25.2.2008
Filarmónica Szczecin
Szczecin es una de las ciudades más grandes e interesantes de Polonia, con un paisaje urbano de escala humana, tallado a través del río y de las aguas del lago. En el emplazamiento del proyecto, antes de la segunda guerra mundial, se situaba el "Konzerthaus", el auditorio, destruido posteriormente por operaciones militares. Llevamos, tras esa pérdida, otra vez esta función al lugar, subrayando la esquina y acentuando el corazón cultural de la ciudad. Todo esto mediante un edificio fuerte, con una carga emocional masiva que será como una nueva catedral para la ciudad.
Nuestro edificio nació del espacio que lo rodeaba, de las azoteas escarpadas y las divisiones verticales distintas de los edificios residenciales de la vecindad, de los monumentales y verticales adornos neogóticos de las iglesias y de los edificios pesados del clasicismo, de las torres pintorescas y las torrecillas en toda la ciudad. Las mismas referencias que encontramos en la arquitectura industrial de Szczecin, en el puerto y el astillero, en los brazos de grúas y mástiles.
De este modo, tratamos el edificio como el instrumento musical en sí mismo. El punto de partida es el órgano. Como nuestro edificio, un órgano consiste de muchos elementos de una escala pequeña que en su conjunto forman una totalidad impresionante, cooperando perfectamente con el lugar en cual están insertados. Buscábamos el equilibrio entre la masa y la verticalidad.
Dirigido por el pensamiento expresionista de la arquitectura, utilizamos la referencia directa a este movimiento del arte que, como nosotros, rompía la geometría, buscaba un nuevo ritmo y transmitía emociones, al igual que la música.
Para el material principal del edificio hemos elegido el vidrio, el cual nos dejará expresar nuestra idea y crear una nueva calidad. Para demostrar el contraste del edificio con su entorno creamos un objeto brillante, transparente y vertical. El edificio se comporta así como un mineral precioso, un cristal, que cambia con las estaciones del año y con el tiempo. De día está el objeto ligero y brillante con el gris del cielo como fondo. De noche se convierte en una catedral brillante y espectacular, en la luz de Szczecin.
La forma del edificio se toma de la ciudad pero al mismo tiempo está en la oposición fuerte a la situación actual de la ciudad. Es el símbolo de lo qué Szczecin se va a convertir, de la ciudad que sucede justo en este momento.