11.3.2009
Un nuevo Puerto Deseado en el circuito turístico Patagónico Atlántico
Un proyecto para preservar y rehabilitar la antigua Estación Ferroviaria de Puerto Deseado y su valioso entorno urbano, equiparándolo al paisaje natural de mar y ría, movilizó por igual la participación de habitantes, autoridades y profesionales locales y fue premiado por la Sociedad Central de Arquitectos en la última Bienal Internacional de Urbanismo de 2007 dedicada al turismo.
Diagnóstico
Puerto Deseado es una ciudad intermedia de 15.000 habitantes, ubicada en la costa norte de Santa Cruz. Fue fundada por Antonio Oneto, inmigrante italiano, quien en 1883 se estableció allí junto a 25 familias.
Esta ciudad desempeña, a nivel turístico, un rol menor en comparación con el mayor protagonismo que tiene el corredor andino, con ciudades como Bariloche o San Martín de los Andes, y parques naturales como el Glaciar Perito Moreno, y en la Patagonia Atlántica, Puerto Madryn y Península de Valdés. De difícil acceso, Puerto Deseado es la localidad de la Patagónica Atlántica más alejada del eje vial terrestre principal (Ruta Nacional Nº 3), su aeropuerto es obsoleto y está prácticamente desactivado. Su actividad económica y su identidad cultural asociada sufrieron reconversiones sucesivas desde mediados del siglo XX (de ciudad portuaria y ganadera -ganado ovino lanar- a ciudad pesquera). Actualmente, la actividad pesquera está en crisis, no sólo por la veda de pesca en el Océano Atlántico, sino también por promover empleo temporario y de baja calificación -principalmente para población de paso, sin arraigo en el lugar-, además de acarrear serios problemas de contaminación ambiental ocasionados por la actividad del área industrial pesquera continental.
Puerto Deseado presenta, desde hace algunos años, condiciones ideales para la promoción como nuevo destino turístico internacional. Esto se debe al momento favorable de la Argentina para el desarrollo de la industria del turismo receptivo (por la condición cambiaria del momento) y a la demanda sostenida y creciente de nuevos destinos turísticos por parte del mercado europeo y americano, que, en ocasiones, satura los destinos turísticos argentinos de proyección internacional.
La comunidad de Puerto Deseado, desde la década de los ochenta, ha iniciado espontáneamente una reconversión, pero ya las tendencias mundiales en materia de puesta en valor del patrimonio cultural indican que el voluntarismo no resulta suficiente para la eficiencia y eficacia de las acciones de conservación y puesta en valor, sino que deben apoyarse con la generación de actividades que justifiquen las inversiones necesarias y, a la vez, den vida al emprendimiento a través del desarrollo de actividades diversas llevadas a cabo por la población.
El proyecto diseñado por la arquitecta Dione Sabbatini y su equipo buscó planificar estrategias de desarrollo integral para implementar políticas y acciones articuladas y consensuadas.
La gestión del proyecto
En 2003, una asociación ferroviaria local llamada «20 de Septiembre», con el acuerdo de las autoridades municipales, tomó posesión de la estación ferroviaria de Puerto Deseado para cuidar su patrimonio cultural y convertirla en un museo. Este edificio fue parte de un monumental proyecto ideado por Ezequiel Ramos Mejía en 1900, que pretendía instalar el Ferrocarril Nacional Patagónico que uniera este Puerto con el Hotel Llao Llao de Bariloche y desde allí siguiera a Chile, para unir los dos océanos. La estación iba a ser la cabecera de este gran circuito ferroviario, por lo que se construyó un edificio con un carácter apropiado para ese fin: en tres plantas en pórfido patagónico, con paredes de 60 cm de espesor, y 50 m de longitud. El intendente municipal, Dr. Evaristo Arturo Rodríguez, convocó como consultora a la arquitecta Dione Sabbatini, quien a su vez presentó el proyecto al Instituto Ítalo Latinoamericano (IILA) que brindó financiación y asistencia técnica. A fines de 2004, se firmó un convenio de cooperación entre el IILA y la Municipalidad de Puerto Deseado, mediante el cual técnicos italianos, financiados por el Ministerio de Asuntos Exteriores de ese país, realizaron un primer aporte técnico para orientar los lineamientos del trabajo.
La recuperación del edificio
La primera etapa del proyecto se enfocó estrictamente a las obras de preservación del edificio. Sabbatini trabajó junto con el IILA, a cargo de la coordinación local de la obra, y la entidad ítaloamericana dio las orientaciones generales para encauzar el trabajo.
Además, expertos italianos en restauración de diferentes especialidades (piedra, madera para muebles, maderas para estructuras, estucados, maderas para aberturas, etc.) capacitaron gratuitamente a los empleados municipales que iban a intervenir en las tareas de conservación y a los profesionales o técnicos que quisiesen asistir.
El entorno urbano
Durante 2005, el equipo argentino continuó con el proyecto, pero en esta nueva etapa, fue financiado por el Consejo Federal de Inversiones (CFI) y estuvo planteado en dos módulos: desarrollar estrategias para la reconversión y la puesta en valor del sector urbano de la antigua Estación Ferroviaria Puerto Deseado y su entorno y la realización de un proyecto ejecutivo para la preservación y la rehabilitación del edificio histórico de la estación ferroviaria en su aspecto funcional. El objetivo del proyecto era conservar el casco urbano y su borde costero de gran riqueza histórica y ambiental mediante su tratamiento y preservación, para poder ofrecerlo al turismo internacional. Para lograrlo, se relevaron más de 400 casas antiguas, que guardaban la historia de Puerto Deseado. Finalmente, se seleccionaron 89 construcciones para preservar, las que requirieron muy poco trabajo ya que, según el equipo técnico, «estaban prácticamente intactas». Además, se realizó una maqueta para mostrar a la comunidad el código que regula el crecimiento de la ciudad y las posibilidades de hacer nuevas construcciones preservando el patrimonio arquitectónico.
El proyecto consensuado
El mayor mérito de este proyecto, premiado por la SCA, reside en la consulta constante con los habitantes. Se determinó, junto con la población, que el edificio de la antigua estación ferroviaria continuará funcionando como un museo, y la planta baja, como oficina de promoción de Deporte, Turismo y Cultura de la Municipalidad. En el segundo piso, grandes salones equipados funcionarán como salas de conferencias y seminarios, salas de teatros y salas de cine (inclusive para concesionar con estos fines a emprendimientos privados).
En su tercer piso, se plantea un centro de interpretación del patrimonio ambiental de la ría, donde se podrán exhibir, entre otros, los avances de la dependencia de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral (UNPA), que hace investigaciones en el lugar. Allí, mediante pantallas, se pueden conocer los resultados de estos avances científicos. El taller, además, estableció promover el reordenamiento del borde costero urbano y la revitalización del paseo costanero; el Parque Temático Ferroviario y el Paseo de la Identidad Deseadense; el Circuito turístico cultural de edificaciones urbanas en arquitectura tradicional deseadense en piedra y chapa y la propuesta pedagógica de sensibilización y generación de anfitriones y embajadores urbanos con la comunidad educativa; y finalmente, el Reordenamiento y la revitalización del centro comercial.
La planificación estratégica bien implementada ha resultado ser un poderoso instrumento encauzador de decisiones consensuadas acerca de políticas públicas, y entre ellas la planificación urbana; casos recientes en Córdoba y Rosario son una muestra tangible de esto.
Este proyecto logró desarrollar contenidos temáticos trascendentes en torno a la memoria histórica, a la identidad cultural y a los imaginarios urbanos relacionados con la etapa prefundacional y fundacional de Puerto Deseado y con las actividades productivas más relevantes (ferroviaria, ganadera lanar, frigorífica, portuaria pesquera), para su aprovechamiento como recurso patrimonial intangible y su difusión en las actividades del futuro Centro Cultural y de Promoción Turística y Museo Ferroviario. Probó que era factible conformar un circuito turístico chico por el paisaje urbano, por su valor patrimonial histórico, arquitectónico, urbanístico, cultural, ambiental y simbólico, que complemente el circuito turístico grande ligado a la ecología y a los paisajes naturales. Además, incrementó el capital social: formó y concientizó a sus pobladores para la promoción, la preservación y la gestión del patrimonio urbano tangible e intangible de Puerto Deseado.
Publicado en la Revista Habitat N° 57