29.11.2010

1er. Foro Internacional de Eficiencia Energética en la Construcción, conclusiones

La reglamentación de la Ley 13.059 de Acondicionamiento Térmico en la Construcción en la Provincia de Buenos Aires, a través del Decreto 1030 que obliga a proyectar y construir de manera eficiente, es una decisión que pone a la provincia a la vanguardia en el uso racional de la energía.

“Esta decisión pone a la provincia de Buenos Aires a la vanguardia en el uso racional de la energía”. Así lo sostuvo el doctor Néstor Silva Gómez, director de la Asociación Nacional de Industrias de Materiales Aislantes (Andima), ante los más de 250 asistentes al 1er. Foro Internacional de Eficiencia Energética en la Construcción, realizado el 17 de noviembre pasado en el Sheraton Pilar Hotel & Convention Center. “Al reglamentar la Ley 13.059 de Acondicionamiento Térmico en la Construcción en la provincia de Buenos Aires, la importancia del Decreto 1030 es que obliga a proyectar y construir de manera eficiente”, añadió.

No es para menos ya que, de acuerdo con una investigación del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), si las construcciones bonaerenses estuvieran correctamente aisladas en sus techos, paredes, pisos y aberturas, la demanda de energía correspondiente se reduciría en alrededor de un 43 por ciento. Un número similar se alcanzaría, sólo que del consumo energético nacional, si este cambio de paradigma constructivo se adoptara en todo el país. Al respecto, según un par de disertantes dejaron trascender, habría intenciones en las provincias de Córdoba, Mendoza, Chaco, Corrientes y Misiones de incursionar en sus propias leyes. Cabe señalar que el sector de la construcción consume alrededor de un tercio de la energía generada en nuestro país. Por lo tanto, la disminución de esa demanda permitiría, además de la ventaja medioambiental de evitar el despilfarro de energía proveniente en su mayor parte de fuentes no renovables, aprovecharla con fines productivos. En tanto, para los usuarios significaría menguar las erogaciones en materia energética.

En el foro en cuestión también hizo uso de la palabra la arquitecta Inés Dolmann, directora del Centro INTI-Construcciones, quien ratificó “el compromiso de nuestra entidad con el cumplimiento de la ley y no sólo como laboratorio de referencia, ya que el uso eficiente de la energía forma parte de las iniciativas de nuestro plan estratégico”. La jornada contó, además, con la participación especial de un reconocido experto extranjero, el ingeniero Alberto Coloma Campal, gerente de la Fundación La Casa que Ahorra, quien se refirió a las acciones desarrolladas en Europa basadas en las directivas de la UE sobre eficiencia energética en edificios. En ese sentido, sostuvo que dichos emprendimientos se basan en “una tríada energética, conformada por la reducción de la demanda de energía, el uso de energías renovables y la mejora de la eficiencia de los equipos” que consumen ese fluido. “Antes que la energía renovable, necesitamos que la construcción sea eficiente”, amonestó. Y explicó lo que a su criterio significa ese concepto: “Implica la orientación estratégica favorable de las construcciones, en el hemisferio sur hacia el norte; un diseño eficiente y lo más compacto posible, que en la Argentina se puso de moda; el aislamiento óptimo con cerramientos bien construidos; una ventilación adecuada que evite la entrada indeseada de aire, y el uso de materiales sostenibles”. Con relación a la normativa bonaerense indicó que “la reglamentación actúa como motor de cambio”. Destacó también que “lo que no se aísla hoy se tendrá que renovar mañana”. Y completó: “La reducción de la transmitancia de la envolvente no depende de la inversión, sino de tener en cuenta el concepto durante el diseño”.

Un punto de inflexión
En una mesa redonda sobre los alcances de la nueva normativa, el abogado Daniel Butlow indicó que “esta ley va a cambiar sus vidas (refiriéndose al público presente), porque se aplica a todas las construcciones. Eso significará que un proyecto no conforme no está completo y, por lo tanto, no hay que pagarlo. O bien que las aseguradoras tendrán la excusa para no pagar los daños de un siniestro si no se cumple con la ley. Pero eso no es lo único: el proyecto también se aplica a los materiales de construcción, que deberán adecuarse”. Luego, el ingeniero Raúl Della Porta, gerente de Construcciones del Instituto Argentino de Normalización (IRAM) subrayó la relevancia del artículo 3º del decreto 1030, que “sanciona con carácter de obligatoria la aplicación de las normas futuras de acondicionamiento térmico”, junto con las 13 ya redactadas y que funcionan como pilares de la ley. A continuación fue el turno de la arquitecta Andrea Lanzetti, representante del Instituto de la Vivienda de la provincia de Buenos Aires, que es autoridad de aplicación de la ley en el caso de las obras públicas, al tiempo que lo son las municipalidades para las privadas. Lanzetti enfatizó en que “lo que se busca no sólo es el ahorro de la energía sino una mejor calidad de vida para las personas, al garantizar las condiciones de habitabilidad de las viviendas”. Al respecto, añadió que “el desafío es armar pautas de trabajo que vuelvan aplicables los conceptos de orientación y aislación”.

Si bien la jornada contó con otros disertantes, las palabras del ingeniero Alberto Englebert, asesor técnico de Andima, tal vez hayan resultado el cierre más adecuado para el 1er. Foro Internacional de Eficiencia Energética en la Construcción: “La forma más eficiente de ahorrar energía es aislar térmicamente las construcciones, ya que las residenciales consumen el 24 por ciento del total de la demanda de nuestro país y las públicas y comerciales, un 8 por ciento. Por lo tanto, cualquier acción tiene un impacto muy importante”. “Los esfuerzos en este sentido son muy eficaces, a raíz de que el 60 por ciento del consumo de energía de las construcciones se gasta en acondicionamiento térmico. Y el aislamiento puede permitir un ahorro del 85 por ciento sobre ese total, es decir que es enorme”, continuó. Y al respecto destacó el potencial de esta condición: “La ley de la provincia de Buenos Aires exige de 7 a 8 centímetros de aislante liviano en los techos y 2 centímetros en las paredes. Pero en los Estados Unidos, esa misma exigencia es de 9 a 20 centímetros en el primer caso y de 20 a 40 en el segundo, de modo que apenas estamos dando un primer paso que nos coloca en la senda internacional. Pero cuando veamos las ventajas concretas, no dudo de que se elevarán las exigencias”.

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