25.8.2016
Lofts 252 en el barrio de Rohrmoser, San José
Lo que se construye con este proyecto no es naturaleza ni artificio. Es un paisaje compuesto por fragmentos de paisajes, de urbanidad y naturaleza, de lo exquisito y lo rústico.
La vida en el trópico es fácil en términos de recursos naturales. No hay invierno, abunda el agua y la tierra es fértil. No obstante, en este contexto muchas propuestas de vivienda y ciudad suceden a veces en unos marcos acotados en materia urbana, en donde la falta de planeamiento le gana incluso al factor natural, dando lugar a fenómenos de dispersión urbana más que de densificación. Así, el centro de la ciudad de San José está en deuda con la mayor parte de los parámetros que podrían hacerla una ciudad más habitable.
En este contexto, Marlo Trejos Arquitectos ha elaborado una serie de propuestas que buscan superar el déficit de vivienda que registra hoy la capital de Costa Rica. LOFTS 252 está ubicado en el barrio de Rohrmoser y es un ejemplo de estos nuevos y aún singulares proyectos de vivienda colectiva para San José. La disponibilidad de infraestructura preexistente, una rápida conexión con el centro de la ciudad y una muy buena relación entre zonas verdes y espacio edificado fueron los datos más convincentes a la hora de elegir la parcela.
Algunos detalles y resoluciones proyectuales hacen que sea imposible olvidar que se está en el trópico, a pesar de tratarse de un edificio entre medianeras. El acceso peatonal a través de un pallier tropical terminado en piedra volcánica de la zona conduce a la circulación vertical en el fondo del terreno, mientras que un tamiz natural de vegetación autóctona lo separa visualmente del lote posterior. Otros detalles, como el entrepiso construido en metal deck y las instalaciones a la vista, remiten a la idea de lofts urbanos. Lo que se construye aquí no es naturaleza ni artificio. Es un paisaje compuesto por fragmentos de paisajes, de urbanidad y naturaleza, de lo exquisito y lo rústico.
El edificio consta de cuatro plantas y dos tipologías de departamentos. La planta baja se reserva para el acceso peatonal y vehicular, la primera planta para los monoambientes y las dos últimas para los dúplex. Todos los departamentos gozan de una privilegiada conexión visual entre el frente y el fondo del lote, desde donde se filtran la luz, el aire y las vistas. En la fachada principal, un enrejado de madera recorre verticalmente el edificio, generando una trama que aporta calidez y, a la vez, divide visualmente un departamento del contiguo. Barandas de vidrio esmerilado y paneles laterales de policarbonato fueron pensados con el mismo fin, el de dotar a estas viviendas de filtros o mecanismos que le permitan aprovechar las mejores condiciones naturales en su justa medida. La estructura es de acero y su modulación parte de los espacios reservados en planta baja para el estacionamiento. Al tratarse de zona sísmica, la estructura debe ser continua y sin desviaciones desde las fundaciones hasta la cubierta, la cual ordena y ajusta las plantas subsiguientes.
La voluntad y convicción de producir este tipo de proyectos para San José es definitivamente positiva y está acorde con otras propuestas regenerativas para la ciudad. “San José posible”, una iniciativa del 2007 en la cual la oficina tuvo también participación, buscaba repoblar y recalificar el centro de la ciudad. Aunque las escalas son diferentes en cada caso, la intención es la misma: infiltrar la trama recalificando espacios para transformar la ciudad.
Texto por Carolina Corti