12.12.2006

Valiente nueva Plaza de Mayo

por Alberto Varas, Arquitecto
publicado el 12 de dicembre de 2006 en el Suplemento Arquitectura del diario Clarín.

El proyecto para la renovación de la Plaza de Mayo es un buen ejemplo de cómo alcanzar una visión del «patrimonio evolutivo». Además, muestra la reacción que generan los cambios urbanos.

Cada vez más la actividad de todos los que, de una u otra manera tienen ingerencia en la forma de la ciudad, se ha convertido en una tarea que se ejerce en un campo minado.

La etapa actual del desarrollo de Buenos Aires corresponde a una transformación intensa. Cambian las demandas del espacio público y de las grandes infraestructuras funcionales y culturales. Cambian sus pautas de uso o se vuelven obsoletos.

La expectativa de la presencia de la naturaleza en la ciudad se hace mayor, y una parte sustancial del gran patrimonio heredado que ya no se ajusta a las necesidades del presente pero tiene un interés como memoria de la ciudad, debe ser reciclado. Es bajo estas transformaciones cuando se genera en el público la incertidumbre y el comprensible temor frente a los cambios de escenario que tendrán lugar en el espacio público y en la vida de la ciudad.

Muchas veces se mira con nostalgia el pasado y se prefiere el statu quo a la perspectiva de unos cambios que parecen seguros medios para desmejorar lo poco o mucho conseguido sin que se tome conciencia que, casi siempre, son los grandes cambios los que introducen mejoras sustantivas en los barrios y no sólo las obras de pequeña escala. De este fenómeno dan cuenta obras y proyectos como la llegada del subterráneo a los barrios, la construcción de Parques Urbanos, la proyectada eliminación de pasos a nivel del ferrocarril o de las playas de carga en áreas centrales.

Podemos concebir la ciudad del presente mirando para adelante y no para atrás. Hay en esto cierto riesgo que vale la pena correr si se siguen procedimientos correctos: la idoneidad, la creatividad y la responsabilidad que emanan de los consensos disciplinarios (concursos), culturales y sociales. Esto tiene relación con el reciente resultado del Concurso de anteproyectos para la peatonalización de la Plaza de Mayo.

Frente a un sinnúmero de proyectos que proponían variantes de una plaza barrial, que trataban de reducir su escala fragmentando lugares con climas diversos, los autores del proyecto ganador comprendieron claramente que la Plaza de Mayo es un aleph, un punto privilegiado y distinto de la ciudad, que no debe parecerse a otros sino ser un sitio que refleje visual y funcionalmente el carácter cívico y evolutivo que la Plaza ha tenido a lo largo de su historia. No pueden desmerecerse la buena sombra, el cómodo banco de plaza para el almuerzo o el cantero. Pero una buena obra de arquitectura no puede carecer del carácter que le da sentido, no puede referirse a lo circunstancial, ni a lo periférico como centro de su resolución sin correr el riesgo de convertirse en una caricatura de lo que debería ser.

El proyecto ganador, una gran plaza seca capaz de albergar los usos cívicos, respetando las arboledas existentes y los símbolos de su pasado y que además logró referirse en forma virtual, a través de su elaborado sistema de iluminación, a las trazas del pasado que la habitaron, es un estupendo ejemplo de creatividad y de esfuerzo por recoger el guante del desafío contemporáneo frente a una pieza de patrimonio evolutivo.

Alberto Varas
Arquitecto y profesor universitario
Jurado del Concurso para Plaza de Mayo

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