Casa en Santa Mónica

Se trata de una casa de uso temporario —con la posibilidad de constituirse en vivienda permanente— destinada a una familia compuesta por un matrimonio y dos hijos.

A través de un trabajo topográfico, una porción de la ladera se desplaza y se estira en contrapendiente hacia el cauce, generando un plano ascendente en cuyo borde las vistas panorámicas alcanzan su máximo protagonismo. Una leve rotación de la planta rectangular permite tomar el norte de lleno y la vista hacia el meandro del río donde su sinuosidad es muy pronunciada y una formación rocosa lo puntualiza.

El conjunto está compuesto por el juego de dos volúmenes: uno mayor, predominante y el otro, pequeño, con énfasis vertical, se implanta recostado sobre la ladera contra el límite sur, soterrado en su extremo este y sobre elevado hacia el oeste, perpendicular al río, casi encima de él.

A modo de terraza mirador, la cubierta verde sobre el techo inclinado de la casa naturaliza el artificio, conforma un estar privilegiado a cielo abierto y hace presente los cuatro elementos de la naturaleza, culturalizándolos.

Por su materialidad, la casa no requiere de mayor mantenimiento. El acondicionamiento climático -en función de las orientaciones-,  la cubierta de techo y ventilaciones cruzadas, son naturales y pasivas.