3.10.2006

08. comedor + cocina

Nos encontramos en el Barrio de La Boca, en la antigua fábrica de bizcochos Canale en un espacio de aproximadamente 95m2 de gran altura. La planta, de forma rectangular y con un lateral abierto sobre la calle Martín García, tiene 3 características particulares: una ventana desfasada del eje central del ambiente, 4 columnas que interfieren el espacio, ubicadas dos centralmente y dos cercanas a los laterales, y sus respectivas vigas que atraviesan transversalmente el área.

La propuesta fue diseñar un comedor y una cocina de líneas puras, pensados para una casa de grandes dimensiones, bajo algunas premisas básicas: equilibrio, elegancia y personalidad.

La toma de partido se basó en sectorizar 2 áreas bien definidas: comedor y cocina. Las columnas existentes se ocultaron con un tabique central que contiene la gran chimenea flanqueada por dos vanos simétricos a través de los cuales se accede a la cocina. Las columnas laterales se escondieron con el movimiento de las paredes.

El diseño de la cocina se caracteriza por la elección de un amueblado vanguardista y de líneas bien definidas; es elegante, práctico y carece de elementos superfluos. La isla curva central genera un foco de atención e invita a compartir la cocina con amigos. Las alacenas de 2 m. de largo se realzan con el uso de un color más intenso en el plano de fondo creando una sensación de mayor profundidad y remarcando la horizontalidad de las mismas. El laminado metálico del tabique divisorio se utilizó como telón de las tres gigantografías con los cubiertos de herencia familiar.

El comedor tiene una atmósfera intimista y sofisticada, lograda gracias a una cuidadosa elección de los materiales, los colores, las texturas y la iluminación.

El punto central es una gran mesa de líneas racionalistas de hierro pulido al agua con tapa mármol Goflan Silver. Las sillas modelo Costes están enchapadas en madera de caoba y son diseño de P. Starck. La zona de apoyo está definida por dos consolas enchapadas madera de caoba con suspendidas sobre soportes de acero.

Otra de las premisas del estudio fue la presencia del arte. Se eligieron obras de gran calidad, originalidad y tamaño que generaran focos de atención pero que armonizaran con la ambientación. Estas obras están representadas por la escultura orgánica de Isabel de Laborde y por las pinturas de Nélida D’amato y Eduardo Hoffman.

La paleta de colores en el comedor abarca desde los violetas agrisados en las paredes a los beiges en piso y techo. En la cocina se creó una caja evolvente para permitir que se destaque el amueblado y la audaz volumetría de la isla central.

La iluminación fue cuidadosamente pensada. Para la ambientación intimista del comedor se utilizaron artefactos embutidos dobles con halospots de luz dirigida que permiten remarcar tanto sectores puntuales como las obras de arte. Dos pantallas colgantes Miss K de P. Stark otorgan calidez y buena iluminación sobre la gran mesa.

En la cocina, debido a la existencia de una gran ventana, la calidad de la luz varía entre el día y la noche. Debido a esto se decidió unificar el concepto utilizando artefactos embutidos con halospots dobles estratégicamente ubicados para resaltar distintas áreas de trabajo según la necesidad. Las únicas licencias fueron el uso de tubos fluorescentes para lograr un efecto difuso y rasante que remarcara la altura de las paredes laterales y para iluminar los estantes de vidrio suspendidos.

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