – Distinguida BIA-AR 2018
La característica distinguible del proyecto es su búsqueda de perdurabilidad, a través del concepto de atemporalidad, de tener vigencia arquitectónica a nivel teórico con el paso del tiempo.
Ícono
La formulación de un proyecto de ampliación para un Museo de arquitectura implica un planteo diferente, a nivel proyectual, con el concepto tradicional de Museo: No podemos considerar a este proyecto como un contenedor o espacio de exhibición y estudio, sino como un espacio de interacción. Inevitablemente el carácter de un museo de arquitectura refleja las inquietudes y aspiraciones actuales de la disciplina dentro de su contexto determinado, y al mismo tiempo debe consolidarse como un lugar de encuentro, debate y difusión de la misma.
Contexto
La característica distinguible del proyecto es su búsqueda de perdurabilidad, a través del concepto de atemporalidad, de tener vigencia arquitectónica a nivel teórico con el paso del tiempo. Por ello es que se buscó un proyecto que fuera fácilmente reconocible por su imagen clara y de la ausencia de ornamentos innecesarios que provoquen una distorsión del lenguaje. La Obra puede identificarse claramente desde su entorno como un prisma neutral, que se abre a la ciudad de diversas formas, y que se adapta al entorno sin intromisiones, pero con carácter decidido, generando también, los espacios exteriores que articulan el complejo y sirven como espacio de uso para distintas actividades culturales y sociales.
Materia
Otra de sus particularidades es la capacidad de abrir o cerrar su piel metálica para permitir el diálogo necesario entre edificio y ciudad. Esto se logra mediante el uso de un sistema de parasoles móviles que tienen la función de, por un lado, posibilitar la regulación de la transparencia de la piel exterior, y como consecuencia, la entrada de luz solar al espacio interior, permitiendo así la existencia de diversos matices intermedios en la barrera interior/exterior.
Sistema
La piel del edificio se compone de dos tipos de elementos: Opacos, y translúcidos. Ambos están realizados en paneles de chapa de acero galvanizada y pintada color negro satinado, asimilable al color del acero, y de diversos materiales asociados a la actividad y la arquitectura ferroviaria, tan visible en el edificio existente como en los terrenos aledaños de Retiro. Las juntas rehundidas verticales entre los paneles, ayudan a una lectura relacionable a la de la piel de los containers ubicados en los sectores aledaños.
Toda la estructura de sostén del edificio está planteada con el sistema racionalizado Steel Framing, tanto para los paneles verticales, como para la cubierta, de tipo plana.
Vínculos
La naturaleza de este Museo de Arquitectura prescinde de la generación de espacios estancos y cerrados, sino que requiere de espacios flexibles y de usos múltiples que puedan adaptarse a las distintas actividades que se desarrollen en su interior. Por ello, el espacio se materializa mediante una sala de gran versatilidad y amplia comunicación con los espacios exteriores, permitiendo la fluidez de la experiencia del visitante, mas allá de un espacio definido.
Los espacios exteriores se delimitan de forma que las proporciones de los mismos permitan generar actividades de distintos usos al mismo tiempo, con distinto grado de intensidad de acuerdo a las características de cada una: El acceso al predio se constituye mediante una gran explanada ubicada en el espacio resultante entre los dos edificios del MARQ, un espacio pensado no solo como acceso, sino también como un punto de encuentro para la realización de actividades públicas al aire libre. Los jardines, en cambio, permiten la generación de situaciones de menor escala, en un espacio contenido por el nuevo pabellón, y la arboleda del predio.
Investigación
El predio actual del MARQ se encuentra en lo que puede considerarse como un límite urbano entre el tejido consolidado de la zona de Recoleta, y los terrenos ferroviarios ubicados al Norte. Este límite se materializa en la Av. Libertador y tiene la particularidad de albergar, desde Retiro hasta los lagos de Palermo, una gran cantidad de puntos de interés cultural y arquitectónico, además de poseer una gran cantidad de espacios verdes de escala metropolitana, como Plaza Francia, Parque Thays y el Rosedal. Estas preexistencias determinaron que el proyecto del Pabellón tuviese un carácter definido, materializado en un volumen de lineas reconocibles que le permitieran tomar protagonismo dentro de dicha situación de implantación
Se trata de un proyecto destinado a albergar elementos y actores propios de la disciplina arquitectónica actual, pero que se encuentra dentro un predio que contiene un edificio de historia ferroviaria y arquitectura ladrillera, en un terreno con gran extensión de espacio verde y especies arbóreas históricas. Por ello, la imagen del proyecto está destinado a generar un diálogo con dicho entorno. El lenguaje para ello es el de un contrapunto: A la profusión porosa de cornisas, pilastras y ladrillos, y la frondosidad del parque se oponen, desde el proyecto, lineas rectas, ángulos definidos, y superficies pulidas en metal color negro, que a veces se transparentan para permitir el diálogo del interior hacia fuera, y viceversa, generando un juego armónico entre el nuevo proyecto y las preexistencias.