15.5.2017
B30: un histórico edificio transformado en La Haya
El diseño de KAAN Architecten, con su clara disposición y arquitectura, transforma un edificio jerárquico y cerrado –cuya atmósfera reflejaba la percepción de la gente sobre el Estado a principios de la década de 1900– en un espacio abierto, transparente y acogedor.
B30 (Bezuidenhoutseweg 30) ha sido diseñado por KAAN Architecten como proyecto participante en el concurso internacional (Public Private Partnership – PPP) propuesto por el Central Government Real Estate Agency que ganó en 2014 el consorcio liderado por Facilicom en colaboración con Braaksma & Roos Architectenbureau, Deerns, Pieters Bouwtechniek, RebelGroup y KAAN Architecten. El edificio acoge bajo un mismo techo cinco usuarios únicos: las oficinas independientes de planificación (CPB, SCP, PBL), la Council for the Environment and Infrastructure (Rli) y la Dutch Data Protection Authority (DPA).
Construido originalmente en 1917 como ministerio, por el entonces arquitecto principal del gobierno Daniel E.C. Knuttel durante un periodo de austeridad, y restaurado en 1994 por el catedrático Hans Ruijssenaars, el B30 es una imponente estructura con un marcado carácter arquitectónico y está clasificado como monumento nacional en los Países Bajos. B30 está situado en el centro de la ciudad de La Haya, junto a la zona verde de Haagse Bos, en la calle Bezuidenhoutseweg, una arteria histórica que conecta el Palacio Real Huis ten Bosch y el Parlamento Holandés, el Binnenhof.
El diseño de KAAN Architecten, con su clara disposición y arquitectura, transforma un edificio jerárquico y cerrado – cuya atmósfera reflejaba la percepción de la gente sobre el Estado a principios de la década de 1900 – en un espacio abierto, transparente y acogedor que se corresponde con la idea de un centro de conocimiento gubernamental contemporáneo.
Gracias a un exhaustivo análisis, mediante el cual se han identificado las cualidades esenciales del diseño original que lo convierten en marco de inspiración, el edificio histórico no se percibe como una pieza inerte de museo, sino como una parte vital y sostenible del diseño global.
Ubicado en un entorno urbano, un extenso paisaje y un escenario histórico, B30 presenta una planta baja pública accesible y transparente, que incluye un restaurante, una cafetería, una biblioteca y unas salas de conferencias. Todos los pasillos están conectados entre sí, creando así líneas de visión largas en todo el edificio, interactuando con la ciudad, los bosques y los jardines, y simplificando la orientación y la búsqueda de rutas.
En el centro del edificio, el gran Patio interior se ha convertido en el apacible corazón del B30. Para ello, se encargó al artista holandés Rob Birza que diseñara un nuevo suelo de mosaico, un patrón que simula un jardín y da vida a un paisaje interno conectado visualmente con el bosque de la ciudad y los nuevos jardines laterales.
Se ha ampliado el antiguo diseño de Knuttel a ambos lados: el Vestíbulo de congresos presenta salas de reuniones, salas de conferencias y un auditorio bajo el nivel del suelo que discurren junto a un espacio acristalado, mientras que el Vestíbulo de trabajo está caracterizado por zonas de estar y trabajo, una cafetería y una biblioteca. Los elementos separadores de los vestíbulos son unas grandes puertas giratorias de vidrio con marcos de aluminio brillante que se abren a los jardines. Tanto el patio interior como los nuevos vestíbulos están cubiertos por una serie de pozos de luz inspirados en el artesonado original y toman como principio de diseño una base cuadrada rematada en un cristal triangular. Estos elementos han sido colocados de tal manera que permiten una dispersión óptima de la luz del sol, pero evitando el sobrecalentamiento por la radiación solar.
La monumental escalinata da acceso al magnífico Salón Ministerial original, ubicado en la primera planta. El patio interior conecta visualmente con los cuatro niveles superiores que acogen espacios de trabajo de las diversas instituciones. Un nuevo nivel de oficinas está situado sobre la “nave” del edificio y se extiende hasta el techo, cuya altura se ha reducido de 30 a 20 metros para mejorar la escala y proporciones del patio interior.
Las fachadas de las nuevas extensiones consisten en estructuras de hormigón pulido por chorro de arena, rellenas de piedra y un agente colorante para corresponder con los tonos del edificio original. Además, el cambio en las relaciones jerárquicas y la importancia de la planta baja se expresan en la fachada a través del aumento de tamaño de las ventanas: las aberturas se han rebajado al zócalo de piedra del edificio, lo que ha permitido desplazar el alféizar de las ventanas hacia abajo y alargar las jambas.
B30 ahora da cabida a las ideas contemporáneas sobre transparencia gubernamental, vistas a través del diseño original. Una expresión espacial de una visión compartida que inspirará la curiosidad e invitará a la investigación y el debate.