23.1.2014
Edificio Migueletes, en Buenos Aires
La característica principal del lote es que posee una orientación con excelentes vistas a los parques y campo de golf y otra más bien urbana hacia la calle. La premisa fue enfatizar esa dualidad, proyectando una fachada en donde se destacan las aberturas grandes y amplias terrazas con parrilla, y por el otro una fachada en donde el material predominante fuese el hormigón visto, que a su vez contrasta con el color verde del Palo borracho, de gran presencia en el frente del edificio.
En un terreno irregular que promedia 9.80m x 17.70m, ubicado en barrio de Belgrano, en cercanías de la Av. Libertador y de los bosques de Palermo, proyectamos un edificio de PB y 8 pisos.
La fachada de la calle se proyectó con un tabique de hormigón visto, que mediante una serie de movimientos y quiebres se va desmaterializando hacia los pisos superiores del edificio. En el remate escapa un único balcón, a una altura en la que las vistas ya pueden superar las barreras de edificios y árboles. El acceso se enfatizó con una abertura creando una sensación de doble altura. La fachada posterior se escalona y se quiebra siguiendo una tangente que ordena el código de planeamiento. Esta situación se aprovechó desmembrándola en piezas diversas que se unen para generar un volumen permeable hacia las mejores vistas de los bosques de Palermo.
En PB se ubican usos comunes, la recepción y un estacionamiento. Se decidió otorgarle a la escalera un protagonismo mayor que el habitual para proyectos de este tipo, por lo que se la integró al hall, materializándola mediante un plegado de hormigón visto, barandas de vidrio y pasamanos de acero inoxidable. El descanso del primer tramo se proyectó en voladizo para enfatizar la idea y convertirla en una pieza casi escultórica. En el fondo, se proyectó un patio de luz cenital para crear un ambiente más íntimo. En las paredes medianeras que rodean al patio se diseñó una cascada de seis metros de altura que desemboca en un espejo agua. La pared principal del hall en PB se revistió con vidrios pintados color naranja en dos tonos distintos, en bandas verticales de diferentes anchos, creando un espacio contemporáneo con mucho carácter.
El proyecto del edifico contemplaba, en un principio, disponer departamentos de 4 ambientes, uno en cada piso. Con esta configuración se comenzó y se avanzó con la obra. Promediando los trabajos de albañilería y en las últimas etapas de instalaciones, el comitente decidió cambiar el producto: deberían ser 2 departamentos de 2 ambientes por piso. El desafío estuvo en transformar el proyecto original en el nuevo encargo, una tarea difícil pero que resultó exitosa.
Además, se nos pidió el diseño integral de cada una de las unidades, desde los solados hasta las cortinas, desde los baños hasta la elección de empapelados y el diseño de todos los muebles. La propuesta fue crear cada departamento con un concepto particular, cada uno iba a tener un estilo diferente: tecno, minimalista, pop. Tanto los muebles como la elección de materiales y colores fueron elegidos para reforzar esta idea.