8.4.2014
Casa Carrara, en Pilar, Buenos Aires
Implantada en un lote irregular, la casa se posa hacia el fondo del lote y paralela a una de las calles, para abrirse a la mejor orientación y capturar las mejores visuales.
La idea de recorrido nos propone ir descubriendo el acceso a medida que acompañamos al muro de piedra exterior. La piedra cálida y rústica delimita y separa las zonas de acceso del área de estar, es interior y exterior, proponiendo un contrapunto con el blanco impoluto que reina en la casa. Un acceso ciego y sugerente que le da una fuerte impronta a la casa.
El blanco del mármol de carrara domina la arquitectura interior, con paredes y cielorrasos blancos, la casa parece surgir de entre el agua. Los toques de color se dejan para pequeños detalles y objetos de decoración, dominando el color blanco y el turquesa del agua. El agua que rodea la casa se adentra en forma de espejo de agua, cuya novedad resulta en la cascada interior que brota de la planta alta y al caer pinta con sus reflejos un paño de vidrio. Este espejo de agua se reproduce en el exterior desdibujando los límites entre uno y otro.
Finalmente, la cascada vidriada que brota desde el hall distribuidor de la planta alta y desagua musical en el corazón de la planta baja, le dan al proyecto un definitivo sello Remy. Audaz, creativo, tal vez provocador pero siempre único.