28.11.2023

Edificio 11 de septiembre

“¿No has observado al pasear esta ciudad que de entre los edificios que la pueblan algunos son mudos, que otros hablan, y que otros, en fin, los más raros, cantan?” 

“Eupalinos o el arquitecto” de Paul Valéry.

Nuestra intención es lograr concebir edificios que canten, que no les sean indiferentes al habitante de la ciudad, que puedan dejar una huella positiva en el paisaje urbano. Todo esto sin construir edificios que griten, estridentes, que hoy es también bastante frecuente ver.

Se trata de un complejo de 12 viviendas en una manzana triangular atípica del barrio de Núñez. Se compone de dos terrenos frentistas a dos calles perpendiculares (11 de Septiembre y Paroissien) articulados por el corazón de manzana. Las unidades son verdaderas casas singulares en altura diseñadas particularmente para cada familia destinataria. La planta baja aloja el hall de entrada y las cocheras, mientras que las cubiertas superiores son apropiadas por las unidades del último nivel.

VOLUMETRÍA 

El sólido construido es un volumen continuo que genera un frente a la calle 11 de septiembre, envuelve el patio interior y luego penetra en el corazón de la manzana recostado sobre la medianera larga, donde culmina escalonadamente hacia el fondo de la parcela. En el lote menor sobre la calle Paroissien, el volumen construido completa el tejido de la manzana y del pulmón interior.

El  patio interior aloja el núcleo vertical y los accesos a las unidades materializado por pasarelas abiertas. Permite también la ventilación cruzada de los ambientes interiores.

REINVENCION DEL PAISAJE DEL PULMON DE LA MANZANA

Hacia el pulmón interior la arquitectura se aterraza en catarata con la generación de un espacio colectivo de calidad ambiental, con predominio del verde. En la planta del primer piso se alojan las aéreas comunes con un salón de reuniones, la piscina y el solárium. Este lugar de encuentro se convierte en el centro social del todo conjunto.

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VOCACION ESCULTÓRICA

Los cuerpos construidos están conformados por losas de siluetas cambiantes que generan vacíos, puentes y dobles alturas que dinamizan el espacio. Un sistema de canteros también de hormigón dispuestos en forma diversa emerge del edificio en distintas direcciones, generando una piel erizada. La vegetación es incorporada como un material más al colonizar las expansiones y las terrazas ajardinadas; con su organicidad, su colorido, su perfume y el movimiento provocado por las brisas genera un fuerte componente de incerteza que gravita en la arquitectura. Esta pérdida de control equilibra la impronta de la razón. El empleo de vegetación nativa atrae pájaros y mariposas transformando al edificio en un oasis urbano.  El cuerpo frentista a la calle 11 de septiembre está horadado en el área central donde se encuentra el hall de acceso de doble altura como una pieza exenta, y que permite la permeabilidad al interior del conjunto.

MATERIALIDAD

La estructura del edificio es de hormigón armado, mientras que las envolventes son tabiques de hormigón visto en los patios y revestimiento de cemento negro en las fachadas. El hormigón y el cemento negro dialogan con la exuberante vegetación que se introduce en el conjunto tanto en los grandes canteros como en las terrazas verdes. En el basamento del edificio se incorpora madera como material amable que acompaña a los transeúntes en su caminar por la vereda.

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