En medio de los campos: 36 apartamentos residenciales en una pequeña ciudad rural

La tarea solicitó la extensión sustancial (120 nuevas unidades residenciales) de un centro de viviendas para personas mayores existente de la década de 1970. El concepto propuesto fue un plan maestro con cuatro villas urbanas alargadas en un parque abierto y sin automóviles. Esta idea juega, por un lado, con el contexto rural y de pequeña escala del entorno, al tiempo que enfatiza el carácter horizontal del paisaje flamenco con sus edificios de dos o tres pisos. Por otro lado, el plan maestro permite una implementación paso a paso con un grado razonable de libertad arquitectónica para cada edificio. Cada villa urbana intenta con su diseño satisfacer las necesidades específicas de su grupo objetivo e implementa las posibilidades del presupuesto disponible y las pautas de financiación del diseño. El plan maestro resultante refleja y revela con su «panorama de atención a las personas mayores» diferenciado la complejidad social de la atención a las personas mayores en el siglo XXI.

Una casa con atrio y jardines de invierno

El primer proyecto de construcción realizado es un complejo residencial de 36 espacios de asistencia, todos accesibles con sillas de ruedas. Todos los apartamentos están diseñados como apartamentos de dos habitaciones de 62 m2 con cocinas abiertas y una dimensión axial de 7,20 m. Los apartamentos más grandes de tres habitaciones están situados en las esquinas del edificio. Todos los pisos tienen jardines de invierno de 7 m de ancho, lo que permite a los habitantes usar su balcón durante todo el año. El edificio en sí es muy compacto y se puede acceder a todos los niveles a través de dos escaleras y un ascensor. Todos los apartamentos están conectados por galerías en el atrio, que proporcionan generosa luz natural a todo el edificio. La luminosidad del espacio potencia la interacción social entre los residentes. Una cocina abierta transformará el atrio en el centro de la «villa de cuidados», y se convertirá en el emblema de la comunidad de residentes. La tipología de edificación obtenida es notablemente compacta, con más de 28 m de profundidad en el lado corto. Estas son las condiciones ideales para una construcción rentable, proporcionando la más alta calidad a los residentes con un uso económico de los medios.

Duro y blando

Los elementos prefabricados de hormigón de alta calidad caracterizan la apariencia de la nueva vivienda. Los grandes componentes de la fachada de color antracita están hechos de hormigón blanco mezclado con agregado de pigmento negro, pulido e hidrofobizado. La fachada de los jardines de invierno consta de elementos de vidrio deslizantes de 1,80 m de ancho y una altura de un piso con marcos delgados de aluminio anodizado gris oscuro. La fachada del interior del jardín de invierno tiene un acabado de yeso gris y ventanas de aluminio anodizado gris oscuro. En el piñón del edificio se colocan grandes ventanas correderas. Como resultado, la fachada es robusta y de bajo mantenimiento y combina perfectamente con el clima marítimo húmedo de Flandes. El color oscuro del conjunto es una sutil referencia al contexto y hace que el verde fresco del entorno se destaque aún más fuerte. La fachada forma un telón de fondo neutro, revelando las actividades de los residentes en sus balcones y participando así en toda la experiencia arquitectónica. Un fuerte contraste con el exterior caracteriza el interior del edificio. El atrio es luminoso, inundado de luz solar. Todos los suelos están revestidos con baldosas de color arena y las barandillas están hechas de vidrio macizo. En el segundo piso, un cortafuegos de vidrio rodea el atrio y hace que el interior parezca lo más aireado y abierto posible. Las puertas de entrada de los apartamentos fueron diseñadas especialmente en roble macizo para este proyecto. El resultado es un ambiente hogareño.

Prototipo ideal

El proyecto se realizó con el presupuesto estándar para residencias de ancianos en Flandes. La tipología compacta y de producción industrial tiene una superficie de fachada y un desarrollo mínimos. Además de eso, los servicios del edificio se diseñaron con el fin de omitir tanto como fuera posible los techos suspendidos y los largos tramos de tubería. De esta forma, los arquitectos pudieron sumar al edificio cualidades, tales como los extensos jardines de invierno y el atrio comunitario, permitiendo una materialización de altísima calidad. Desde el punto de vista de Atelier Kempe Thill, estas cualidades coinciden con las necesidades de los residentes, lo que hace de este hogar el prototipo perfecto para la asignación de este edificio.