26.5.2011

INSUD, Nueva Sede Corporativa

Un cuidadoso y creativo trabajo de recuperación, renovación y ampliación del único Petit Hotel proyectado por el ingeniero Carlos María Agote que aún se conserva, llevado a cabo por el estudio Maliar-Bonardo con GHBF como estudio asociado. El punto de partida fue el edificio proyectado hacia principios del siglo XX por el Ingeniero Carlos María Agote y García (1866-1950), autor de numerosas obras, siendo ésta la única que se conserva de la serie tipológica Petit Hotel. Tras un primer período en que cumplió con su destino residencial, se convirtió en la primera sede propia de la Sociedad Central de Arquitectos (SCA).

El encargo
Mas tarde fue ocupada por otras instituciones, construyéndose en el fondo del terreno -y a expensas del antiguo jardín de la residencia- una anodina estructura de hormigón armado y mampostería de ladrillos de dos niveles, destinada a aulas. Las sucesivas intervenciones que fueron realizándose a fin de adaptar el elegante Petit Hotel a usos poco compatibles con su destino original, fue desdibujando tanto la identidad proyectual como la materialidad de la obra. A pesar de ello se entendió que era posible y necesario intentar recuperar sus características esenciales. Cuando se realizó el encargo, la obra llevaba varios años desafectada, lo cual había agudizado su proceso de obsolescencia técnica. La intervención estuvo entonces orientada a rescatar el edificio histórico y refuncionalizarlo como sede institucional, comprendiendo trabajos de liberación, restauración y nueva intervención. Esta idea nació dos años antes de que la obra se incorporara a la lista de edificios porteños protegidos que hoy integra, en un área de la ciudad que sufrió últimamente numerosas bajas entre los edificios de interés patrimonial. A partir del estudio y evaluación de las condiciones que presentaba el desarticulado conjunto, se tomaron una serie de decisiones a fin de convertirlo en una sede corporativa acorde a requerimientos contemporáneos. En primer lugar se opto por liberar el predio demoliendo el edificio existente de 1500m2, no solamente porque no hubiera permitido albergar áreas de oficinas con los requerimientos de confort y tecnología actuales, sino también porque su presencia había sobreocupado el lote al tiempo que desvalorizaba la fachada del contrafrente del edificio histórico. Se consideró necesario, además, intervenir de manera integral el Petit Hotel de 1790m2, restaurando aquellos sectores que, a pesar de su deterioro, conservaban sus atributos, esto es: la fachada urbana, la Porte Cochère, el gran hall dispuesto sobre el Piano Nobile y el Jardin d’Hiver. Así mismo hubo que refuncionalizar radicalmente el subsuelo y el segundo piso, y adecuar técnicamente todo el Petit Hotel, a fin de brindar las máximas condiciones de confort, eficiencia y seguridad. Las superficies necesarias que excedían las existentes en el Petite Hotel se alojaron en un nuevo edificio de 1600 m2 ubicado en el fondo del lote de tal manera que no superara la cuota máxima de basamento permitida y diera unidad al conjunto mediante una serie de espacios de carácter publico, como el Patio con terrazas en distintos niveles y el Foyer del Auditorio que conecta ambos edificios. Por ultimo se procuró que la nueva pieza fuera compatible con los valores patrimoniales de la preexistencia y generara condiciones ambientales singulares. En síntesis, se encaró una intervención en la que la puesta en valor comprendiera tanto la restauración de la pieza patrimonial como la generación de un ámbito con las mejores condiciones, espaciales, funcionales y de habitabilidad.

El “Petit Hotel”
Restauración, puesta en valor y renovación
Se trabajó con especial énfasis en la recuperación de la fachada urbana, la Porte Cochère, el singular vitreaux del jardín de invierno y el hall en doble altura en la planta noble del Petit Hotel. La fachada es una valiosa pieza de la arquitectura borbónica de estilo Luis XIV. Su paramento con revestimiento símil piedra se hallaba seriamente afectado por desprendimientos, fisuras e intervenciones inadecuadas, entre las cuales se destaca la eliminación de cornisas y de las ménsulas de soporte aparente del balcón. La situación estructural de este último se hallaba peligrosamente comprometida, ya que las filtraciones hidráulicas producidas desde el deteriorado solado habían acelerado el proceso de corrosión de los perfiles metálicos de soporte empotrados en el muro de fachada. Para solucionar este problema se procedió al cuidadoso retiro de la venecita que conformaba el solado, y se procedió a remover las distintas capas de mortero hasta descubrir los perfiles. Las piezas mas afectadas fueron reemplazadas y se aplicó un tratamiento anticorrosivo al conjunto de las mismas. Se recompuso el forjado, se impermeabilizó su superficie y sé recolocaron paños con las piezas de venecita originales* completando los faltantes con otro material compatible. Los paramentos y restantes elementos de la fachada también fueron restaurados de manera minuciosa. Se estudió el grado de adherencia del revestimiento y se tomaron muestras a fin de determinar mediante pruebas de laboratorio, la composición del mortero y –consecuentemente- proceder a la elaboración de material de reposición. Se procedió entonces al reemplazo de los paños de revestimiento mas afectados, a la restauración de las piezas ornamentales deterioradas y a la reposición de las faltantes. Especialmente lamentable era la desaparición de las grandes ménsulas de los balcones, eliminadas junto con tramos de cornisas, en desafortunadas intervenciones anteriores. Su reemplazo por nuevas piezas fue posible debido a un trabajo de archivo que permitió la recreación de réplicas fidedignas. Las piezas de pizarra de la mansarda no estaban en condiciones de ser recuperadas y se reemplazaron por otras también de pizarra natural y de similares características a las originales. Se recuperaron los componentes de zinguería ornamentales y se reconstruyeron las piezas más seriamente afectadas que hacen al correcto escurrimiento del agua.  El carácter de la Porte Cochère había sido desdibujado por intervenciones inadecuadas como la obstrucción de la claraboya, la aplicación de pintura sobre el revestimiento símil piedra, la sustitución del piso original por un cerámico inapropiado, y las varias modificaciones que habían sufrido los portones. Para corregir estos inconvenientes se recuperó el revestimiento de piedra paris, se restauraron los portones, se colocó un piso de pórfido patagónico acorde con el carácter del ingreso y en recuerdo de los adoquines originales, se completaron las piezas de las barandas y se sustituyó el revestimiento de mármol de la escalinata, seriamente deteriorado. Una vez recuperados y resaltados sus valores originales el ámbito se convirtió en el ingreso al conjunto y en el articulador de sus diferentes funciones. Así, la Porte Cochère fue transformada en un ámbito de conexión entre el acceso, el gran hall ubicado en el Piano Nobile, con distintos niveles de oficinas, la ampliación construida en el contrafrente y, mediante una nueva escalera, al auditorio también ubicado en el subsuelo. También aquí se restauraron las molduras originales y se realizó un delicado trabajo de recuperación del lucernario y su vitreaux coloreado. En contraste con estas piezas y con el fuerte carácter antiguo de este espacio, las nuevas funciones -como la ante cámara de vidrio y aluminio de la entrada, o los cielorrasos suspendidos que ocultan el sistema de aire acondicionado e iluminación- fueron resueltas con un lenguaje contemporáneo.

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El Piano Nobile
El protagonista del Piano Nobile es el gran hall, al cual se sube por la amplia escalinata ya citada. Este ámbito se desarrolla en doble altura y constituye el principal recinto de carácter ceremonial de la obra y su más significativo espacio interior. En este caso el piso de madera se encontraba en un estado de irreversible deterioro, faltaban molduras, los revoques originales estaban parcialmente desprendidos y destruidos, y se había clausurado la claraboya original. También aquí el proyecto combinó restauración, reposición y creación ex novo. Así, las partes mas significativas del aparato decorativo, tales como el sistema de pilastras, los cielorrasos originales con sus molduras, las barandas de las galerías superiores, las carpinterías originales y sus ornamentos fueron recuperadas, a la vez que se introdujeron materiales y piezas modernas allí donde era necesario y posible, realzando el carácter y la calidad de la obra original. Dado que, como queda dicho, la lucarna que coronaba el hall en el proyecto de Agote había sido cegada, en su lugar se proyectó una pieza contemporánea, proveyendo así de una adecuada iluminación natural del espacio; el piso de madera fue reemplazado por uno de mármol Paonasso con lo cual se acentuó el carácter institucional del edificio. Se intervinieron los muros y se eliminó parcialmente el sistema ornamental de molduras aplicada en aquellos paños que debían destinarse a albergar las obras de arte contemporáneo. El sofisticado sistema de iluminación requerido por estas últimas se ocultó como parte del aparato decorativo, y los nuevos servicios, ascensores, y plenos de instalaciones se ubicaron detrás de grandes paneles laqueados ubicados en zonas periféricas respecto del gran espacio central.

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El Jardin d’Hiver
Es una pieza singular y de valor único dentro de la cultura arquitectónica de Buenos Aires. Su muro interior cuenta con un tratamiento en relieve que simula un treillage de madera, y una amplio vitreaux lo abre al patio posterior. Dicho vitreaux está conformado por vidrios incoloros de diversas texturas, a las que hacen eco las pequeñas baldosas de vidrio sobre estructura de hierro fundido que constituyen el piso de este local. La magnífica pieza había sido afectada por roturas, filtraciones y malos tratos pero se decidió recuperarla en todo su esplendor. Para eso sus componentes fueron relevados uno por uno, desmontados en su totalidad, y transportados a un establecimiento especializado donde un avezado equipo de técnicos y artesanos los recuperaron y reemplazaron con vidrios de época los segmentos rotos o ausentes.

El nuevo edificio y el patio
Para albergar los 1600m2 que el programa de necesidades requería, se decidió excavar la superficie total del fondo y construir una nueva pieza concebida en tres niveles. Las dos terceras partes del programa fueron albergados en el subsuelo, en torno a un gran patio en el amplio espacio de separación con el Petit Hotel. Un patio menor de servicio colocado lateralmente aporta un segundo frente de iluminación y ventilación a la nueva pieza de oficinas. Además de éstas el programa solicitado incluía un auditorio para 80 personas con acceso directo de publico. Dado este último factor el espacio para este ámbito debió ser excavado por debajo del Petit Hotel, tarea que requirió el apuntalamiento del Jardin d’Hiver durante varios meses. El patio creado entre ambos bloques integra espacialmente lo existente y lo nuevo, y fue concebido como una sala abierta de esculturas, desarrollada en tres planos: el primero a nivel de la Port Cochère desde donde se accede al nuevo edificio; el segundo, inferior, que sirve como expansión del foyer del auditorio; y el tercero, sobre la cubierta de éste último que actúa como terraza intermedia a la salida del Jardin d’Hiver. El foyer, al que se accede desde la mencionada escalera en la Port Cochère, funciona asimismo como acceso alternativo cubierto al nuevo bloque. Una escalera de tres tramos conecta, a modo de promenade, los distintos niveles del patio a la vez que proporciona una lectura visual integral de la totalidad de la intervención. Con la fachada vidriada del nuevo edificio, abstracta y austera, se buscó resaltar por contraste la cualidad espacial y textural de la obra del ingeniero Agote. Las nuevas cubiertas se proyectaron como terrazas-jardín, dotando al conjunto de un ambiente cambiante según las estaciones y las condiciones del clima. De este modo, la rica volumetría excavada del patio con sus obras de arte, los jardines, y la discreta presencia de la nueva construcción aportan serenidad y armonía al desordenado corazón de esta manzana de la ciudad.

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Desafío técnico
Ambos edificios han sido equipados con la ultima tecnología en sistemas de seguridad, climatización, iluminación, detección de incendio y alarma, red de voz y datos, sonido y acústica. Estos sistemas fueron incorporados de manera natural en el edificio nuevo durante la etapa de proyecto. Compatibilizar dichos sistemas con las molduras de los cielorrasos originales, los pisos de roble de eslabonia, la boisserie, las carpinterías de madera, y demás cualidades del Petit Hotel fue uno de los mas complicados desafíos de este trabajo. Para eso se realizaron los mayores esfuerzos de manera que la más profunda renovación tecnológica del conjunto pudiera incorporarse de modo silencioso: un centro domótico comanda todas las operaciones de seguridad, iluminación, climatización y comunicaciones de manera inteligente. Los trabajos estuvieron destinados a “reciclar” el edificio, desarrollando modos de intervención particular destinados a habilitarlo en las condiciones materiales y ambientales que se fijaron como meta, requiriendo para ello trabajos técnicos orientados a generar condiciones laborales favorables, funcionamiento eficiente y una imagen arquitectónica de franco diálogo entre lo antiguo y lo contemporáneo, legando a futuras generaciones un bien de interés monumental, histórico y ambiental.

Paisaje
El proyecto propone recuperar un verde urbano perdido para el entorno, reconstruyendo el pulmón de manzana. La terraza jardín principal, ubicada sobre el nuevo edificio tiene una gran presencia visual desde los distintos niveles del Petit Hotel. Resuelta utilizando la tecnología propia de las cubiertas verdes, se seleccionaron únicamente tres especies (Salvia leucantha, Stipa tenuissima y Bulbine caulescens) elegidas en función de sus muy diferentes características ornamentales, cambiantes durante las distintas estaciones del año. Agrupadas en grandes masas, componen la escena que muestra un paisaje de largas líneas o amplias superficies de acuerdo a la altura desde la cual se las observe. Los distintos patios internos acompañan el conjunto utilizando vegetación muy presente en la memoria de los edificios de la época: Philodendron bipinnatifidum, Trachelospermum jasminoides, Dietes vegeta y Strelitzia reginae.

Publicado en la Revista Hábitat N° 64 – Abril 2011
Más información >
www.revistahabitat.com

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