4.11.2015
Espacio «Atrio de un coleccionista», Casa Foa 2015
El espacio fue creado como un lugar de recepción que acoge a los visitantes de la residencia de un aficionado de arte y diseño contemporáneos.
Su imaginario dueño busca generar un impacto visual con la instalación en papel recortado de la artista rosarina Gisela Cortese, que encuentra un marco estético riguroso y elegante en la arquitectura de esta casa de principio del siglo XX.
Se eligió una paleta de colores neutros inspirados en las rocas y los minerales, que acompañan a la madera de roble de las puertas y parquet, que fue restaurada para recobrar su vitalidad. Los muros pintados de un gris ceniciento con acabado satinado, son una suave base para recibir los découpages frondosos de la obra de Cortese. El cielorraso y la moldura están matizados en un tono más calcáreo, como una cúpula iluminada por la luz de la luna.
En el centro del techo cuelga la imponente araña lumínica Oh Mei Ma, del poético diseñador alemán Ingo Maurer, cuyas velas de papel se armonizan con la textura de la obra así como sus colores y las del techo. La luz central difunde un haz redondo en el piso del atrio que marca un circulo de donde admirar la obra. Unos esporádicos artefactos cenitales, iluminan puntualmente la instalación para lograr un juego de sombras y colores con la pared, así como los objetos y arte del único mueble del ambiente.
Una biblioteca de diseño contemporáneo, pintada en un marrón volcánico con terminación semi-mate, entona con el interior del hall y alberga libros y objetos de líneas minimalistas, así como una escultura de Mariano Giraud que asoma desde la cima del mueble como un enigmático habitante que avista a los huéspedes.
Este vestíbulo que marca los gustos eruditos de sus autores, logra un clima sereno donde pasar mas tiempo para descubrir los increíbles detalles de formas y efectos de su protagónica obra.