5.10.2006
23. baños públicos
Los baños públicos surgen a partir de la idea de entrar a un gran espacio en donde se disponen una serie de cubos (toilettes) a los que se ingresa individualmente, como si fuesen elegantes baños químicos que podrían estar en cualquier parte. El contenedor de estas cajas de baños resulta ser un recinto que los refleja en una cara pero también en cierta forma las oculta ya que al entrar es necesario descubrirlos.
La ausencia de piletas a la vista, que es lo habitual al entrar a un baño público, suma una cuota de desconcierto. Aparece la búsqueda, la sorpresa y la idea de recorrido, ya que se puede dar vueltas alrededor de ellos.
El azul envolvente refiere al ‘comic’, al barrio, al agua, a un color primario, y hace que éstos se sumerjan dentro de este color intenso.
Las instalaciones son protagonistas con el fin de sentir que gracias a ellas éstos funcionan, y aparecen de manera graciosa como si los cubos pudieran desembarcar y enchufarse a las cañerías.Los volúmenes se recubren de azulejos por fuera, al revés de lo esperable pero con el fin de señalarlos y a la vez jugar con la idea de que se invierten.
El muro de espejo es un contenedor de papel higiénico como si tuviera que ser el que repone el papel que se termina. El humor juega un papel fundamental porque es la esencia de la idea. Ir al baño puede resultar además de una necesidad un juego pero a la vez un acto de intimidad que se concreta con la posibilidad de tener incorporado el lavado.
La aplicación de materiales como el azulejo más económico, el espejo, el azul, son elementos ‘literales’ que llaman a la memoria de un baño pero dentro de un ámbito que se vacía de información. La intención es descubrir cuáles son las cajas masculinas y cuáles las femeninas porque a la vista son todas iguales.
Este espacio recibió la Medalla de Oro a la Arquitectura y Diseño Interior de los Premios Casa FOA 2006.
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