25.1.2017

Casa Holmberg

La casa Holmberg es una vivienda unifamiliar, pensada para una familia de cuatro integrantes, un matrimonio joven con dos hijos pequeños, compuesta por tres niveles realizados en estructura metálica y con una piel integral perimetral por la que circula agua fría y caliente, según las estaciones del año, y que permite acondicionarla térmicamente transformándola en una especie de gran radiador.

Contexto
Se ubica en el corredor verde Donado Holmberg, en los límites del barrio de Belgrano, frente a una nueva propuesta urbanística llevada adelante por la ciudad de Buenos Aires, compuesta por viviendas colectivas de 4 pisos y parques lineales, que ocupan la traza de la autopista nunca construida AU3. Esta ubicación tan particular y el tamaño del lote fueron definitorios para que la casa fuese a buscar cierta altura hasta emparentarse con los edificios vecinos.

Sobre un terreno entre medianeras de diez metros de frente por diecisiete de fondo, y con un retiro obligatorio de tres metros de la línea municipal, esta casa, que se plantea como un prisma de estructura metálica y de construcción en seco, asoma de la planta baja entre patios, específicamente entre tres jardines. Uno hacia la calle y el oeste que funciona como acceso, uno lateral y hacia el borde medianero noroeste, que sirve como estanque o patio húmedo para controlar el clima, y por último un jardín de fondo que unifica su espacio verde con el pulmón de manzana y hacia donde se vuelcan finalmente el estar de la casa con un gran ventanal, la cocina y el comedor diario.

De planta flexible y sin divisiones, todos los ambientes de la planta baja miran hacia varios de estos patios y se conectan todo el tiempo entre sí visualmente logrando utilizar el terreno de punta a punta y explotar al máximo sus acotadas dimensiones.

Materia
En cuanto a la tecnología, además de su estructura metálica y de las losas “steel deck” (encofrado metálico perdido), toda la casa está pensada como un gran sistema de circulación de agua que puede, mediante unos tubos o caños perimetrales al prisma de las plantas altas, intercambiar agua fría por caliente, según sea invierno o verano, entre dos estanques, uno en sombra en la planta baja y al que se supone frío, y otro cálido, en planta alta, que cubre o da cierre a la casa en su quinta fachada por sobre el dormitorio principal.

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Este último estanque estará conectado además a un equipo de calefacción por Termopaneles que logrará en invierno generar un “colchón cálido” rodeando la casa para limitar así la perdida de calor y ahorrar energía.

Sistema
Todo este sistema, pensado como piel exterior, será el que provea la imagen final de la casa, es así que todas las cañerías que transportan el agua y rodean al edificio, distanciadas prudentemente unas de otras, estarán funcionando además como parasoles y como soporte para una gran variedad de plantas, transformándose la fachada en una especie de jardín vertical.

Vínculos
Todas estas acciones proponen un vínculo hasta ahora inexistente en la ciudad, con una naturaleza que subyace y puede ser hallada a pesar de la ciudad. Tanto la piel exterior de la casa, como su relación visual con el pulmón de la manzana, intentan rodear de naturaleza al habitante como si fuese un elemento más o eslabón en un entramado natural de manera tanto física y concreta como sensorial.

Suponemos que la producción de calor en invierno generada por la fachada y su condición húmeda y fría en el verano, asociadas a las distintas variedades de plantas que puedan crecer amparadas por estas condiciones, serán el abrigo ideal para que la flora y fauna que aún habita en la ciudad se concentre y prospere. Así, todo este sistema, pensado como piel exterior, no sólo permite controlar la perdida de calor y finalmente ahorrar energía sino que será el que provea la imagen final de la casa, sin ninguno de los preconceptos dominantes acerca de la belleza relacionados directamente con nuestra disciplina.

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Investigación
El mundo contemporáneo nos plantea la reconceptualización de algunos temas en relación con la arquitectura y todo lo que involucra. Hoy no podemos referirnos a una casa desde una mirada unidireccional, sólo como el contenedor que da cobijo y confort al hombre, así como no podemos pensar en un sitio, separando a la arquitectura de su entorno. Cuando queremos hablar de ésto nos referimos a un paisaje, una conjunción equilibrada o no, entre natural y artificial con un resultado que sólo puede ser el fruto de esa particular conjunción. (Aunque esta idea se base todavía en cuestiones superficiales, domina el campo de la teoría arquitectónica).

Entendemos entonces, que para lograr esta nueva mirada en relación con la arquitectura, debiéramos superar su propia noción; programa, forma, expresión, etc. y todo lo que eso socialmente implica y hablar de un conglomerado de mecanismos, entre naturales y artificiales, de interacción con los múltiples factores que posibilitan la vida en la tierra.

Por eso tal vez al referirnos a una casa, a un sistema de habitación, podamos hablar de un hábitat, una porción de paisaje que construye plataformas de colaboración entre el habitante y la habitabilidad , entendiendo al habitante como a los miles de millones de organismos que pueblan la biosfera terrestre y a la habitabilidad como una idea superadora del solo hecho arquitectónico y que involucra a la naturaleza y todos sus procesos en función a la supervivencia de este “Habitante”, con mayúsculas.

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