Muro Corsé

El proyecto nace de la necesidad de ampliar una vivienda ubicada en una urbanización al estilo de ciudad jardín. La casa consta de dos cuartos pequeños una habitación principal sala comedor, cocina (pequeña), piscina y dependencias de servicio. Las dependencias de servicio dan a uno de los linderos laterales en los que únicamente se colocaron como acabado de piso una delgada carpeta de concreto pobre sobre la desnivelada topografía y delimitación con una reja de tipo alfajor.

La idea fue realizar una intervención en el espacio remanente de servicio, antes del borde del retiro lateral (un áreas de 28m2 y 1,8 ml)  y en ella redefinir el programa de la cocina, un estudio o habitación de visitas y dependencias de servicio. De igual manera propiciar vistas y contacto con  jardines exteriores y sectores trasversales al lindero de la vivienda a partir de un pavimento a manera de galería que construya variaciones de un túnel entre lo vegetal y construido, brindando una experiencia variada en perspectivas, dimensiones y calidades de ámbitos del proyecto desde la parte superior a la inferior en el sentido longitudinal y descendente de la parcela.

El proyecto en su forma amplia y redefine el espacio de servicio ubicado en la parte delantera de la vivienda, para luego reubicar a nivel del comedor interno la nueva cocina. En este caso dado lo estrecho del terreno, las características formales de la vivienda, la iluminación  y las condiciones de vegetación se optó por la utilización en el muro un paraboloide hiperbólico paralelo inferiormente al límite de construcción y al voladizo de techo en su parte superior. Esta acción permitió simultáneamente la ampliación del reducido espacio, el ingreso de luz cenital en su fachada de vidrio superior y en consecuencia una relación constante con las vistas y sombras arrojadas por la vegetación existente.

El muro a modo de corsé como nueva estructura formal y funcional, se coloca aquí como el límite que redefine la silueta lateral de la vivienda, restructurando y ampliando espacios interiores y exteriores de la misma. Con la tectónica del ladrillo visto se va de lo opaco a lo permeable y de lo lineal a lo zigzagueante o curvo. Es su cara exterior el muro es acompañado de pavimento nuevamente de arcilla que en el límite mismo de la parcela se eleva a manera de banco, con una suerte de respaldo natural, de flores de alegría y ficus, para construir la ya mencionada galería entre la vegetación existente y la nueva arquitectura.