23.6.2010

Entrevista a Fredy Massad y Stepien & Barno, sobre el Congreso «Más por Menos»

Hace dos semanas exáctamente comenzaron las tres jornadas del primer Congreso Internacional de Arquitectura y Sociedad presentado por Fundación Arquitectura y Sociedad en el Palacio de Congresos y Auditorio de Pamplona, en el que participaron arquitectos de la talla de Glen Murcutt, Renzo Piano, Jacques Herzog y Alejandro Aravena - cuatro miembros Pritzker acompañados de otros arquitectos reconocidos (y otros menos conocidos) que tenían como objetivo dialogar sobre la "Arquitectura: Más por menos."

Bajo este lema, que ya de por sí dió mucho que hablar, el congreso no dejó de suscitar tanto elogios como críticas en los círculos locales de arquitectos aquí en España. Tomamos nota de ello, y al ver como las duras críticas se contraponían a reacciones muy positivas, creíamos necesario e importante entender un poco más cada lado. Para ello entrevistamos con las mismas preguntas a dos arquitectos que mucho tuvieron que decir al respecto: Fredy Massad de ¿btbW/Architecture y la pareja Lorenzo Barnó y Agnieszka Stepien de stepienybarno.

1. El lema del congreso ha instigado muchos comentarios, incluso Herzog lo califico como «un poco estúpido». ¿Que significado pretendía tener el lema, y crees que se vió reflejado en el contenido del congreso?

Fredy Massad: El lema ‘Más por menos’ se antoja un tanto ambiguo. Patxi Mangado lo definía como ‘lograr más calidad, a menor coste’. Seguramente es un lema y una actitud un tanto oportunista pero que no por eso dejaba de ser oportuno. En mi opinión, el lema se queda corto para expresar la profundidad de los cambios que de hecho son necesarios. La arquitectura no requiere solamente de mayor eficacia a menor coste –algo que sería una mera cuestión funcional y respondería a un tiempo de crisis económica- , sino que la arquitectura en sí hoy vive su particular profunda crisis de identidad, que ahora, sumada a la crisis económica, ha hecho saltar las alarmas en las cabezas de muchos. Pero la crisis de ideas, de pensamiento, de crítica…que afecta a la arquitectura viene palpándose desde hace tiempo. Seguramente que el propósito implícito era exhibir un deseo de cambio pero ansiando que, en realidad, en esencia poco o nada cambie. La hipocresía flotó en muchos momentos sobre el escenario, y el apresurado ‘reciclaje ideológico’ de muchos de los participantes quedó desvelado, pese a sus esfuerzos. La reacción mencionada de Jacques Herzog hace patente cómo los ego-arquitectos se encuentran un tanto descolocados ante la crisis, dado que su arquitectura en los últimos tres lustros se ha cimentado en el exhibicionismo fastuoso y el despilfarro: “cuanto más grande y más caro, mejor” parecía ser el lema tácito para muchos arquitectos. La experiencia de Herzog & de Meuron, desde el comienzo del presente siglo hasta hoy, ejemplifica cómo la época de la abundancia fue una trampa para los arquitectos estrella, que llenaron sus cuentas corrientes y se transformaron en objetos del deseo pero que, claramente, priorizaron su perfil mediático a la arquitectura. Esa codicia ha truncado muchas trayectorias arquitectónicas que eran interesantes, convirtiendo a arquitectos que tenían un perfil y una búsqueda propios, en sátiras de sí mismos. Planteamientos como ‘más por menos’ se imbuyen hoy de un cierto tinte de moralismo, y a eso creo que es a lo que se refería con desagrado Jacques Herzog. No obstante, si tan incómodo se mostraba con este lema, podría haber excusado su presencia o haber planteado más claramente su alternativa a éste. Otro de los puntos cuestionables en un congreso que se realizó bajo ese título ha sido el uso promocional que se hizo de la presencia de los arquitectos laureados con un Pritzker. ¿Es que los premios de este tipo no están hechos para fomentar la cultura del espectáculo arquitectónico, que (parecía sobreentenderse) era algo contra lo que este lema y congreso pretendían reaccionar?

Stepien y Barno: Por un lado, es cierto que, en principio, todo lo que entendemos que es buena arquitectura debe de intentar hacer con muy poco lo máximo. O acaso Coderch y Valls cuando hicieron la cada Ugalde no tuvieron esta idea muy presente. O ¿Alguien piensa que le sobra algo a las termas de vals de Zumthor? Pero no es menos cierto, que hay “otras” arquitecturas como las de Alejandro Aravena con Elemental o las de Diébédo Francis Keré, que dan al concepto de “más por menos” su máximo significado y, quizás, sean quienes con prácticamente nada hayan conseguido casi todo.

2. Como resumirías la aportación de algunos de los ponentes en una frase.

Fredy Massad:
Más que una frase en concreto, preferiría resaltar de cada personaje una actitud o un punto destacable.
Glen Murcutt, ética y ausencia total de divismo (aunque esto último parezca una paradoja, hoy en día resulta muy difícil encontrar esa afabilidad y sensatez en un arquitecto de su categoría. Muchos arquitectuchos con ínfulas deberían aprender de la grandeza humana de Murcutt).
Jacques Herzo, la arquitectura para «snobs». El arquitecto en un callejón sin salida.
– Renzo Piano, dijo que no entendía nuestro tiempo y esto quedó claro en su presentación.
Alejandro Aravena, un producto de marketing. Oportunismo social. Bjarke Ingels con otro registro.
Diébédo Francis Kéré, un excelente arquitecto en su terreno. El temor que se siente ante él es que se convierta en una figura que se utilice espuriamente por los medios y se pervierta el sentido auténtico de su trabajo.

Stepien y Barno:
– Glen Murcutt
, un arquitecto que es capaz de tener tan integrada la ecología en sus planteamientos que no necesita nombrarla para explicar sus proyectos. La sensatez y el sentido común son sus mejores armas.
Jacques Herzog, creemos que cuando un arquitecto rebasa un cierto volumen de trabajo (y de empleados), se termina convirtiendo en un gestor y en la cara mediática de su estudio. De esta forma, la arquitectura queda en otras manos, que dependiendo de su capacidad, darán como resultado mejores o peores planteamientos.
Renzo Piano,al igual que Herzog, parece haber llegado a un nivel en el que intenta contar las cosas como quiere que sean, y no como de verdad son. Creemos que cada vez más arquitectos que han hecho grandes obras de arquitectura están viviendo de las rentas.
Alejandro Aravena, conviene distinguir entre Aravena y Elemental. Aravena vino a contarnos su aventura de Elemental, y lo hizo de manera espléndida. Consiguió explicar qué era lo “elemental” de sus propuestas y creemos que eso sí que es dar más por menos.
– Diébédo Francis Kéré, fue el momento más emotivo del congreso. Un ejemplo de cómo hacer las cosas, de cómo hacer arquitectura con mayúsculas, y de cómo contar lo que uno hace llegando al corazón de la mayoría de los asistentes.
Anne Lacaton, si Francis es todo corazón, Lacaton y Vassal son todo cabeza. Han desarrollado unas propuestas en las que nuevamente llevan al extremo, el aprovechar los recursos de todo tipo de cada proyecto.
– Giancarlo Mazzanti
, nos encantó su capacidad de regenerar grandes zonas de Medellín gracias a sus planteamientos arquitectónicos. Cada vez vemos más claro, la capacidad que tienen determinadas arquitecturas de realizar “un efecto palanca” en la vida social de nuestras ciudades.
Víctor López Cotelo, fue uno de los momentos más brillantes del congreso. Habló de arquitectura, pero de arquitectura con mayúsculas, de la arquitectura que toca todos los grandes temas de la historia de la disciplina.
–  Carlos Jiménez
, nos gustó tanto lo que contó, como cómo lo contó. Fue una intervención cargada de poesía, que puso un bonito contrapunto a otras intervenciones más farragosas y confusas.

3. ¿Qué fue lo mejor y lo peor del congreso?

Fredy Massad:
Lo mejor: Indudablemente, que se realicen este tipo de eventos, haber contado con la oportunidad de escuchar a profesionales de la talla de Murcutt, López Cotelo, Lacaton, Keré y conocer las propuestas de Mazzanti, y comprobar cómo, indirectamente, quedaron retratados como individuos absolutamente fuera de su tiempo algunos de los ponentes, poniendo de manifiesto la evidencia de que la arquitectura necesita un profundo cambio de actitud y que éste no lo realizarán aquellos mismos que han tenido la hegemonía en este momento y nos han conducido a este estado comatoso.

Lo peor: El boato con el que se vistió un evento que supuestamente iba a reflexionar sobre la relación de la arquitectura con la sociedad, una paradoja con respecto al lema y las intenciones desde las que se organizaba: ‘lograr más calidad, a menor coste’; El pobre rendimiento a nivel de aportación al discurso del estado actual de la arquitectura; La ausencia de pensadores de prestigio del panorama español y que podían haber aportado reflexiones mejor sustentadas y menos diletantes; La patente hipocresía y falta de autocrítica de muchos de los participantes.

Stepien y Barno:
Lo mejor:
Hemos estado en muchos congresos y creemos que realmente son muy difíciles de organizar. Y éste realmente fue ejemplar en casi todo. Ningún “pero” se nos ocurre a este nivel, así que solo nos queda felicitar a todos los responsables de saliese tan bien. Por otro lado respecto a las propias ponencias creemos que las intervenciones de Aravena, Keré, y Lacaton, fueron los momentos estelares del congreso.

Lo peor: Quizás la decepción que nos generaron los dos pritzker europeos. Aun así, es de agradecer el poder ver tres pritzker en acción.

4. ¿Qué te gustaría ver más (y menos…) en los congresos y eventos sobre arquitectura?

Fredy Massad:
Más: Debate, pluralidad, valor para la autocrítica.
Menos: Corrección política, complacencia, sumisión a los poderes fácticos.

Stepien y Barno:
Más: Quizás echamos en falta más autocrítica hacia la propia profesión de arquitecto. Sería conveniente que se hable más de la “trastienda” de la arquitectura. Y sobre todo que se de oportunidad de mostrar sus trabajos a gente que lleva mucho tiempo trabajando duro, pero que no se ha “molestado” en darse a conocer. Hay demasiado potencial arquitectónico del cual no sabemos absolutamente nada.

Menos: Aunque entendemos que ciertos nombres dan “tirón” al congreso y son una excelente carta de presentación a nivel de marketing, pensamos que no pueden estar siempre hablando los mismos. Que nos sobran fuegos artificiales y nos falta arquitectura con los pies en la tierra.

5. ¿Qué creéis que puede hacer un arquitecto para sobrevivir en esta profesión y mantener la ética intacta?

Fredy Massad: Estamos plenamente inmersos en la sociedad del espectáculo, entre cuyas prioridades no figura la ética. Esto quedó claro en el congreso, donde se habló mucho de belleza y donde ética fue, inconscientemente, una palabra tabú. El encuentro de Pamplona pone de manifiesto el peligro que a nuestra sociedad ‘espectacularizada’ se le intente imponer un revulsivo moralizante, que me temo que está en el deseo de muchos. Esto, además de peligroso, sería totalmente contraproducente porque una de las virtudes de nuestro presente es la complejidad, y los nuevos conservadores parten desde una versión reduccionista y retrógrada que no reconoce o quiere anular esa complejidad. Lo importante sería recuperar los principios éticos y la relación con la sociedad, que –pese a lo que pueda parecer- son conquistas relativamente recientes en la historia de nuestra cultura y que fueron borradas casi de un plumazo por el cinismo de algunos personajes de actual relevancia, tanto arquitectos como pensadores y críticos. Se hace necesario recuperar esas consignas de compromiso y responsabilidad para un presente en que la tecnología vaya a favor del ser humano.

Stepien y Barno: Creemos que es fundamental por un lado distinguir entre moral y ética. Y por supuesto huir de la idea del “buenismo”. Más que decir lo que hay que hacer, nos atreveremos a poner encima de la mesa una serie de ideas sobre lo que no seria deseable que sucediese:
1. No parece que haya sido demasiado ético macizar, sin piedad, durante demasiados años nuestras ciudades.
2. No creemos que sea ético no haber entablado un diálogo con la sociedad, para poner encima de la mesa los valores de la arquitectura y ver cuáles eran las verdaderas necesidades del usuario final.
3. No creemos que sea ético que los arquitectos se dediquen a “vestir” propuestas para ganar concursos. Aunque es igual de cierto que el propio sistema “obliga” a pensar todo demasiado rápido y si los paneles no son lo suficientemente vistosos la propuesta en cuestión no tendrá ninguna opción de ganar.
4. Todavía menos ético vemos que estos concursos queden a merced de jurados que no son lo suficientemente competentes.
5. No vemos ético que más de un estudio tengan (o hayan tenido) veinte o treinta chavales haciendo “prácticas”, y en realidad estén delirando sin descanso en condiciones laborales pésimas.
6. No vemos ético que arquitectos estrella, hayan llenado nuestras ciudades de “cacharros” y de paso, hayan dejado vacías las arcas municipales con increíbles desvíos del presupuesto.
7. No vemos ético que muchos arquitectos entren en la docencia, sin tener ninguna capacidad docente. De igual manera no entendemos que más de un profesor se dedique a engrandecer su ego, a base de insultar y bejar al alumno. Y ya no es que no veamos ético que en nuestras escuelas no haya asignaturas que hablen al alumno del “mundo real”, lo vemos irresponsable.
8. No vemos ético que arquitectos que no saben (o les de igual) lo que es un contradictorio, una certificación o que directamente no les interese la construcción, se lancen a construir sin el menor pudor.
9. No vemos ético que se desprecie la sostenibilidad, y que no se tenga una idea clara de cuales son sus aspectos más importantes para tenerla en cuenta en sus proyectos.
10. No vemos ético que nos obliguen a responsabilizarnos en nuestros proyectos de toda normativa habida y por haber, y que para ello se esté “apretando” al arquitecto en tiempos de ejecución y en honorarios. Todavía mucho menos ético vemos que nos responsabilicen de todo lo concerniente a la seguridad de la obra.
En fin, no entendemos que no se hable de la “trastienda de la arquitectura”. Todo lo que rodea a la arquitectura con mayúsculas es importantísimo, y sería conveniente debatirlo para intentar entender qué es lo que pasa detrás de cada proyecto que, de verdad, nos interesa. Con todos estos “No es ético…” no queremos hacer un juicio contra nuestra propia profesión, sino que, simplemente, entendemos que son un comienzo para hacer una autocrítica. Aún así, por muy pesimistas que seamos con nuestro futuro (y nuestra realidad), esto no hará que dejemos de estar locos por la arquitectura, y que ésta seguirá siendo uno de los motores fundamentales de nuestras vidas.

– Fredy Massad fundó ¿btbW/Architecture junto a Alicia Guerrero Yeste en 1996, centrando su trabajo en la crítica e investigación sobre la arquitectura contemporánea. No dejen de leer el artículo que elaboraron para el ABC sobre el congreso.

– Lorenzo Barnó y Agnieszka Stepien son los responsables del Estudio de Arquitectura StepienyBarno. Además de ejercer de arquitectos, comparten a través de su blog su manera de ver el mundo de la arquitectura. Su reseña del congreso fue publicado en La Ciudad Viva.

Fuente >> www.arkinet.com/articles/mas-o-menos-dos-visiones-del-congreso-internacional

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