23.1.2010
Apuntes sobre lo aprendido por generaciones sucesivas de funcionarios y funcionales, la honestidad, la necesidad, el lujo, hacienda, el b, la dedicación exclusiva, el tiempo completo, el pluriempleo y las nuevas vacunas.
Leemos sobre sumarios «arcos» y similares y se nos viene a la cabeza que lo del pluriempleo ya no es cosa buena según y como, y que pronto estará perseguido institucionalmente en sus combinaciones público/privado. Ahora ya toca. Se anuncia como videojuego para el iphone.
En 1962 se estrenaba en España «la gran familia», en la que un aparejador pluriempleado era el padre de una familia de diecisiete miembros, contando madre y padre y dejando fuera de la cuenta a los suegros, que también circulaban por el entrañable domicilio-cuartel familiar. De ese modo se oficializaban, desde las salas de cine, las aspiraciones oficiales de quienes en ese momento pensaban el país mediante la consagración de un modelo económico, unos patrones personales y… un modelo laboral: el ejemplar, esforzado y honesto profesional pluriempleado.
No entramos aquí en la sociología profunda del asunto, que es asunto emocionante porque nos alcanza a todos en la genética nacional y familiar, ¿quién no recuerda…
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