12.4.2022
Casa SAB
La casa se desarrolla longitudinalmente en planta baja, partiendo de una cuadrícula donde se colocan las funciones públicas de un lado y las privadas del otro, siendo los cuadrantes centrales, el hall de distribución, y los patios internos.
Estos permiten una integración con la naturaleza en el interior y ventilación cruzada de forma constante, como así también cumplir con la premisa de diseño de que todos los espacios queden orientados hacia el norte.
Claramente la cuadrícula en su alzado es un resultado directo de la lógica estructural de la casa, que comienza con las placas de hormigón in situ dispuestas de este a oeste y los muros revestidos de piedra de norte a sur; continúa con las vigas dispuestas de manera perpendicular a las placas, con sus respectivas losas y cielorrasos de madera, y finaliza con el tanque de piedra como remate icónico de la casa.
El lenguaje exterior se termina de unificar con la colocación de parasoles móviles de hierro que permiten ofrecer privacidad entre espacios y protegerlos, principalmente cuando se trata de la luz directa del oeste.
Si bien se podría decir que la casa se abre y dirige sus visuales introspectivamente, hacia el patio principal y por lo tanto hacia las canchas de golf del barrio, se generan rajas horizontales de luz y ventilación entre el final de las placas de hormigón y el comienzo de las losas, en sus fachadas exteriores, norte y sur.
Se caracteriza por una sinceridad tanto estructural y material como funcional, donde los recorridos están claros gracias a la distribución en planta de los espacios y a la vinculación visual entre ellos desde los interiores.
El recorrido desde el hall de ingreso hacia cualquiera de las habitaciones se caracteriza por un dinamismo de movimientos y por una sensación de confort, resultante de la combinación de los materiales nobles usados, como la piedra, el hormigón y los cielorrasos de madera, con el diseño del interiorismo, donde los textiles y colores de una misma gama buscan lograr calidez para sus visitantes.